Una recesión en EU afectará a la economía en una magnitud imposible de determinar, dicen
Reconocen Hacienda y BdeM que habrá menor crecimiento
La crisis hipotecaria desató una “situación sin precedente”, afirma Guillermo Ortiz
Calculan que las pérdidas de un grupo de bancos podrían ser hasta de 90 mil millones de dólares
Ampliar la imagen Agustín Carstens, secretario de Hacienda y Crédito Público Foto: Roberto García Ortiz
Ampliar la imagen Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México Foto: Roberto García Ortiz
La recesión de Estados Unidos afectará a la economía mexicana en una magnitud que aún es imposible determinar, pero que lleva a revisar a la baja las metas de crecimiento económico del país para 2008, afirmaron por separado el secretario de Hacienda, Agustín Carstens Carstens, y Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México.
Esta es la primera ocasión en que las dos principales autoridades financieras y monetarias del país, prácticamente dan por descontado que la economía estadunidense entrará en recesión como consecuencia de la crisis hipotecaria de los bonos de alto riesgo, subprime, que irrumpió en el escenario financiero mundial a principios de agosto de 2007, y cuya profundidad se desconoce hasta la fecha.
“Se trata de una situación sin precedente. El problema se originó en los últimos 2 o 3 años, pero hay una gran opacidad sobre lo que está pasando. Se calcula que un grupo de 20 bancos tienen en balance 400 mil millones de dólares de estos productos de subprime y otros 400 mil millones fuera de balance. Las pérdidas varían entre 80 mil y 90 mil millones, pero las estimaciones del Fed (Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos), hechas hace dos o tres meses, se quedaron muy muy cortas ”, sintetizó el gobernador del Banco de México.
Panorama cambiante
Ortiz Martínez apuntó que el panorama cambia todos los días, aunque las expectativas se deterioraron aún más en las recientes semanas, y la probabilidad de recesión en Estados Unidos ha aumentado, al grado de que tres de las más importantes corredurías –entre ellas Merrill Lynch y Goldman Sachs– “la dan como un hecho”, en un contexto de un “panorama de gran incertidumbre sobre lo que puede ocurrir en el mercado financiero de Estados Unidos en 2008 y su impacto en la economía real.”
Primero en intervenir en el seminario de Perspectivas Económicas 2008, organizado por la asociación de ex alumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el gobernador del banco central se mostró optimista ante este panorama y consideró que “la economía mexicana va a resistir razonablemente bien” el impacto de la desaceleración económica estadunidense, pero aclaró también que esa resistencia dependerá “del tamaño de la recesión”.
Adelantó que las proyecciones para 2008 previstas en su más reciente informe sobre inflación serán revisadas a la baja en el que se presentará el próximo 30 de enero.
Ilustró la situación de incertidumbre sobre el efecto de la recesión de Estados Unidos en México, con el cuento del ranchero que preguntó a su hijo: ¿Le tienes miedo a los perros? A lo que el menor respondió: “A los chiquitos no, apá”.
Y documentó su optimismo sobre la capacidad de “rebote” de la economía estadunidense, con una adivinanza lanzada al auditorio: ¿Cuál es la diferencia entre los optimistas y los pesimistas? Tras breves segundos de espera, Guillermo Ortiz despejó la incógnita: “todos terminamos en el mismo lugar, pero los optimistas lo pasan mejor en el trayecto.”
Por su parte, el secretario de Hacienda, quien clausuró el seminario, dedicó la mayor parte de su exposición a mostrar que la economía mexicana se encuentra ahora en mejor posición que en 2001, para contrarrestar los efectos de la recesión estadunidense. Mencionó los siguientes factores: solidez macroeconómica y financiera; una política fiscal anticíclica, que se fortalecerá con ingresos petroleros de al menos 63 por ciento mayores a los presupuestados, y un programa de inversión en infraestructura de 500 mil millones de pesos; además de la presencia de un sistema financiero “sano y consolidado”, donde todos los componentes del crédito bancario al sector privado se expanden a tasas elevadas.
Sin embargo, adelantó que la meta de crecimiento económico de 2008 será menor a la de 3.7 por ciento incluida en los Criterios Generales de Política Económica de este año, consideró “razonable” el pronóstico de 3.3 por ciento previsto por los consultores privados, pero anunció que será hasta dentro de 15 días, con mayor información, cuando se realicen los ajustes.
“El reto es primero saber qué tan extensa y profunda será la desaceleración (en Estados Unidos) para determinar la fortaleza de la economía mexicana para atenuar el impacto. Estamos entrando a este proceso de turbulencia con una economía fuerte y esto contrarrestará las presiones negativas que se presenten del exterior”, explicó Carstens.
Sobre el aumento de probabilidades de que la economía de Estados Unidos entre de lleno en recesión, matizó: “lo que se puede decir es que si hay tendencia a la baja y mucha incertidumbre sobre la severidad”. Y también se mostró optimista en cuanto a la capacidad de respuesta de quienes definen la política económica en Estados Unidos. “Es probable que la duración de este episodio sea corta y hacia la segunda mitad del próximo año se revierta”, deseó.