Usted está aquí: domingo 13 de enero de 2008 Cultura Preparaba Ángel González la publicación de un nuevo libro

Estaba muy ilusionado porque tenía listos 14 poemas, afirma su amigo Luis García Montero

Preparaba Ángel González la publicación de un nuevo libro

España lamenta la muerte de una de las voces más queridas entre varias generaciones

Fue uno de los poetas que ejercen magisterio: Víctor García de la Concha, presidente de la RAE

Armando G. Tejeda (Corresponsal)

Ampliar la imagen La mirada reflexiva de Ángel González La mirada reflexiva de Ángel González Foto: Marina Taibo

Madrid, 12 de enero. La muerte de Ángel González, el poeta que escribió en un verso “humo son mis obras, cenizas mis hechos… y mi corazón que se queda en ellos”, se presentó de madrugada, cuando tenía 82 años y estaba lleno de vitalidad e ilusión ante la inminente publicación de un nuevo libro suyo. Pero la muerte se presentó en un hospital de Madrid, donde estaba internado desde hace varias semanas por una afección respiratoria. El fallecimiento de Ángel González causó una honda conmoción en España, país cuya historia trágica también sacudió desde pequeño al poeta: la Guerra Civil le arrebató a dos hermanos, uno ejecutado por las huestes franquistas, y otra expulsada al exilio, mientras él, siendo todavía niño, enfermó de tuberculosis en plena posguerra y tuvo que vivir aislado durante tres años, acompañado de sus libros y sus versos.

González vivió sus últimos años entre Madrid y Oviedo –su ciudad natal–, después de un largo exilio voluntario en Alburquerque, Nuevo México, donde vivió desde 1972, dedicado a impartir clases de literatura y a la escritura. En sus últimos libros, el poeta sintió la llegada del “otoño” y escribió sus versos “más elegiacos”, como le gustaba definirlos a él mismo, como El otoño se acerca, en el que decía: “Se diría que aquí no pasa nada,/ pero un silencio súbito ilumina el prodigio:/ ha pasado/ un ángel/ que se llamaba luz, o fuego, o vida./ Y lo perdimos para siempre”.

El cuerpo de Ángel González fue trasladado esta mañana al tanatorio de San Isidro, donde fue instalada la capilla ardiente para que sus amigos y lectores le dieran el último adiós, antes de que sus cenizas sean esparcidas en Asturias, tal y como era su deseo. A pesar de que siempre se le catalogó como un “poeta de la Generación del 50” –una definición que él mismo negaba–, González se convirtió en una de las voces más leídas y escuchadas de la poesía contemporánea española, al tiempo que tejió con humildad y generosidad un hermanamiento fraterno con los poetas “jóvenes”.

Susana Rivera, su mujer y a quien le dedicó gran parte de sus últimos escritos, recibió numerosos mensajes de condolencias, entre ellos el de Luis García Montero, uno de sus mejores amigos y discípulos más queridos, quien señaló “que estaba muy ilusionado con un libro que estaba por terminar con 14 poemas nuevos, pero más que la pérdida de un gran poeta, sentimos la pérdida del inmenso amigo”.

El poeta gaditano y compañero de generación José Manuel Caballero Bonald, quiso recordarle como su “amigo del alma, pues ahora me importa él su obra la recordaré otro día”. El escritor y poeta Francisco Brines añadió que Ángel González fue “un poeta con una gran transparencia y precisión, su poesía y su persona eran muy paralelas”.

Ángel González también era miembro de la Real Academia de la Lengua (RAE), por lo que su director, Víctor García de la Concha, también expresó su hondo pesar por su muerte, al tiempo que lo definió como “uno de esos poetas que ejerce magisterio”. Antonio Colinas, poeta, señaló que “su muerte supone el fallecimiento de un emblema y de un maestro para una buena parte de los poetas más jóvenes”.

Mientras Antonio Gamoneda, Premio Cervantes del 2006, dijo que Ángel González fue “un poeta que tenía unas pautas ideológicas antifranquistas muy claras y que se incorporó en los años 50 a las pautas poéticas del realismo, en donde se mantuvo con una gran dignidad”.

Otro poeta y músico que también se mostró muy afectado por la muerte de González fue Joaquín Sabina, quien señaló que “era un poeta en carne viva y uno de los seres humanos más dignos, decentes y ejemplares que han existido”. A estos elogios se sumó el escritor Jaime Siles, quien señaló que “mantuvo una postura profundamente crítica ante la realidad de la posguerra que le tocó vivir y el resultado fue una poesía ética, crítica y de testimonio”.

En tanto, la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, señaló que Ángel González “renovó la poesía y el lenguaje poético, manteniendo el fondo crítico de la poesía social”. Incluso hubo condolencias y pesar entre la clase política española, como la del coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, quien señaló que fue “un gran poeta de la cultura española y asturiana, y una persona de izquierdas comprometida contra el fascismo”.

 
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