Mil 500 policías someten y desnudan a 3 mil internos; 12 custodios y 5 policías lesionados
Motín e intento de evasión en el penal Neza-Bordo; un degollado
Chocan agentes y familiares; cinco detenidos
Asegura la ASE que los reos buscan destituir al director de la cárcel e impedir la aplicación de un nuevo reglamento que acaba con canonjías
Ampliar la imagen Familiares de reos rompen una malla ciclónica a las afueras del penal Neza-Bordo, molestos por no recibir información sobre lo que ocurría en la cárcel después de un amotinamiento y la intervención de la policía estatal Foto: Víctor Camacho
Ampliar la imagen Posteriormente los inconformes bloquearon una avenida y se enfrentaron con los uniformados, lo que dejó cinco lesionados y cinco detenidos. Foto: Víctor Camacho
Nezahualcóyotl, Méx., 16 de enero. Un intento de fuga derivó en un motín en el que participaron al menos 700 internos del penal Neza-Bordo, quienes, armados con piedras, palos y otros objetos, se atrincheraron y tomaron como rehenes a 16 custodios, 12 de los cuales resultaron lesionados.
Al cierre de esta edición la policía estatal informó que el reo Odilón García fue degollado. Mientras, familiares de los presos bloquearon la avenida Bordo de Xochiaca y se enfrentaron a la policía estatal y municipal cuando ésta intentó desalojarlos, lo que dejó un saldo de cinco heridos y cinco personas detenidas.
Para controlar la revuelta fue necesario el ingreso de mil 500 policías estatales, quienes hicieron disparos al aire, utilizaron granadas de gas lacrimógeno y desnudaron a los 3 mil reos. Además, dos helicópteros sobrevolaron el centro penitenciario ubicado en la franja del bordo de Xochiaca.
Luego de un presunto intento de fuga de varios reos, el motín se inició alrededor de las 15 horas en el área del centro de observación y clasificación, y se extendió a los módulos B-2 y B-4, así como al túnel que conecta los juzgados penales con la cárcel.
Sin embargo, el comisionado de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), Héctor Jiménez Baca, aseguró que la revuelta se debió a que los reclusos pretendían destituir a Gilberto Trinidad Gutiérrez y a Gabriel Jiménez Ramírez, director y subdirector del penal, respectivamente, y exigían no aplicar un nuevo reglamento interno que limita las canonjías de las que gozaban los internos.
Ante el riesgo de una fuga, más de 100 elementos de la ASE resguardaron el exterior de los juzgados y unos 20 agentes ministeriales subieron a las azoteas del inmueble; mientras, 30 policías municipales ingresaron al reclusorio para apoyar el resguardo desde el área de torres.
Alrededor de las 18:00 horas la rebelión se había extendido a cinco módulos. Tras el ingreso de los granaderos del agrupamiento Fuerza de Acción y Reacción (FAR) de la ASE los 700 amotinados treparon a los techos.
En ese momento ya se habían hecho incontables disparos de granadas de gas lacrimógeno y se escucharon, además, varias rafágas de armas de fuego de distintos calibres. Los estruendos y gritos de los reclusos alarmaron a los familiares de los reos, quienes se apostaron fuera de la cárcel.
Cien personas enardecidas agredieron a un grupo de policías que custodiaban el exterior y derribaron la malla ciclónica; pero no pudieron penetrar al estacionamiento, donde la policía logró restablecer el cordón de seguridad.
Ambulancias del cuerpo de Rescate Municipal realizaron nueve traslados, todos de custodios; Ramón Uribe García, de 27 años, ingresó al hospital del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios.
Nueve celadores más fueron conducidos al Hospital General Gustavo Baz Prada –a 200 metros del penal– y dos más recibieron atención en la enfermería de la cárcel. “Afortunadamente no están graves”, dijo el comisionado de la ASE.
Ellos son José Ignacio Uribe, 37 años; Octavio Rodríguez Aguilar, de 48; Salvador Sánchez García, de 32 (con traumatismo craneoencefálico y múltiples golpes contusos); Alberto García Tapia, de 31 años, con lesión por arma blanca en el muslo derecho; Rosendo Aguilar Sánchez, de 43 años; Raúl Iglesias Nava, de 45 (intoxicado y con golpes contusos); Ramón Molina Nieto, de 41 años; Víctor Ruiz Esparza, de 28, y Ángeles Joaquín, de 47 años.
Para las 19:00 horas, tras cuatro horas de amotinamiento, los granaderos del FAR lograron controlar la situación; desnudaron a los 3 mil reos y los mantuvieron tirados en cuatro patios, mientras se efectuaba la revisión en 205 dormitorios.
Jiménez Baca minimizó los hechos al asegurar que sólo había tres custodios como rehenes y los amotinados no sumaban 300; dijo desconocer el número de reclusos lesionados y adelantó que habrá sanciones para los responsables de la revuelta.
No obstante, la Procuraduría de Justicia del estado de México aseguró que en realidad fueron 16 los celadores retenidos, 12 de ellos heridos por los reos.
Agregó que el motín fue encabezado por dos sujetos a los que sólo se conoce como El Bimbo y El Comanche.