Usted está aquí: viernes 18 de enero de 2008 Mundo Congreso venezolano concede el estatus beligerante a rebeldes colombianos

Álvaro Uribe, “empecinado en la guerra más que en salvar vidas”, asegura Caracas

Congreso venezolano concede el estatus beligerante a rebeldes colombianos

Las acusaciones de Hugo Chávez, “bravuconadas que no merecen respuesta”: Bogotá

El profesor Moncayo, padre de un rehén de las FARC, llega a la capital de Venezuela

Afp, Dpa y Reuters

Ampliar la imagen El jefe del Estado Mayor Conjunto estadunidense, Michael G. Mullen (a la izquierda), saluda al ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, al llegar ayer a Bogotá para una visita de dos días El jefe del Estado Mayor Conjunto estadunidense, Michael G. Mullen (a la izquierda), saluda al ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, al llegar ayer a Bogotá para una visita de dos días Foto: Reuters

Caracas, 17 de enero. La Asamblea Nacional de Venezuela aprobó hoy un proyecto que le concede estatus beligerante a las guerrillas de Colombia, en tanto que el gobierno venezolano acusó al presidente colombiano Álvaro Uribe de estar “ciegamente empecinado” en la guerra antes que en salvar vidas.

Colombia respondió que “son bravuconadas que no merecen respuesta” las acusaciones de la cancillería venezolana, de que Uribe está “obsesionado” con la guerra y sólo busca salidas militares en el conflicto con las guerrillas. Además, pidió pruebas de un supuesto complot contra el presidente Hugo Chávez en el que estarían detrás militares colombianos y estadunidenses.

Al subir de tono las tensiones entre ambos países, Estados Unidos salió en respaldo de Bogotá al afirmar que el “apoyo” del presidente Chávez a la insurgencia colombiana no ayuda a la estabilidad regional y preocupa a Washington. Más aún, elogió los “éxitos” del gobierno de Uribe con el Plan Colombia de lucha antidrogas y contrainsurgencia, respaldado por George W. Bush.

En medio de estas desavenencias, el profesor colombiano Gustavo Moncayo, padre de un soldado rehén de las FARC desde hace 10 años, llegó este jueves a Caracas en una caminata de mil 400 kilómetros iniciada en Bogotá el 19 de noviembre, que tiene como fin pedir que se concrete el canje humanitario.

El acuerdo de los parlamentarios para respaldar la propuesta de Chávez reconoce “el carácter beligerante de los movimientos insurgentes, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN) como señal de voluntad para darle un trato político que genere confianza en las futuras negociaciones, en el camino a la paz en Colombia”.

El Parlamento venezolano, formado casi en su totalidad por diputados afectos al gobierno, también decidió rechazar las “listas unilaterales impuestas por el gobierno de Estados Unidos”, las cuales califican de “terroristas” a “movimientos de liberación y a los estados no subordinados a la dominación”.

“Se aprueba acompañar al pueblo hermano de Colombia en su aspiración a que el canje humanitario sea el inicio de futuros acuerdos que regularicen la guerra y se establezca la confianza entre las partes y puedan llegar a compromisos de una paz positiva”, se asienta en la resolución.

En este contexto, la cancillería venezolana emitió este jueves un comunicado en el que se acusa al gobierno del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de “no estar comprometido con la paz, sino obsesionado con derrotar militarmente a las fuerzas insurgentes, obsesionado con la guerra”, cuando debía “construir una solución política viable y duradera al conflicto armado”.

El texto fue en respuesta a un reclamo del gobierno colombiano, que la víspera pidió a Chávez “cesar las agresiones” contra el país y lo acusó de haberse colocado en favor de las FARC en su reciente mediación para un canje de rehenes, al reiterar su rechazo a dar carácter beligerante a los rebeldes.

En un comunicado, la cancillería venezolana dijo que Uribe “arremete” contra el presidente Hugo Chávez porque es el “único que ha tenido éxito en la liberación de rehenes” en poder de los grupos guerrilleros, y lo acusó de estar más preocupado por salvar las “apariencias que en salvar las vidas de sus conciudadanos”.

Aseguró que Uribe vive “desesperado” por desviar la atención de la masiva presencia de tropas estadunidenses en Colombia, que ocupa “más su tiempo en mendigar la indulgencia interesada del gobierno imperial” de Estados Unidos, y que por eso hasta ha llegado a “obstruir y sabotear” las misiones humanitarias de rescate impulsadas por la comunidad internacional.

Tras ratificar su propuesta de reconocimiento político y de beligerancia a la insurgencia colombiana, acorde con el derecho internacional humanitario, aseveró que el tono “ofensivo y desesperado” de Bogotá es expresión de la debilidad de un gobierno “rodeado de escándalos. Decenas de personeros del más alto nivel, vinculados al presidente Uribe, hoy se encuentran tras las rejas por delitos de terrorismo, paramilitarismo y narcotráfico”.

El ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo que no valía la pena responder a la declaración de la cancillería venezolana, y apuntó que si el presidente Chávez tiene pruebas del supuesto complot que se estaría planeando desde Bogotá y con la anuencia de Washington, entonces que las dé a conocer. Pero dijo que carecen de veracidad, como muchas otras acusaciones.

El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Michael G. Mullen, al iniciar una visita a Bogotá criticó el supuesto “apoyo” de Chávez a las FARC porque “no creo que ayude a la estabilidad regional, y dijo estar preocupado por las adquisiciones de equipos militares por parte de Venezuela.

El almirante, cuya visita tiene como fin examinar el Plan Colombia y que fue recibido por toda la cúpula militar colombiana, advirtió que “las FARC son una organización embarcada en actividades terroristas, en secuestro, en narcoterrorismo, y el apoyo estratégico para una organización que tiene eso como parte de sus principios y sus fines, ciertamente no es una ayuda”.

El vocero del Departamento de Estado, Sean McComarck, también criticó a Chávez por desestimar la opción militar en Colombia. Sostuvo que si se mira hacia los últimos seis años, se observará que “la capacidad de las FARC para moverse por el territorio que controlan se redujo enormemente”.

 
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