Niega un distanciamiento con Venezuela en gestiones para la liberación de rehenes
Argentina ratifica su voluntad de apoyar acciones humanitarias en Colombia
El tema de los cautivos no es asunto político, sostiene el gobierno de Cristina Fernández
La entrega de todos los secuestrados daría paso a la pacificación colombiana: analistas
Buenos Aires, 13 de enero. Argentina rechazó hoy haber tomado distancia de Venezuela en las gestiones para buscar la liberación de los rehenes en Colombia, y de acuerdo con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “nunca ha visualizado este problema como un tema de naturaleza política y nunca lo va hacer”.
Luego de la exitosa liberación de las políticas colombianas Clara Rojas y Consuelo González, y pese a las complicaciones por las que pasó el proceso antes de consumarse el jueves pasado, Buenos Aires ratificó su voluntad de apoyar acciones humanitarias en Colombia.
Fuentes gubernamentales dijeron que la decisión está tomada al más alto nivel y confirmaron además que Argentina y Brasil trabajan coordinadamente en este tema, al tiempo que preparan una reunión de Fernández de Kirchner y su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.
En curso están también los preparativos para una reunión de los países garantes: Suiza, Francia, Ecuador, Brasil, Bolivia y Cuba, auspiciada por Venezuela.
“El tema humanitario había quedado fuera para sectores que se congratulaban del fracaso porque eso les permitía renovar sus ataques a la política exterior gubernamental”, señaló una fuente de la cancillería en referencia a la cancelación de los trabajos de la misión de garantes en la cual estuvo el ex presidente Néstor Kirchner, el 31 de diciembre pasado.
La presidenta Fernández de Kirchner asumió el compromiso de apoyar acciones humanitarias en Colombia desde que comenzó su mandato presidencial el pasado 10 de diciembre.
La interrupción abrupta del intento de liberar a los rehenes provocó momentos tensos entre Argentina y Colombia, por la actitud ambivalente o despectiva del gobierno de Álvaro Uribe hacia los garantes.
El sábado algunas agencias internacionales de noticias se apresuraron a interpretar declaraciones del jefe de Gabinete argentino en el sentido de que Buenos Aires –como es el caso de Lima– se había alejado de la posición del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en cuanto a reconocer beligerancia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Tampoco Brasil ha tomado distancia de la propuesta de Chávez y el gobierno no ha calificado nunca de “terroristas” a las FARC, porque actúa en la línea de la Organización de Naciones Unidas en ese aspecto.
Para analistas argentinos con conocimiento de la situación colombiana, la liberación de rehenes no sólo sería un paso humanitario de importancia, sino que adelantaría negociaciones para la pacificación colombiana, ayudaría a la integración regional y calmaría las fronteras calientes de varios países con Colombia.
Reconocer “beligerancia a estas fuerzas –aunque no se acuerde con ellas en todo su accionar– supondría una puerta abierta a la pacificación”, señalan aquí organismos de derechos humanos que prevén intensificar acciones en favor de la paz en Colombia.
“Colombia es un tema humanitario por donde se lo vea y no puede haber hipocresías ni falsificaciones. El pueblo colombiano necesita la paz ahora. La necesitan los familiares de las miles de víctimas de la violencia, los refugiados, los niños, las mujeres y todo lo que se haga debe ser apoyado y no obstaculizado”, ha dicho el premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
El conflicto en Colombia, de acuerdo con Pérez Esquivel, “además de la tragedia en que vive ese pueblo”, es un foco de inestabilidad permanente para todos, es objeto de la injerencia del presidente George W. Bush y exige abrir un “camino ante las posiciones cerradas que no dejan una ventana ni siquiera entreabierta para pacificar ese país que vive en la tragedia”.