Los precandidatos favoritos, obligados a retomar posturas del “populista” Edwards

Los demócratas Obama y Clinton, partidarios del muro de EU con México

En materia de economía y migración, los cinco aspirantes defienden posturas semejantes

Dennis Kucinich y Mike Gravel tienen discursos progresistas, pero nulas posibilidades

David Brooks (Corresponsal/I)

Nueva York, 15 de enero. Si todo procede como está, será la primera vez en la historia del país que uno de los principales partidos –el demócrata– designe como su candidato a la presidencia a una mujer o a un afroestadunidense.

Cada uno de los cinco precandidatos demócratas se presenta como “el candidato del cambio”. Pero en los hechos, con algunas excepciones, no hay grandes diferencias entre los favoritos en asuntos tan prioritarios como la economía, la guerra en Irak o la migración, los tres temas de mayor importancia para el electorado según todas la encuestas recientes.

Permanecen en intensa competencia los dos favoritos, la mujer y el afroestadunidense: los senadores Hillary Clinton y Barack Obama. En tercer lugar está el ex senador John Edwards, quien fue candidato a la vicepresidencia en la fórmula de John Kerry, en 2004. Además, pero fuera de toda posibilidad, están las dos voces más progresistas del grupo: Dennis Kucinich y Mike Gravel. Tres ya abandonaron la contienda: los senadores Christopher Dodd y Joseph Biden, y el primer latino en lanzarse a la presidencia, el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson

Clinton, quien cuenta con una extensa experiencia política y la única que ha vivido en la Casa Blanca, genera gran expectativa y entusiasmo, sobre todo por ofrecer la posibilidad histórica de ser la primera presidenta de Estados Unidos.

Empezó su vida política trabajando para el republicano conservador Barry Goldwater, pero por la influencia de los sesenta, se fue acercando a causas más liberales.

Nacida y criada en Chicago, Clinton participó como asistente legislativa de varios legisladores, incluyendo republicanos, y acompañó a Bill Clinton en la gubernatura de Arkansas. Obviamente alcanzó la fama como primera dama entre 1992 y 2000. Aunque empezó esa gestión con gran ambición promoviendo una reforma nacional del sistema de salud, rompiendo con ello el papel tradicional de las primeras damas de evitar incidir públicamente en la política, la derrota de esa iniciativa la regresó a cumplir el papel de “apoyo” del rey de la Casa Blanca.

Inmediatamente después de concluir el segundo y último periodo (por ley) de su esposo, se lanzó en 2000 como candidata al Senado por Nueva York frente a Rudolph Giuliani, quien se retiró de la contienda antes de ser derrotado. Llegó como la novata más famosa y poderosa a la cámara alta, y de inmediato preparó su camino a la presidencia buscando colocarse a la derecha, a la izquierda o al centro según fuera lo más efectivo en ese momento para sus fines políticos.

Así, votó en favor de autorizar la guerra contra Irak, y a pesar de criticar el manejo de ese conflicto desde entonces ha votado favorablemente cada autorización de fondos para prolongar la ocupación estadunidense. También aprobó la controvertida Acta Patriota promovida por Bush.

A la vez, aunque apoyó la reforma migratoria integral, votó en favor de construir el muro en la frontera con México, y su posición sobre credenciales de identidad (como licencias de manejo) para indocumentados ha tambaleado. Recientemente ha elevado su crítica a políticas de comercio exterior como el TLCAN, a pesar de que ese acuerdo fue uno de los grandes logros de su esposo como presidente. Sobre la reforma del sistema de salud, antes su tema central, ha optado por un plan menos ambicioso (algunos critican que se debe a que ahora es la candidata más beneficiada en donaciones políticas por las empresas privadas de salud y las aseguradoras).

En las encuestas nacionales más recientes, Clinton permanece en primer lugar con una ventaja de entre 5 a 15 puntos sobre Obama. También ocupa el primer lugar en recaudaciones para su campaña con 90.9 millones (según las ultimas cifras disponibles). Su sitio de Internet es: www.hillaryclinton.com/

Barack Obama, reconocido como el mejor artista verbal entre los principales, es considerado como el primer afroestadunidense con posibilidades reales de llegar a la Casa Blanca (vale recordar que Jesse Jackson y Al Sharpton han sido precandidatos del partido). Sin embargo, es un afroestadunidense diferente al liderazgo tradicional de ese sector. Su padre fue un inmigrante de Kenia, a quien casi no conoció, y su madre es blanca, de Kansas quien crió a su hijo en Hawaii e Indonesia.

Su carrera política comenzó en Chicago, donde fue activista comunitario en asuntos de vivienda, y después fue electo a la asamblea estatal de Illinois. De ahí logra ser electo al Senado federal en 2004. Cuando John Kerry lo selecciona para dar uno de los principales discursos en la Convención Nacional Demócrata ese año, es bautizado como el representante de la nueva generación de líderes de su partido.

Para comprobar que tiene un ego suficientemente saludable como para postularse como presidente, Obama ya había escrito a sus 45 años de edad dos libros autobiográficos, uno sobre sus pensamientos y otro sobre su vida

Ese discurso, al igual que los cientos que ha ofrecido desde entonces son casi universalmente elogiados como “notables”, y con “un nuevo mensaje” tanto por analistas liberales y conservadores. Todos coinciden en reconocer su elocuencia y la “forma” en que se presenta. A la vez, muchos –incluso liberales– cuestionan cuál es el contenido de su mensaje. Aunque se opuso a la guerra contra Irak (aunque aún no había llegado al Senado) votó para aprobar el financiamiento de esa invasión en cada instancia durante los últimos cuatro años. También votó en favor del Acta Patriota, a pesar de que viola algunos de los derechos civiles que tanto defiende en sus discursos. Y como Clinton, aunque habla en favor de los derechos de los migrantes, es hijo de uno y favorece una reforma integral, también votó por el muro en la frontera con México.

Frente a la imagen de “experiencia” que presenta Clinton, Obama ha logrado proyectarse como “lo nuevo” y el representante real de un cambio en la política estadunidense. Sin embargo, es cauteloso al recomendar esos cambios. Por ejemplo limita el alcance de su reforma de salud al evitar condenar a las aseguradoras que controlan el sector, y tampoco se compromete a una retirada total de las tropas de Irak en el futuro cercano.

Obama ha asustado a Clinton con su triunfo en Iowa, su capacidad de recaudar fondos (cuenta con 80.3 millones) y su ascenso en las encuestas nacionales. Su sitio de Internet es: www.barackobama.com/index.php

John Edwards, ex senador de Carolina del Norte, criado en Carolina del Sur y que recuerda que es hijo de un trabajador textilero, se ha proyectado como el candidato “populista”. Arrancó su campaña en Nueva Orleáns para subrayar que lucharía por rescatar lo que “los intereses adinerados” y el “enraizado poder empresarial” han arrancado de la gente trabajadora. El campeón de la mayoría que ha visto desaparecer el sueño americano, no ha logrado consolidar una amplia base del electorado aunque sus temas son los de mayor resonancia.

Su candidatura ha obligado de los otros dos favoritos a adoptar algunas de sus posiciones y sus palabras frente a la creciente ansiedad económica y la desigualdad, el tema central de esta elección. Su postura sobre migración es parecida a la de Clinton y Obama, aunque no apoya la construcción del muro.

Edwards es el único de los tres precandidatos favoritos en aceptar fondos públicos para su campaña, lo cual impone límites estrictos a lo que puede recibir en aportaciones empresariales o de otras agrupaciones a su campaña. Hasta ahora ha recaudado un total de 30.3 millones. Su sitio de Internet es: www.johnedwards.com/

El representante federal Dennis Kucinich y el ex senador Mike Gravel tienen los discursos más progresistas sobre la guerra, las políticas imperiales, el libre comercio, la migración y demás. Ambos se comprometen a retirar las tropas de Irak de inmediato, sustituir políticas bélicas unilaterales con políticas diplomáticas multilaterales, suspender acuerdos como el TLCAN y promover una amnistía para los trabajadores indocumentados. Ambos han tenido un impacto limitado pero importante al presionar a los demás sobre el asunto de la guerra. Los sitios de Internet son: kucinich.us/ y www.gravel2008.us/