Se refugió en Islandia para evitar ser encarcelado en Estados Unidos, su país de origen
Murió a los 64 años Bobby Fischer, el mayor genio natural del ajedrez
Se le considera el fundador del deporte-ciencia profesional y uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos, declaró el ex campeón ruso Gary Kasparov
Fue un activista antisemita y lo convirtieron en un símbolo de la lucha anticomunista durante la Guerra Fría
Ampliar la imagen Bobby Fischer, en ambas gráficas, acabó con 24 años de hegemonía soviética al derrotar, en 1972, al campeón ruso Boris Spassky Foto: Ap y Reuters
Reikjavik, 18 de enero. El legendario campeón del mundo de ajedrez estadunidense, Bobby Fischer, refugiado en Islandia para evitar ser encarcelado en su país de origen, falleció a los 64 años, informó Garder Sverrisson, uno de sus amigos.
“Confirmo que murió el jueves en su domicilio a causa de una enfermedad”, declaró Sverrisson, sin dar más precisiones sobre el motivo del deceso.
Einar Einarsson, presidente del Robert James Fischer (RFJ), asociación creada para apoyar la entrada del ex campeón en Islandia, reveló que Fischer dejó de existir a causa de una insuficiencia renal.
“Simplemente, Fischer puede considerarse el fundador del ajedrez profesional y su dominio, y aunque fue por poco tiempo, hizo de él uno de los más grandes (jugadores) de todos los tiempos”, declaró a la televisión británica Skynews el ex campeón ruso del deporte-ciencia Gary Kasparov, quien lamentó no haber podido conocer a quien fue su ídolo de infancia.
Genio precoz del tablero, Fischer fue considerado por muchos especialistas el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos y lo convirtieron en su país en un símbolo de la lucha contra el comunismo durante la Guerra Fría.
Pese a que su madre era judía, Fischer fue un activista antisemita y acusó a este pueblo de todos los males, desde sus propios problemas legales, hasta de planear una conspiración para matar elefantes.
Fue muy atacado
Su retórica antiestadunidense, además, le provocó numerosos ataques desde su país. Más aun cuando, tras los atentados de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, telefoneó a una emisora de radio filipina para exaltar “la maravillosa noticia” del ataque terrorista y volvió a lanzar injurias contra los judíos.
Fischer, nacido el 9 de marzo de 1943, en Chicago, decidió abandonar la escuela en 1959, la cual consideraba una pérdida de tiempo, y dedicarse al ajedrez. Para ello, se encerró en su propia habitación, enfrentándose a sí mismo en largas partidas.
Fue considerado el mayor genio natural del deporte-ciencia que el mundo conoció, e inclusive fue llamado el Mozart del ajedrez cuando comenzó a ganar, a los seis años.
Fue campeón del Abierto de Estados Unidos a la edad de 14 años y se convirtió en el gran maestro internacional más joven de la historia, a los 15.
En 1968 se retiró durante 18 meses para preparar su enfrentamiento contra los soviéticos y regresó por petición expresa del entonces secretario de Estado, Henry Kissinger.
En 1972, cuando tenía 29 años, acabó con 24 años de hegemonía soviética al derrotar en Reikjavik al campeón ruso Boris Spassky, durante un campeonato del mundo conocido como “la partida del siglo”.
Sin embargo, en 1975 impugnó las reglas de la Federación Internacional de Ajedrez, por lo que fue despojado de su título. Tras este incidente, Fischer desapareció de la escena de esta actividad.
“La gran pérdida para la disciplina fue que Fischer nunca trató de regresar a ese mundo y que sus últimos 30 años estuvieran marcados por una vida muy extraña, con declaraciones políticamente inaceptables, en lugar de una contribución al ajedrez”, dijo Kasparov.
Durante 20 años nada logró hacerlo volver, ni los millones de dólares ofrecidos por los organizadores de Las Vegas o Manila, ni tampoco la precaria situación personal que lo llevó a la ruina.
No obstante, en 1992 regresó a la escena para disputar en Montenegro una partida “de revancha” contra Spassky, del que se había hecho amigo, por la que cobró 3 millones 335 mil dólares.
Sin embargo, no tomó en cuenta el embargo económico de la ONU vigente en aquel momento en la ex Yugoslavia, por lo que Fischer fue acusado por la justicia estadunidense de realizar una transacción comercial ilegal y fue objeto de una orden de arresto internacional.
Fue detenido en julio de 2004 en el aeropuerto de Tokio-Narita, cuando intentaba salir de Japón con un pasaporte estadunidense anulado.
Durante meses las autoridades asiáticas estudiaron su extradición a Estados Unidos. Fischer recibió entonces el apoyo público de Spassky, quien pidió compartir la celda en caso de que Fischer fuera encarcelado en su país. “Simplemente, déjennos jugar ajedrez”, dijo el campeón ruso.
Finalmente la intervención del gobierno islandés le permitió refugiarse en ese país nórdico, donde vivió discretamente hasta su muerte.
Viejos amigos pintaron la imagen de un hombre solitario, que pasaba gran parte de su día en cuartos llenos de libros de ajedrez, naranjas y jarras de vitaminas, jugando por su cuenta y leyendo revistas para mantenerse en contacto con la actividad que más amaba.
Su novia japonesa, Minoko Watai, lo visitaba regularmente, aunque tenía “miedo de todo”, según aseguró una empleada de un hotel de la zona.