Dinero
Halló Pemex a su pareja
Halliburton: una historia negra
Las pérdidas en la bolsa
Gasolinera del grupo Mouriño
Una de las cosas más difíciles en el mundo empresarial es conseguir un buen socio, tanto así que cuando se logra el prodigio de cuajar una sociedad suele llamársele matrimonio. La clave es hallar un buen cónyuge: considerado, asequible, generoso, porque la tacañería amarga la relación tanto en los matrimonios tradicionales como en los de negocios. Al parecer el gobierno de Felipe Calderón encontró a su pareja ideal, o una de ellas, porque el negocio petrolero este sexenio pinta para orgía: Halliburton. Vean ustedes algunos datos mínimos pero reveladores de su currículo:
1966
–Sin ninguna experiencia, Richard Cheney se convierte en jefe ejecutivo de Halliburton. Ocuparía este cargo de 1966 a 1998, y parte de 2000. Bajo su dirección, la compañía brinca del lugar 73 al 18 en la lista de proveedores del Pentágono. (Cheney había sido funcionario del Departamento de Justicia.)
–Halliburton se declara culpable de violar la ley que prohíbe exportaciones de Estados Unidos a Libia.
1997
–El Congreso reporta que KBR –subsidiaria de Halliburton– sobrefacturó sus trabajos en Kosovo.
1998
–Hace negocios con el gobierno de Saddam Hussein, al que Estados Unidos derrocaría años después.
2000
–Cheney deja su posición como jefe de Halliburton y se convierte en candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Bush. La compañía es ya la número uno del sector energía: 15 mil millones de dólares de ingresos al año, 100 mil empleados y 7 mil clientes en 120 países.
2001
–El Pentágono asigna a una socia de Halliburton, Kellogg, Brown & Root, un contrato de 10 años de duración sin límite de gastos para proveer servicios a la Armada.
2002
–Kellogg, Brown & Root es acusada de fraude por el Departamento de Justicia; infló precios de mantenimiento en Fort Ord, California.
2003
–Halliburton acepta haber pagado una mordida de 2.4 millones de dólares a un funcionario de Nigeria, a cambio de una rebaja de impuestos.
–Un grupo de accionistas acusa a Halliburton de irregularidades en su contabilidad, cuando Cheney la dirigía. El arreglo extrajudicial le cuesta 6 millones de dólares.
2004
–Halliburton quiere llevar a cabo un programa de perforación de pozos en Marte, con recursos de los contribuyentes.
–Admite que dos ejecutivos aceptaron un soborno de 6 millones de dólares a cambio de asignar subcontratos a una empresa de Kuwait.
2005
–Halliburton es obligada a devolver al gobierno 27.4 millones de dólares por comidas que supuestamente sirvió a las tropas estadunidenses en Irak y Kuwait. Facturaba 42 mil comidas, pero solamente servía 14 mil.
2008
–El gobierno nigeriano, perdón, mexicano, del presidente Calderón –con Jesús Reyes Heroles júnior al frente de Pemex–, anuncia que ha asignado a Halliburton un contrato de 3 años por 683 millones de dólares. Incluye perforación de pozos.
Perdimos una medalla de oro
En los vaivenes de las bolsas de valores, las acciones de América Movil y Telmex bajaron 20 dólares cada una, en promedio. La fortuna de Carlos Slim está cifrada en una buena proporción en papel bursátil; tiene una participación de casi 40 por ciento de todo el que se negocia en la Bolsa Mexicana de Valores. A reserva de hacer cuentas más aproximadas a la realidad cuando pase la polvareda, posiblemente la fortuna Slim disminuyó en 5 mil o 10 mil millones de dólares en las últimas jornadas. Era de 60 mil millones. Perdimos uno de los pocos primeros lugares que tenemos: el cetro del hombre más rico del mundo.
No se vale
Un grupo de diputados y senadores del PAN supuestamente harán comparecer al director de Pemex, ya que consideran una indecencia el contrato que se otorgó a una empresa en la que tiene –o ha tenido– intereses el vicepresidente de Estados Unidos. “No se vale”, dicen. “¿Acaso no sabe Reyes Heroles que la hija de Cheney es declaradamente lesbiana? Al parecer ignora que Mary dio a luz a un hijo con otra mujer, Heather Poe. Es algo escabroso que va en contra de los principios de nuestro partido”, se quejan.
e@Vox Populi
Atracolandia
Asunto: gasolinera del grupo Mouriño
Estimado Enrique: el pasado 4 de enero, durante un viaje por Campeche, me vi obligado a cargar gasolina en Xpujil (no hay otro expendio en por los menos 100 kilómetros a la redonda). Mi carro Chevy se llena habitualmente con 200 pesos, sin embargo, ese día fueron necesarios 350 pesos. Al quejarme con los despachadores éstos dijeron que muchos clientes protestaban por lo mismo, pero sin razón, según ellos, pero se negaron a comprobar que los litros eran efectivamente de mil mililitros. ¿Y adivina de quién es esta gasolinera? Del Grupo Energético del Sureste, propiedad de la familia Mouriño. Ya presenté una queja en Profeco, pero quería comentarte el incidente para que la gente afectada por los malos tratos comerciales de este grupo (y de otros) presente denuncias para que se vaya aclarando el perfil de los negocios de nuestro flamante secretario de Gobernación.
Hugo González Cantú/DF
R: Recordé un celebrado chiste tan gallego como nuestro joven secretario de Gobernación. Le dice un gallego a otro: “Oye, Venancio: ¿cuántos son dos más dos? ¿No me puedes dar ms datos?” Me gustaría, estimado Hugo, que me enviaras el número de la reclamación en Profeco para seguirle la pista porque, según la misma procuraduría, nueve de cada diez gasolineras del país roban y ninguna autoridad lo ha impedido; la mayoría surte litros de 800 mililitros o menos. Es interesante conocer el trato que le dará al emporio de la familia Mouriño.