Puso en marcha las obras de la presa La Yesca en los límites de Jalisco y Nayarit
La recesión de EU puede hacer navegar a México con viento en contra: Calderón
Se diversificarán exportaciones hacia Europa y Asia, regiones que están creciendo, dice
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El presidente Felipe Calderón puso en marcha ayer las obras de la presa La Yesca, que será una de las más grandes el mundo
Foto: Notimex
Hostotipaquillo, Jal., 22 de enero. Tras el desplome de los mercados bursátiles, el presidente Felipe Calderón debió atemperar su optimismo y reconoció que la recesión en Estados Unidos puede hacer navegar a México a “contracorriente, con el viento en contra”. Después regresó al tono de sus discursos recientes y afirmó que México enfrentará y superará la adversidad, porque “estamos poniendo motores” a la economía.
Con los nubarrones provocados por la tormenta bursátil del día anterior, el michoacano puso en marcha las obras de la presa La Yesca, en los límites de los estados de Jalisco y Nayarit. Lo acompañaron los gobernadores: el panista Emilio González y el priísta Ney González.
En medio de los imponentes cerros de Hostotipaquillo admitió que si bien el mundo y, sobre todo, Estados Unidos están por vivir un “momento muy duro” en materia económica, México no quiere que eso frene o dañe su economía.
Por esa razón el gobierno impulsa los motores de la economía que son infraestructura, vivienda, campo, turismo, y diversifica las exportaciones hacia otras regiones distintas a Estados Unidos, como Europa y Asia, que están creciendo.
“Estoy convencido de que los retos pueden y deben convertirse en oportunidades; estoy convencido de que a pesar de un entorno difícil que vendrá de la economía de Estados Unidos este año, saldremos adelante y estaremos en mejores condiciones a fin de este año para crecer aún más rápido y construir nuestro futuro”, dijo.
A los obreros reunidos en el campamento donde trabajarán y vivirán de aquí a 2012, tiempo que se llevará la conclusión de los trabajos, el michoacano les pidió confiar en que el país avanzará a pesar de la adversidad, con una economía sólida y en crecimiento.
La palm de Ney
El priísta Ney González no perdió oportunidad para impresionar al invitado, primero porque leyó su discurso ayudado de su palm, lo que no se había visto antes en estos actos donde los funcionarios llevan sus mensajes escritos en papel, y luego porque saludó los recientes cambios en el gabinete argumentando que “a Nayarit le pinta bien 2008” por ese motivo.
Calderón estaba de plácemes, porque le tocó iniciar los trabajos de construcción de esta presa, la “más grande del mundo en su tipo”, con una cortina de 220 metros de altura, y que fue planeada en su totalidad por el gobierno de Vicente Fox.
De acuerdo con el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Alfredo Elías Ayub, la numeralia de La Yesca se resume así: costará más de 8 mil millones de pesos, la construcción se realizará en 54 meses, la presa producirá 750 megavatios, el equivalente a encender 12.5 millones de focos, y tendrá una cuenca con capacidad para 2 mil 390 millones de metros cúbicos, igual al consumo de agua de la ciudad de México en dos años.
El mandatario federal se enorgulleció del proyecto hidroeléctrico más importante de su administración, pues generará 5 mil empleos formales y otros 5 mil informales, en un municipio donde la gente es “pobre y ha sufrido mucho”.
La secretaria de Energía, Georgina Kessel, no perdió la oportunidad para promover las bondades de la coinversión pública y privada, al destacar que los trabajos realizados por ICA –que construye la presa– complementan los esfuerzos del gobierno federal en proporcionar “energía suficiente, de calidad y a precios competitivos a todos los mexicanos”.
La Yesca es un proyecto impulsado bajo la modalidad de obra pública financiada, un esquema en el que el contratista se encarga de obtener los financiamientos necesarios para llevar a cabo la construcción de la obra, y hasta que sea entregada a la CFE.
Sin duda, insistió Kessel, obras con las características de La Yesca requieren conjuntar esfuerzos públicos y privados, y esto ha permitido que proyectos “altamente complejos” como la construcción de hidroeléctricas surjan, maduren y den frutos en tiempo y forma, con los plazos, con la ley y con los costos programados.