El reclusorio, una bomba de tiempo
Toluca, Méx., 16 de enero. No pasaron ni tres días de la designación de Eric Sevilla Montes de Oca como director de Prevención y Readaptación Social antes de que estallara otro motín en el penal Neza-Bordo.
El año pasado hubo en este centro penitenciario más de 12 motines y protestas, no sólo de los internos, sino también del personal de custodia, por las pocas garantías que tienen para trabajar. En ese mismo lapso, en Neza-Bordo murieron 35 personas, 25 por riñas entre internos o asesinatos, cuatro por suicidio y el resto por enfermedad.
La prisión, considerada por las autoridades estatales la más problemática, tiene una población de casi 4 mil internos, a pesar de que fue diseñada para albergar a mil 500.
Los 3 mil 958 reos son vigilados por 60 custodios por turno. En promedio, cada uno de los agentes tiene la encomienda de observar a 59 presos, cuando el estándar internacional indica que debe existir un custodio por cada 10 internos. El sistema penitenciario estatal tiene 600 reos considerados de alto riesgo y en Neza-Bordo se ubican unos 150 de ellos, cantidad superior al número de custodios por turno.