Ramírez Acuña deja la secretaría por puerta trasera
Exigían resultados sin darnos herramientas: equipo saliente
Ampliar la imagen Francisco Ramírez Acuña. durante la ceremonia en que fue sustituido como titular de la Secretaría de Gobernación por Juan Camilo Mouriño Foto: Francisco Olvera
“¡Juan Camilo ya es el secretario de Gobernación!”, expresó ayer un alto funcionario de esa dependencia, en el momento en que el nuevo responsable de la política interna del país abordó su camioneta –custodiada por el Estado Mayor Presidencial– y salió, sonriente, por la puerta principal de Bucareli rumbo a la residencia oficial de Los Pinos para comer con el presidente Felipe Calderón.
Minutos antes había hecho lo propio, discretamente y por una puerta secundaria, su antecesor Francisco Ramírez Acuña.
La ruptura en el primer círculo calderonista tomó forma cuando Juan Camilo Mouriño Terrazo recibió en su nueva oficina a los principales funcionarios de Gobernación, pero sobre todo al momento de presentarse, vía telefónica, con “todos” los líderes partidistas y coordinadores parlamentarios del país. Habrá “diálogo efectivo, estilo propio”, dijo el titular de Gobernación a los reporteros.
Y fue la supuesta ausencia de ese “diálogo efectivo” –según fuentes consultadas– el reclamo del equipo presidencial hacia Ramírez Acuña, el ex gobernador de Jalisco a quien se adjudica la autoría del destape de Felipe Calderón, en 2004, como aspirante a la Presidencia de la República.
Sin embargo, los que ayer se fueron de Bucareli rechazan ese diagnóstico; en cambio, revelan ahora lo que no admitieron en los 13 meses que estuvieron en el encargo de la política interior: el control sobre las estrategias de seguridad nacional estaba en Los Pinos.
“Nos exigían resultados sin dotarnos de las herramientas necesarias”, comentó un colaborador del ahora ex secretario.
De diciembre de 2006 a noviembre de 2007 Ramírez Acuña acudió 204 veces a la residencia oficial de Los Pinos e incluso, algunos días, lo hizo en cuatro, cinco o hasta seis ocasiones, de acuerdo con la agenda oficial del ex funcionario.
La “liga ya estaba demasiado tensa” y el choque de los amigos del presidente Calderón ocurrió la semana pasada. Cuando la ruptura parecía insalvable, el ex gobernador de Jalisco recibió propuestas de permanecer en el gobierno federal, en otro puesto, e inclusive se puso sobre la mesa la alternativa de optar por una embajada: Chile, Alemania, Venezuela…
“Por supuesto que él no aceptó las críticas a la seguridad interna, a la supuesta falta de resultados y mucho menos irse a una embajada. Él se va tranquilo… Y ahora sí se tomará unas vacaciones”, comentó la misma fuente de información.
En tanto, empezaron a marcarse las formas: habrá “estilo diferente” en la conducción de Gobernación, repitió la tarde de ayer Mouriño, quien llegó al primer día de su nuevo encargo acompañado sólo por su secretario particular, Abraham Cherem, y Miguel Monterrubio como vocero.
El “estilo diferente” del nuevo inquilino del Palacio de Covián lo marcó desde su entrada a las oficinas centrales; el ex coordinador de la Oficina de la Presidencia de la República bajó de su camioneta blanca para hablar por celular, a sabiendas de que captaban la escena fotógrafos, camarógrafos y reporteros apostados en Bucareli. Sólo hasta que terminó su conversación telefónica saludó al grupo encargado de darle la bienvenida, encabezado por el subsecretario de Gobierno, Abraham González.
El último momento entre Mouriño y Ramírez Acuña fue en la ceremonia de entrega-recepción; acto protocolario, porque los cambios y la salida de más funcionarios de Bucareli ya se están preparando.
Aunque en la lista de prioridades, al menos en la agenda de ayer, destacó establecer contactos con los dirigentes partidistas y otros personajes (hoy comerá con el ombudsman José Luis Soberanes).
Nuevas formas y modos de quien ayer llegó a Gobernación a imprimir, como remarcó el funcionario de apenas 36 años de edad, “un estilo propio”.