El concierto será hoy en la Casa del Lago
Fernando Ortega crea recital para piano afinado por un mecánico
Al artista visual Fernando Ortega (DF, 1971) le gusta trabajar con lo “accidentado”. De allí que un encuentro fortuito con una moto, así como un piano, que compartían el mismo logo, devino el proyecto Recital de piano, que tendrá lugar hoy a las 19:45 horas en la Casa del Lago. El 24 del presente mes, a las 21 horas, será transmitido por Radio UNAM (96.1) y en www.radiounam.mx.
Ortega admite que desconoce exactamente lo que vaya a suceder. Para esta representación en forma de recital un mecánico de motocicletas fue invitado a afinar el piano. Cuando terminó, se cerró la puerta. Mauricio Náder (DF, 1967) aceptó el reto de interpretar a Chopin y Rachmaninoff en un piano “desafinado” o, por lo menos, con otra afinación.
El entrevistado se describe como una persona “muy inquieta”, que a diario se aburre. Alguna vez pintó, pero señala que “la pintura me daba un ritmo que en ese momento no me correspondía. Necesitaba aprender más las cosas que se hacían, meterme a problemas nuevos, a investigar con el arte contemporáneo, porque las posibilidades que te dan son muchas”.
–¿Por qué Radio UNAM decidió transmitir el recital?
–Fui a Radio UNAM con la intención de confrontar ideas con el director, Fernando Álvarez del Castillo, consciente de que se trataba de una estación. Entonces, estuvimos compartiendo información y al final se entusiasmó, evidentemente, con sus dudas, sus reservas, dado que el resultado es incierto. Eso, como que nos emocionó a ambos.
Nadie ensayó para este concierto. Lo cual, expresa Ortega, es una parte que “siempre cuido en mi trabajo, porque si me propongo trabajar en el mundo de lo accidentado tengo que ser consecuente hasta el final. Entonces, no tengo ni siquiera la intención de saber cómo está el piano”.
Para Ortega, otro punto interesante en el proceso fue haber trabajado con Mauricio Náder: “Todo sucedió por teléfono, me hablaba, estaba inquieto, quería venir a la afinación, tener más claridad. Me dijo un poco desesperado: ‘por lo menos déjame hablar con el afinador de motos para ver qué tan desafinado quedó’”.