Lo que se consiguió con ese proyecto y nada es igual, asevera el dirigente González Sada
Un fracaso, el programa de primer empleo, considera la Coparmex
Se queja de las múltiples trabas y requisitos impuestos por el gobierno a las empresas
Incongruente, pretender estimular la creación de puestos de trabajo y hacer inaccesible el plan
Ampliar la imagen Personas en busca de tarjetas para cobrar el seguro de desempleo en el Distrito Federal Foto: José Antonio López
Creado por decreto de Felipe Calderón para cumplir con su promesa de campaña de convertirse en presidente del empleo, el llamado Programa del Primer Empleo (PPE) fue considerado “un fracaso” por Ricardo González Sada, dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
No puede ser llamado de otra manera, dijo, porque aunque durante 2007 se registró una cifra récord con la creación de 780 mil nuevos puestos de trabajo formales, de acuerdo con cifras preliminares del IMSS, pocos fueron gracias al Programa del Primer Empleo.
“Lo que se consiguió crear con el Programa del Primer Empleo y nada es prácticamente igual. Es un cifra insignificante”, debido a las múltiples trabas y trámites que las autoridades impusieron a los empresarios para acceder al mismo, explicó el dirigente patronal.
Con el PPE, el gobierno federal se comprometió a condonar a los empresarios hasta el cien por ciento de las cuotas del Seguro Social de aquellos empleados que contrataran y que nunca hubieran tenido antes un empleo formal, por lo que estaba enfocado a los jóvenes. Sin embargo, la principal queja de la iniciativa privada fue que tenía que pasar un año para que las empresas pudieran tener acceso a dicho subsidio.
González Sada manifestó que de nada sirve que las autoridades ofrezcan “muy buenos incentivos” para la creación de empleos si el número de requisitos y trabas que impusieron al PPE lo hicieron “prácticamente inaccesible, porque casi pedían las perlas de la Luna”. Ello aunado a que tampoco se generaron las condiciones para impulsar la competividad en el país para impulsar verdaderamente la creación de más y mejores empleos, abundó.
Así, el PPE ha tenido que ser modificado a tal grado que inicia su segundo año de existencia con nuevas reglas de operación y sin contar con un presupuesto determinado.
Un año en blanco
Hace prácticamente un año, el 15 de enero de 2007, el presidente Felipe Calderón anunció así la puesta en marcha el programa: “con la firma del decreto que lo establece, cumplimos con uno de los compromisos más importantes que hemos adquirido con los mexicanos”. Para ello, el Ejecutivo propuso y el Poder Legislativo autorizó un presupuesto de 3 mil millones de pesos para su arranque.
Sin embargo, de dicho monto sólo se ejercieron unos 500 millones de pesos, es decir el 16 por ciento del total y sin que hubiera cumplido un año de operaciones, el programa desapareció prácticamente del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2008, toda vez que no se le asignaron recursos directamente.
Incluso se establece que los recursos del fondo de reserva que constituyó el IMSS para cumplir con el PPE podrán ser transferidos a un fondo del Instituto del Fondo de Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), para destinarlos a programas de promoción de empleo.
El programa no inició de inmediato, sino meses después del anuncio presidencial y entre la poca información que han difundido las autoridades sobre su desarrollo, se sabe que hasta agosto de 2007 sólo había generado 7 mil puestos de trabajo, según declaraciones de Juan Molinar Horcasitas, director general del IMSS.
Los cambios
El dirigente de Coparmex aseguró que el PPE sigue sometido a un proceso de revisión por parte del gobierno federal y los organismos empresariales. “Hasta donde tenemos noticias el programa está aún en el proceso de reingeniería para hacerlo mucho más sencillo y accesible por parte del Seguro Social”, comentó en entrevista.
Por lo pronto, el gobierno federal emitió un nuevo decreto que modifica las reglas de operación del PPE y que entrará en vigor a partir del próximo 15 de enero, justo cuando se cumple un año del anuncio presidencial sobre su creación, y entre las que destaca la reducción del periodo para mantener asegurados a los trabajadores elegibles al programa así como el tiempo para el pago a las empresas correspondientes.
Así, de los nueve meses que originalmente se exigía que un trabajador estuviera con un patrón para ser considerado elegible al PPE, ahora sólo se pedirán tres, mientras que las empresas que demanden el subsidio podrán hacerlo a partir del cuarto mes de registro de las nuevas plazas laborables.