Al cierre
El legendario Salvador Reyes hizo el saque inicial
Mantiene Chivas jettatura sobre Pumas en el Jalisco
En 10 minutos el Guadalajara marcó tres goles
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Magallón y Santana participaron en el homenaje rendido a Chava Reyes
Foto: Notimex
Guadalajara, Jal., 19 de enero. Guadalajara sigue con su dominio sobre Pumas en el estadio Jalisco y esta noche lo venció 3-0, en juego de la fecha uno del Clausura 2008.
Con un claro dominio sobre el subcampeón, el cuadro rojiblanco hizo sus anotaciones por conducto de Sergio Santana, al minuto 37; Sergio Ávila, al 45, y Patricio Araujo, con la colaboración del paraguayo Darío Verón, en el segundo minuto del tiempo de reposición de la primera parte.
La clara victoria permite a los dirigidos por Efraín Flores apoderarse del liderato del grupo tres con tres unidades, mismas de Monarcas Morelia, pero con mejor diferencia de goles que el cuadro michoacano, que venció 1-0 al Veracruz.
Luego del emotivo homenaje a Salvador Reyes, de 71 años, quien hizo el primer saque y fue relevado por Omar Bravo a los 50 segundos del partido, ninguno de los dos equipos atinaba a posesionarse del balón, pero fue Chivas el que comenzó a generar arribos a la meta de Sergio Bernal.
La primera anotación nació de una jugada de Ramón Morales, quien se llevó por izquierda a Leandro Augusto, llegó a línea de gol y envió servicio a la llegada de Santana, quien empujó el balón con la derecha para el 1-0, al minuto 37.
El cuadro universitario se desordenó, pero al 39 pidió una mano del defensa Héctor Reynoso dentro del área que el árbitro Germán Arredondo no marcó y en cambio amonestó al argentino Ignacio Scocco por reclamar.
La segunda anotación de Chivas cayó al minuto 45, cuando Iván Báez entró por derecha y sirvió a Sergio Ávila, quien con buena técnica recibió, se quitó a un defensa y sacó un disparo que superó a Bernal, para el 2-0.
Inmediatamente después, cuando parecía que el árbitro decretaba el final de la primera parte, Araujo tomó un mal despeje de la zaga y sacó disparo que el paraguayo Darío Verón desvió para incrustar el esférico en su meta, ante la desesperación de Bernal.