Astillero
Estampas de Año Nuevo
Aristegui, periodismo de excepción
AMLO: defender el petróleo “en serio”
Porfirio: fuegos de artificio (a la venta)
1. La falta de acuerdo entre la W y Carmen Aristegui para renovar un contrato de prestación de servicios a nadie debería asombrar, e irritar, si en el periodismo electrónico de México fuesen regla, y no excepción, la independencia, libertad y profesionalismo con que la conductora de Hoy por hoy se desempeñó en esa emisora durante cinco años y, de manera especialmente significativa, en los tiempos envenenados que siguieron al fraude electoral de 2006 y a la posterior protección de los aliados del poder tramposo (Mario Marín y Norberto Rivera, por ejemplo, son dos aliados que ahora podrán gozar de la abulia uniformada, “objetiva” y “correcta” de la radio matutina en sus noticiarios). Tampoco habría razón para suponer móviles políticos oscuros en ese replanteamiento empresarial si Televisa y Prisa no se hubieran convertido en instrumentos de convalidación del citado fraude electoral y, en esa condición, en foros informativos y de análisis político que excluyen las visiones que puedan incomodar al impugnado presidente formal del país. La excepcionalidad de Aristegui (otro de los contados casos de periodismo crítico, notable buen uso del idioma y agradecible inteligencia y claridad analítica es el de Jorge Saldaña, en Radio ABC) y las evidencias de politiquería en las corporaciones propietarias de la W han generado en apoyo de Carmen, y en rechazo a las maniobras de censura periodística disfrazadas de asuntos de negocios, una amplia y plural reacción a la que, apenas llegado de una breve holganza, se suma el autor de las presentes líneas.
2. Andrés Manuel López Obrador ha iniciado el año con bríos discursivos y organizativos en contra de las maniobras que a su ver están por abrir aún más las puertas al capital privado para que tenga una mayor y más explícita participación en Pemex. Con la advertencia de que va “en serio” (una respuesta a quienes creen que el tabasqueño se ha pasado su etapa poselectoral brincando de promesa en promesa de acción, sin pasar de mítines y propuestas vagas), el ex candidato presidencial (¿ex?) ha anunciado su disposición absoluta a encabezar un movimiento activo de oposición a esa apertura que califica de antipatriótica. De avanzar los arreglos entre PAN y PRI para que se pueda dar esa apertura (pensada, sobre todo, en función de los intereses de inversionistas extranjeros), López Obrador tendría la mayor oportunidad, hasta ahora, de salir a las calles y retomar el lugar en el escenario político nacional que le corresponde en función del peso de un electorado que le es fiel y de un segmento social nacionalista que no tiene a la vista otro líder en quién confiar.
3. Uno de los brazos (si no es que el principal) de esa eventual batalla por el petróleo es el Frente Amplio Progresista, que este año ha estrenado dirigente en la persona de Porfirio Muñoz Ledo, un labrado ejemplo de oportunismo e inconsistencia políticas que ahora dedicará sus talentos a combatir desde la “izquierda” lo que en 2000 apoyó como promotor del voto útil en favor de la derecha rupestre encabezada por Vicente Fox, quien pagó los servicios del saltimbanqui profesional con una distinguida embajada en Europa. Muñoz Ledo, sonoramente repudiado en el Zócalo capitalino la primera vez que apareció al lado de AMLO, en campaña por la Presidencia, ahora ha empeñado (provisionalmente, desde luego) su lealtad y su entrega a las causas progresistas del país. Tan infortunado nombramiento amenaza con convertir lo que pudiese subsistir del citado FAP en mera mercancía de intercambio, al mejor estilo de este neoporfirismo “de izquierda”, y augura que buena parte de lo que en ese frente se haga sea fuego de artificio, ocurrencia verbal, vanidad cabalgante.
4. Felipe Calderón comenzó el año con un mensaje televisado de buenos deseos que, sin embargo, violenta las recientes reformas constitucionales en materia de difusión de mensajes gubernamentales que, según eso, deben estar exentos de formas de promoción personal. Si el panista michoacano puede salir a cuadro para ganarse la buena voluntad de la clientela televisiva al expresar formulismos de temporada, entonces cualquier otro político puede pagar tiempo, disfrazado de San Valentín o de Santaclós, aduciendo nobles sentimientos que le eximirían de obedecer reglas políticas en materia de publicidad electrónica. Por lo demás, el hombre del Calderón en punto de ebullición avanza marcialmente en el asunto del reacomodo nacional del narcotráfico. Luego de un periodo de relativa calma, el país ha visto el retorno de los crímenes adjudicados a las batallas entre miembros de bandos opuestas o de alguno de éstos contra fuerzas militares o policiales. El reavivamiento de hostilidades ha hecho que el gobierno federal establezca como objetivo de “guerra” el exterminio de Los Zetas, lo que representa una forma de beneficiar al grupo históricamente favorecido por el panismo, desde el arribo de Fox a la presidencia, el encabezado por el Chapo Guzmán.
Astillas
Uno de los nietos de Elba Esther Gordillo es el nuevo líder juvenil de la colmena familiar llamada Panal. René Fujiwara Montelongo es hijo de René Fujiwara Apodaca, uno de los principales prestanombres que ha usado la cacique sindical para (entre otras operaciones) la compra de propiedades inmobiliarias en zonas como la colonia Polanco, de la ciudad de México. El señor Fujiwara fue el primer esposo de Maricruz Montelongo Gordillo, quien actualmente está casada con Fernando González Sánchez, actual subsecretario federal de educación básica (la iglesia educativa en manos del yerno). El joven Fujiwara, a quien se le ha dificultado escandalosamente pronunciar algo parecido a un discurso en sus futuristas giras de trabajo por el país, tiene fundamentos para esperar una pronta colocación en niveles de la alta burocracia o del Congreso de la Unión: su padre, por ejemplo, ha sido subdirector de atención al derechohabiente en el ISSSTE gordillista y su madre fue diputada federal, al igual que su tía, Mónica Arriola Gordillo… ¡Hasta mañana!