15 de enero de 2008     Número 4

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


CIRSA: Comercialización de café con estrategia económica

  • Chiapanecos orgánicos que exportan con comercio justo

Gladys Karina Sánchez Juárez

En México, como en otros países de América Latina, el cultivo de café es clave para la subsistencia de miles de campesinos, y hay quienes, organizados en sociedades de pequeños productores, logran mejorar su economía estableciendo relaciones comerciales equitativas con los compradores y los consumidores. Es el caso de Comunidades Indígenas de la Región de Simojovel de Allende (CIRSA), cuya actividad principal es la producción y comercialización de café orgánico con sello de comercio justo.


Cooperativa de productores de café en Simojovel FOTO: Elizabeth Zink

Ubicada en el municipio de Simojovel, Chiapas, CIRSA se integra por 600 campesinos de las etnias tzotzil y tzeltal principalmente, de 27 comunidades de los  municipios de Simojovel de Allende, El Bosque, Huitiupan, Jitotol y Amatán.

En 1990 inició el movimiento organizativo de estos campesinos para producir y comercializar café con técnicas de agricultura orgánica, tomando como referente las experiencias de la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) y de Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla (ISMAM). Con esta última establecieron alianzas para solucionar la comercialización y obtener asesoría en agricultura orgánica.
Sin embargo, muy pronto decidieron diluir la relación con ISMAM para formar una nueva organización en Simojovel, que constituyeron jurídicamente en 1992 con la denominación Comunidades Indígenas de la Región de Simojovel de Allende, Sociedad de Solidaridad Social (CIRSA, SSS).

En 1993 CIRSA comenzó a explorar la actividad comercial de forma independiente, respaldada por la certificación de su grano como producto cien por ciento de origen biológico. Con esta certificación, otorgada por las agencias Naturland, de Alemania, e IMO-Control, de Suiza, ha logrado colocar su aromático en mercados de Alemania, Holanda y Estados Unidos.

Toda organización certificada bajo las normas de la agricultura orgánica requiere controles técnicos internos que sustenten el hecho de que se realiza un proceso agrícola benéfico para el medio ambiente y la biodiversidad, y que aseguren la producción de alimentos sanos para los consumidores. El proceso no sólo debe corroborarse de forma física, sino también documental. Es necesario contar con ciertos conocimientos técnicos para cumplir los controles de las agencias certificadoras.

En 1995 CIRSA dio un nuevo paso al integrar el sello de comercio justo internacional.

Contar con este sello, avalado por Fairtrade Labelling Organisation (FLO), implica registros técnicos que aseguren a los consumidores que el sobreprecio que pagan por el producto efectivamente está beneficiando a los productores, que existe transparencia administrativa dentro de la organización y que las decisiones en ésta se toman de manera participativa y democrática.

Otra exigencia de FLO es que la organización sea capaz de establecer contratos de compra-venta con los importadores, y realizar las operaciones necesarias para cumplir con esos contratos, esto es, acopiar café pergamino, procesarlo para convertirlo en café oro seleccionado y ponerlo en el puerto de salida para el destino.

Las organizaciones deben contar con personal especializado. Al frente del área de producción requieren técnicos conocedores de las normas de la agricultura orgánica, la cuales se actualizan cada año. En el área comercial el personal debe estar al tanto de la calidad del producto para acopiar y procesar; conocer del mercado de divisas, debido a que los contratos se establecen en dólares, y estar enterado de los tipos de contratos que se pueden establecer con los importadores, de la fluctuación de precios en la bolsa internacional del café y de la logística que debe convenirse con la agencia aduanera.

Así, con la organización en CIRSA, los campesinos han logrado apropiarse del proceso productivo, y comercializan sin la intervención de acaparadores, obteniendo precios razonables gracias a su oferta orgánica y al sello de comercio justo. La experiencia organizativa les ha exigido desarrollar capacidades técnicas, que deben aún mejorar mucho, pero el resultado es el fortalecimiento de su economía.

Maestría en Desarrollo Rural, UAM-Xochimilco,
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