Los refuerzos Javier Cámpora y Melvin Brown resultaron efectivos para los Camoteros
En intenso partido, Puebla rescató un punto al empatar con el América
Al final, la afición de las Águilas lanzó rechiflas al plantel; sólo Ochoa la libró
Brailovsky se dijo apenado porque no jugaron bien
El equipo no está para el descenso: Sánchez Solá
Ampliar la imagen El americanista Gringo Castro observa la jugada en la que el Ruso Zamogliny se aferra al balón Foto: Roberto García Ortiz
Puebla quiere seguir en la primera división y, aunque no pudo sumar tres puntos, se quedó con uno al arrancarle al América el empate a cero, en emocionante duelo disputado en el estadio Azteca, por la fecha uno del Clausura 2008.
Los Camoteros saltaron al campo con deseos de ganar el partido. Acecharon a las Águilas desde el primer minuto y mantuvieron el control del balón hasta el silbatazo final.
La llegada de los refuerzos Javier Cámpora y Melvin Brown, procedentes de Jaguares, y del ex atlista Nicolás Olivera resultó efectiva y permitió al cuadro de La Franja llegar seguido al área rival, aunque el gol parecía no querer entrar por errores ofensivos y un destacado desempeño del portero americanista, Guillermo Ochoa.
Al minuto 18, el árbitro José Alfredo Peñaloza decidió no cobrar un penal en favor de Puebla, al desconocer una falta de Ismael Rodríguez sobre Cámpora.
Los ánimos se crisparon y dos minutos después el silbante ya había sacado cuatro tarjetas amarillas (al final fueron 11 y una roja).
La más clara oportunidad del cuadro visitante en el primer tiempo fue en un rebote, cuando Ochoa estaba en el piso y Cámpora encontró el balón en el área chica, el cual mandó a la tribuna.
Del otro lado, el guardameta camotero, Jorge Villalpando, fue el héroe por achicar y atajar todos los pelotazos que le llegaron, entre ellos dos avances del ex cruzazulino Richard Núñez, quien desaprovechó las oportunidades.
Para el complemento, el técnico Daniel Brailovsky cambió refuerzos por canteranos; mandó a la banca a Núñez y a Rodrigo López e ingresó a Juan Carlos Mosqueda y a Enrique Esqueda, respectivamente.
Sin embargo, la supremacía del cuadro de La Franja se ahondó. Marcó por completo el ritmo del partido y el estadio –a la mitad de su capacidad– se vistió de azul y blanco: oles y “Puebla, Puebla”, se escucharon como si los visitantes jugaran de locales.
Los Camoteros nunca bajaron los brazos, pero Memo Ochoa se vio inspirado, igual que su colega, Villalpando, quien volvió a salvar a los suyos al minuto 80, al atajar un disparo de Salvador Cabañas.
Jesús Mosqueda ingresó por Juan Carlos Silva y la alianza de los hermanos Mosqueda dio mayor dinámica al América, pero los dirigidos por José Luis Sánchez Solá siguieron manejando el cotejo y atacaron sin pausa, inclusive en tiempo de compensación.
El árbitro pitó el final y la afición americanista emitió un ensordecedor abucheo, del que sólo se salvó un ovacionado Ochoa.
Un empate, dos lecturas
Brailovsky se dijo “apenado por la gente, porque vino mucho público y no jugamos bien”, y supuso que tanto la afición como su directiva quedaron inconformes con la actuación del América.
No obstante, aseguró que “este equipo está para campeón y va a pelear; por un mal partido no nos vamos a agachar”.
De su lado, Sánchez Solá salió contento con el resultado, porque para seguir en el máximo circuito, “lo principal es cuidar el cero”, y justificó el no cobro del penal en su favor, al considerar que fue un error humano del silbante. “Este Puebla no está para el descenso, está para luchar”, puntualizó.