Dice que en 2006 en Puebla le robaron la elección por desorganización partidista

López Obrador convoca a la unidad en el FAP para enfrentar a las mafias

Reconoce a los líderes del frente, que se mantienen leales a pesar de hostigamientos

Fabiola Martínez (Enviada)

Temoaya, Edomex, 12 de enero. Andrés Manuel López Obrador llamó a la unidad a los dirigentes de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia, que integran el Frente Amplio Progresista (FAP), como vía para defender al pueblo y a la patria.

Durante un recorrido por municipios de la región otomí de la entidad mexiquense, el “presidente legítimo” de México pidió a los líderes nacionales, estatales y locales del FAP hacer de lado intereses personales, de grupo e incluso partidistas.

Señaló que la lección del pasado 2 de julio es que “tenemos que organizarnos; también nos robaron la Presidencia de la República porque nos faltó organización. Por eso ahora nos estamos preparando con tiempo para que no vuelva a pasar lo mismo, para que no vuelvan a pisotear la dignidad del pueblo”.

Comentó al respecto que el 2 de julio de 2006 la coalición que encabezó ganó, con holgura, muchas entidades del país, aunque en zonas como Puebla “ganamos, pero nos robaron porque ni siquiera se cuidó la mitad de las casillas”.

El llamado de unidad y a la organización –“más allá de las banderías partidistas”– ocurre a la par de la convocatoria a la población para integrarse al movimiento nacional de defensa del petróleo, ante la próxima presentación de una iniciativa de reforma al sector energético, promovida en especial por legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

López Obrador ha advertido que llamará a una movilización nacional de resistencia civil pacífica, en cuanto se presente tal propuesta de reforma, que significaría, subrayó, perder la principal palanca de desarrollo del país.

Por lo pronto, invitó a sus simpatizantes a acudir el próximo 18 de marzo al Zócalo capitalino a la celebración del 70 aniversario de la expropiación petrolera.

El ex candidato de la coalición Por el Bien de Todos dijo ante cientos de simpatizantes que la unidad resulta fundamental para avanzar hacia una verdadera transformación de México y eliminar el régimen de privilegios.

“Somos millones a escala nacional. Por eso vengo a invitarlos a seguir adelante; no perdamos la fe (…). Las mafias se tienen que enfrentar con unidad”, aseveró.

Después de ese llamado, el político tabasqueño hizo un reconocimiento a aquellos dirigentes del FAP que siguen trabajando a su lado por la transformación del país, aun cuando sean sujetos de presiones.

“(A dirigentes del frente) los hostigan para que no se junten conmigo, pero aquí, a mi lado, refrendan su lealtad.”

Insistió en que “vamos a mantener la unidad para luchar contra el PRI y el Acción Nacional, los de arriba que están de acuerdo siempre; no hay que confundirnos”.

Insistió en que el movimiento que encabeza es pacífico.

Cincuenta giras

El “presidente legítimo de México” cumple ya medio centenar de giras semanales por el país; ronda los mil 150 municipios y la próxima semana concluye con Oaxaca e inicia su recorrido por los ayuntamientos guerrerenses.

Este sábado visitó Jocotitlán e Ixtlahuaca, gobernados por el PRI; Jiquipilco y Xonacatlán, encabezados por el sol azteca y el PT; Otzolotepec (Villa Cuauthémoc), por el tricolor, y Temoaya, gobernado por una inusual alianza entre el PRD y el PAN, que ha motivado divisiones en este ayuntamiento. En ese contexto López Obrador reiteró que si bien la diferencia de opiniones es normal, como parte de la democracia, cuando llega el momento necesario hay que sentarse a la mesa para alcanzar acuerdos.

Expresó esto porque en los mítines fue evidente la presencia de integrantes de las diversas corrientes que integran el perredismo, como en Jocotitlán, donde varias personas portaban playeras de Nueva Izquierda “Jesús Ortega” y, en otros, banderines con las siglas GAP (Grupo de Acción Política).

“Los mítines ya están marcados con la elección del 16 de marzo”, señalaron los propios perredistas, en referencia a la contienda por la renovación de la dirigencia nacional de ese partido.