Rincón se llevó el mano a mano de Apizaco; El Pana, herido, apenas logró cumplir
Expectación ante los carteles de los días 3, 4 y 5 de febrero en la México
Garibay desperdició un bombón en la duodécima novillada de la temporada de la miseria
Ampliar la imagen Así toreó César Rincón el sábado pasado en Apizaco Juan Ángel Sainos Foto: Juan Ángel Sainos
Ampliar la imagen Ignacio Garibay durante la corrida 12 en la México, este domingo Foto: Jesús Villaseca
Con dos cornadas de 25 centímetros cada una en el muslo derecho, que le pegaron hace dos semanas en la México y de las que todavía por supuesto no se repone, Rodolfo Rodríguez El Pana partió plaza el sábado en su natal Apizaco, para evitar que se cayera su mano a mano con César Rincón, un duelo en el que había muchos intereses en juego de parte de la afición local, pero mermado de facultades como estaba apenas logró cumplir.
El maestro colombiano, por su parte, inició en ese coso tlaxcalteca su gira de despedida de los ruedos de nuestro país, y aunque llegó sobrado de sitio y celo, como es habitual en él, poco pudo hacer ante los animales de don Teofilito que le tocaron en suerte, de los cuales, sin embargo, el segundo de su lote y cuarto de la lidia, resultó la excepción a la regla y le permitió recrearse con la muleta por ambos lados y cortar las únicas dos orejas.
Y el que se llevó el susto de su vida fue el fotógrafo Juan Ángel Sainos, a quien por poco le pega una cornada un toro de Hugo García Méndez que saltó al callejón. De eso se hablaba ayer en el embudo de Mixcoac, durante la duodecima novillada de la temporada de la miseria, con la que el empresario Rafael Herrerías, y su mozo, Víctor Leal, cumplieron aparentemente el compromiso que tenían con los tenedores de derechos de apartado, a quienes, a cambio de un pago conjunto de más de 20 millones de pesos, les prometieron un mínimo de 12 corridas “de toros” con las figuras más importantes de México y de España.
En los hechos, lo que se ha cometido es un fraude maquinado en contra de miles de personas que fueron timadas y obligadas a presenciar la lidia de novillos adelantados, débiles, dóciles y sin cuernos, como los de la vacada de Carranco, que salieron ayer, y si esto fuera poco se quedaron esperando a los ases de la torería mundial, porque después de la tarde inaugural de la serie en que José Tomás despachó dos ridículas cucarachas, no vino ninguna otra (quise decir, figura, porque las alimañas proliferaron).
Pero no hay que perder las esperanzas, decían también ayer, por su respectiva parte, los más enterados: durante la miniferia de tres corridas que darán el domingo 3, el lunes 4 y el martes 5 de febrero, Herrerías y Leal pagarán algunas de sus deudas pendientes con los abonados, al ofrecer carteles que combinarán a Sebastián Castella, Morante de la Puebla, César Rincón y de nuevo José Tomás, con los mexicanos Víctor Mora y Uriel Moreno El Zapata, pero no Ignacio Garibay, que ayer desperdició una carretilla de Carranco, toreándola con el pico y matándola de artero bajonazo después de pinchar, y que el 3 de febrero actuará en Venezuela.
El que no se presentará por ningún motivo, en contra de lo que se afirmó la semana pasada aquí, es Enrique Ponce: el valenciano se alejará lo más posible del Distrito Federal si se confirma que para el 5 de febrero vendrá José Tomás. Y mientras los más optimistas apuestan a que finalmente en esas fechas llegará a la México Joselito Adame, los prudentes aconsejan esperar a que la empresa anuncie los carteles definitivos entre hoy y mañana.