Critica Murat el “debate clandestino” en su partido
Plantea el PRI colocar parte del capital de la petrolera en acciones
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados no sólo está de acuerdo en permitir la inversión privada en la exploración y explotación de yacimientos petrolíferos en aguas profundas, sino que además apoya la realización de una reforma legal que permita “dividir el capital social” de Petróleos Mexicanos (Pemex) para la venta de acciones.
Ayer el coordinador de la bancada, Emilio Gamboa Patrón, y un grupo de legisladores se reunieron para afinar la estrategia, que incluye la figura de un negociador que se dedicará a recabar información de países como Brasil, Noruega y Dinamarca, con experiencia en la extracción de crudo a grandes profundidades en el mar.
Parte de la propuesta priísta considera modificar las leyes orgánicas de la Administración Pública Federal, Federal de las Entidades Paraestatales y Orgánica de Petróleos Mexicanos con objeto de permitir la emisión de títulos, que podrían ser “afectados por el gobierno federal a favor de mexicanos, con exclusión de los extranjeros”, como una supuesta vía para capitalizar a la paraestatal.
Esta propuesta, que había pretendido impulsar el PRI desde hace tres años, considera entregar hasta 2 por ciento de dichas acciones al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que en 2000 entregó mil millones de pesos al PRI para financiar la campaña del entonces candidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, quien ahora, como presidente de la Comisión de Energía del Senado, presentará la iniciativa para permitir la inversión privada en Pemex.
Consultado sobre los alcances de la propuesta priísta, el vicecoordinador de la bancada en San Lázaro, Samuel Aguilar Solís, dijo que seguramente el Senado analizará dos iniciativas: la de Labastida y la que en su momento presente el gobierno de Felipe Calderón. Informó que la decisión es “analizar con responsabilidad” la reforma energética, que incluye modificaciones para permitir el acceso de empresas privadas en asociaciones con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC).
Explicó que el análisis de los priístas partirá de cinco ejes: en primer lugar, garantizar en el presente, así como a mediano y largo plazos, la seguridad energética del país, para la cual se requiere un marco jurídico que será definido a partir de las reformas legales. También, que las leyes den competitividad y seguridad a Pemex, la CFE y Luz y Fuerza; promover la eficiencia y mayores recursos para modernizar las tres paraestatales. Además, no se aprobaría una reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución para evitar la privatización de Pemex.
Mientras, se confirmó que durante la reunión de ayer en la Cámara de Diputados, Gamboa y su burbuja decidieron nombrar al secretario de la Comisión de Energía en San Lázaro, Ascensión Orihuela, representante de la diputación tricolor para iniciar contactos con los embajadores de México en Brasil, Noruega y Dinamarca, para que las representaciones diplomáticas en esos países envíen información sobre experiencias de éxito en exploración y explotación de yacimientos de petróleo en aguas profundas. También sobre la constitución de fondos soberanos, que se obtienen de los recursos adicionales por los altos precios del petróleo de exportación.
Sin embargo, ayer el diputado priísta José Murat expresó su descontento con lo que definió como “un debate clandestino, debajo de la mesa” para privatizar Pemex y avalar la fallida política del gobierno de Felipe Calderón “de vender a la empresa, antes que resolver con inteligencia los problemas que enfrenta”.
El ex gobernador de Oaxaca advirtió que con el respaldo de algunos sectores del PRI, Calderón pretende privatizar Pemex, pero alertó que existe el riesgo de reeditar experiencias como la venta de carreteras, ingenios, y la privatización de la banca, que fueron mal administradas por la iniciativa privada, luego debieron ser rescatadas por el gobierno, y el único que ha pagado es el pueblo de México.
Destacó que sólo 10 por ciento de la industria petrolera del mundo es manejada por manos privadas, por lo que México iría a contra corriente de otros países que sí protegen sus recursos energéticos.