Pide el senador Gustavo Petro la mediación de Cuba para detener la crisis diplomática
Rechaza la oposición colombiana dar estatus de beligerancia a FARC y ELN
La democracia colombiana merece respeto de Chávez: César Gaviria, líder del Partido Liberal
Aclara el Parlamento de Venezuela que sólo “respaldó” el reconocimiento a las dos guerrillas
Ampliar la imagen El legislador estadunidense William Delahunt acompaña al presidente Hugo Chávez, después de una reunión entre ambos en Caracas Foto: Reuters
Bogotá, 18 de enero. Los dos principales partidos políticos de oposición en Colombia reafirmaron su rechazo unánime a la iniciativa de Venezuela de reconocer como fuerza beligerante a las guerrillas del país, en tanto que el senador opositor de izquierda Gustavo Petro demandó la mediación de Cuba para detener la crisis diplomática entre Colombia y Venezuela.
La presidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela, Cilia Flores, denunció por su parte que la prensa tergiversó de manera intencionada una declaración aprobada la víspera, al señalar que la Cámara sólo avaló apoyar la propuesta del presidente Hugo Chávez de otorgarle estatus de beligerancia a la insurgencia colombiana.
Sin embargo, dijo, los titulares de la prensa presentaron la noticia sugiriendo que el Parlamento había aprobado conceder el estatus de beligerancia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nación al (ELN), y que lo hicieron recibiendo “línea desde el imperio” estadunidense.
Afirmó que lo que se aprobó fue respaldar la solicitud del presidente a la comunidad internacional en torno al reconocimiento político a las dos guerrillas, y denunció que “tergiversaron” la medida medios como Globovisión, las páginas web del diario El Nacional, la televisora colombiana Caracol y noticieros de la BBC y CNN.
Pero la noticia causó gran impacto en los sectores políticos y económicos de Colombia, que expresaron preocupación y temor de que pueda materializarse y después atizar el conflicto armado en la frontera con Venezuela.
Una decisión de esa naturaleza, de adoptarse en definitiva, podría llevar a una militarización de la frontera, en un conflicto en que además de Venezuela también podría inmiscuirse Estados Unidos, el principal aliado del presidente Álvaro Uribe, dijo el senador Petro, del izquierdista Polo Democrático Alternativo.
“Lo mejor es prevenir este deterioro en las relaciones bilaterales y por eso la propuesta para que a través de Cuba, con la cual ambos países tienen buenas relaciones, contribuya a calmar las aguas”, añadió el legislador. Cuba, insistió, “puede ser el mejor mediador para reconstruir las relaciones diplomáticas”.
El congresista, que fue guerrillero en los años 80, subrayó que “la decisión venezolana es inconveniente para los intereses generales de los colombianos”, pues un reconocimiento de fuerza beligerante abre peligrosas posibilidades sobre financiamiento del conflicto, cosa que ya hace Estados Unidos con el ejército colombiano.
El presidente del Partido Liberal, César Gaviria, dijo que la democracia colombiana merece respeto y respaldo de la comunidad internacional y que cualquier apoyo de otro país en búsqueda de la paz o la liberación de rehenes se debe hacer bajo los términos que defina Colombia.
“Vamos a continuar dándole al gobierno del presidente Uribe nuestro respaldo, nuestro concurso, y vamos a trabajar para que podamos restablecer una relación de respeto con el gobierno de Venezuela”, sin aceptar de afuera cómo hacer las cosas o dar lecciones, agregó el dirigente y presidente de Colombia entre 1990 y 1994.
Un reconocimiento de beligerancia a las FARC por Venezuela tendría “consecuencias gravísimas” de orden político e incluso militares”, señaló en su turno el senador oficialista Germán Vargas, y consideró que otros países podrían proceder de igual forma.
El colombiano Gustavo Moncayo, padre de uno de los cautivos por las FARC, consideró necesario replantear el sentido del estatus de beligerancia para contribuir a la liberación de los rehenes, en el contexto de una visita de familiares de rehenes que llegaron hoy a Caracas para reunirse con Chávez.
En Caracas también hubo repercusiones. El diputado venezolano Juan José Molina, del disidente partido oficialista Podemos, dijo que su grupo parlamentario no apoyó el tema de beligerancia por considerar que es intervencionista y pretende imponer una agenda a Bogotá, aunado a críticas a la guerrilla del vecino país.
Fernando Gerbasi, ex embajador venezolano en Colombia, fue otro de los que criticó la política exterior de Chávez. Dijo no descartar una “posible confrontación militar” a largo plazo entre Bogotá y Caracas, y que esto podría ocurrir en la medida en que continúe la escalada verbal y por la eventual toma de acciones.
Oxígeno político
Para el vicepresidente colombiano Francisco Santos, las posibilidades para una negociación entre el gobierno de Colombia y la guerrilla izquierdista han mejorado, aunque sin aceptar sus condiciones, además de que descartó cualquier mediación del presidente de venezolano Hugo Chávez en la búsqueda de la paz.
Apuntó que las FARC ganaron oxígeno político cuando la semana pasada liberaron a dos mujeres que estuvieron secuestradas durante unos seis años, en una entrega acordada con Chávez. Sin embargo, Santos afirmó que el hecho de mantener en condiciones infrahumanas a los rehenes, demuestra que “tienen un muy pequeño poder político y no tienen más posibilidades de maniobra”.
“Pienso que el clima que se está creando va a abrir la puerta a algún tipo de negociación”, añadió en conferencia sobre seguridad en Londres. “Si lo aceptan y la Iglesia católica es capaz de ponerse en contacto con ellos, pienso que podría haber un rayo de luz”, concluyó.
Por otra parte, el congresista colombiano Augusto Posada dijo que denunciará por “traición a la patria” a la senadora Piedad Córdoba, criticada por los sectores conservadores por su cercanía con Chávez, quien apoyó su mediación en el tema de los rehenes.
Por último, la prensa en Bogotá reportó que un desertor de las FARC denunció que la organización independentista vasca ETA entrenó en el uso de explosivos a esa guerrilla entre 2001 y 2004, una de cuyas células actuaba en el departamento de Tolima.