El ex jefe de Estado panameño podrá ser enviado a Francia
Rechaza justicia de EU pedido para suspender extradición de Noriega
Miami, 9 de enero. Un juez federal estadunidense rechazó hoy un pedido del ex jefe de Estado panameño Manuel Antonio Noriega para que suspenda su extradición a Francia por no existir garantías de que ese país le dé trato de prisionero de guerra, y ordenó que el trámite siga adelante.
El juez Paul Huck consideró que no hay nuevas evidencias que permitan determinar que el ex general Noriega no recibirá en Francia los beneficios que obtuvo al ser declarado prisionero de guerra de Estados Unidos, y rechazó un nuevo pedido de habeas corpus presentado por la defensa en un tribunal de Miami.
“Hay un compromiso de Francia de darle al general Noriega, no el estatus de prisionero de guerra, pero sí los beneficios de prisionero de guerra que le otorga las Convenciones de Ginebra, y uno de ellos es la repatriación” a Panamá, dijo el juez.
La defensa había pedido que su cliente no fuera entregado por el gobierno de Estados Unidos a Francia porque ese país no va a considerarlo un prisionero de guerra, donde se le reclama por lavado de dinero de más de 3 millones de dólares y por cuyos cargos ya lo condenó en ausencia en 1999 a 10 años de cárcel.
De esta manera el proceso de extradición del hombre que gobernó Panamá entre 1984 y 1989, sigue adelante, aunque podría quedar interrumpido por apelaciones –que demorarían meses o años– antes que el Departamento de Estado dé la aprobación final para su entrega a las autoridades francesas.
Previo a esta presentación, otro juez, William Hoeveler, determinó en septiembre que no existen causas para oponerse a una eventual extradición de Noriega a Francia, pero dejó abierta la posibilidad de que su defensa planteara una nueva demanda sobre las garantías que debería dar el país europeo.
Noriega quiere regresar a Panamá, donde le esperan condenas que suman más de 60 años de prisión por varios crímenes, aunque podria cumplier su condena bajo arresto domiciliario.
Noriega fue un importante colaborador de la CIA en los 80, pero según especialistas se convirtió en enemigo de Washington tras negarse a colaborar en la guerra de agresión en Nicaragua contra la revolución sandinista, distanciarse de la guerra en El Salvador y apoyar el acuerdo de Contadora para la paz en la región.