Escala la tensión entre Londres y Moscú
Detienen en Rusia a hijo del director del British Council
Acusan a Stephen Kinnock de manejar en estado de ebriedad
La institución inglesa deberá salir del país
Moscú/Londres, 16 de enero. El conflicto entre Rusia y Gran Bretaña continuó escalando hoy tras el arresto del director del British Council para el noroeste de Rusia, mientras Londres acusó a Moscú de tomar la institución cultural “como rehén”.
Stephen Kinnock, director cultural del British Council para esa zona e hijo del ex líder laborista Neil Kinnock, que es el máximo responsable de la organización, fue detenido el martes en la noche por cargos de conducir ebrio.
“Mientras examinábamos los documentos del señor Kinnock notamos un fuerte olor a alcohol. Él se negó a un examen físico pero hicimos un informe llamando a transeúntes como testigos”, dijo un oficial de tránsito a la agencia Interfax.
Un portavoz del British Council señaló que los empleados del instituto fueron convocados a entrevistas en la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB). De hecho, añadió, algunos recibieron llamadas intimidatorias por la noche o fueron visitados en sus casas por representantes del Ministerio del Exterior, lo que generó la condena del gobierno británico.
El tono de las acusaciones subió cuando la policía rusa anunció que había iniciado un “trabajo de explicación” a los ciudadanos rusos que trabajan en la institución cultural para “protegerlos de las provocaciones de los británicos”, a lo que Londres respondió que todo intento por intimidar a los trabajadores del British Council en Rusia es “completamente inaceptable”.
El ministro del Exterior, David Miliband, acusó al gobierno de Moscú de haber “tomado como rehén” de un conflicto diplomático al British Council, cuyo trabajo en Rusia se enmarca por completo en un acuerdo bilateral de 1994, así como en el derecho internacional.
El conflicto no es más que un nuevo eslabón en una espiral de enfrentamiento desde el asesinato en Londres, en 2006, del ex espía y disidente ruso Alexander Litvinenko.
Gran Bretaña exige la extradición del principal sospechoso del asesinato, Andrei Lugovoi. Por su parte, Rusia reclama la entrega del crítico del Kremlin Boris Beresovski, quien vive en el exilio en Londres y contra quien hay en su país varios procesos judiciales.
La disputa por el British Council estalló cuando el ministro del Exterior ruso, Serguei Lavrov, anunció que Rusia no renovaba su acuerdo de cooperación para su funcionamiento, “como represalia por la expulsión de diplomáticos rusos de Londres”.
Alegando una convención consular, Rusia ordenó el cierre en diciembre de las 15 oficinas regionales del British Council en ese país, entre ellas las de San Petersburgo y Ekaterimburgo.
Gran Bretaña ha ignorado la orden, y su embajador, Tony Brenton, afirma que va en contra del derecho internacional. Hoy, sin embargo, un cartel informaba en San Petersburgo acerca de su cierre forzoso.