Al rencuentro CON la palabra original
La necesidad de la escritura
El principal obstáculo que enfrenta el náhuatl para fortalecerse como idioma es la creación de un estándar para su escritura, lo cual se consigue mediante un alfabeto, pero es justamente ese “pequeño detalle” el que más diferencias está generando actualmente entre sus hablantes.
Así lo explicó el lingüista nahua Refugio Miranda Sanromán, uno de los pioneros en la lucha por el pleno reconocimiento de las lenguas indígenas mexicanas.
En charla telefónica desde la comunidad hidalguense de El Ixtle, denunció que el investigador alemán Andrés Hassler ignoró los acuerdos de la primera Reunión Nacional de Nahuahablantes, realizada en 1982 en Pátzcuaro, Michoacán, e impuso su propia versión del alfabeto en la llamada Sierra Negra de Puebla y Veracruz, donde él trabaja.
En dicha cita, los asistentes decidieron adoptar un alfabeto de 18 grafías, conocido como nahua machiopamec, que comprende las letras a, ch, e, i, j, k, l, m, n, o, p, s, t, tl, y , x, u y ts.
Lo correspondiente a los sonidos b, g, f y el apóstrofo (pequeña pausa glotal entre dos letras) estaba aún por discutirse, pero Hassler “impuso” en su área de influencia la w, la th y la tz, lo cual ha generado un “gran conflicto a nivel nacional.”
“Ha habido varias reuniones, pero no se ha llegado a ningún acuerdo. No se trata de que se nos imponga un alfabeto nuevo. Nosotros no mantenemos el anterior por capricho o por ser una ‘elite’, como dice Hassler, sino porque es nuestro. Trabajé 20 años como locutor bilingüe, imagínese cómo me siento de que echen por tierra estos acuerdos”, dice Miranda.
Para definir la cuestión del alfabeto nahua, el sábado 1º de diciembre se realizó una reunión de hablantes en la comunidad de Tehuacán, Puebla, con la participación de la Academia de la Lengua Náhuatl, entre otros grupos, en donde se intentó alcanzar un acuerdo definitivo.
“Los nahuas tenemos por costumbre escucharnos y llegar a acuerdos, y en este caso se nos quiere ordenar qué vamos a hacer, al estilo de las haciendas, y ese tiempo se supone que ya se acabó, pero veo que no.”