Esos recursos forman una “válvula de seguridad”, destaca la calificadora S&P
México, en riesgo de adicción crónica a los altos ingresos petroleros y de remesas
México corre el riesgo de una “adicción crónica” a los altos ingresos petroleros y a los recursos de las remesas de mexicanos que viven en el extranjero. Esto se convertirá en una limitante para impulsar los cambios que se requieren para lograr mayor crecimiento del producto interno bruto (PIB) y la generación de más empleos, afirmó la firma Standard and Poor’s, una de las principales analistas de riesgo de deuda pública.
En un análisis sobre la situación y perspectivas de México, la calificadora sostiene que tanto los ingresos petroleros como la migración se han convertido en una “válvula de seguridad”, que permite al país “arreglárselas sin tener que imponer reformas difíciles”. Sin embargo, advierte que esto no durará mucho tiempo debido a la mayor dificultad de los migrantes para ingresar a Estados Unidos, y a la declinación en las reservas de crudo.
En el artículo Creando las nuevas reglas del juego en México, el analista de crédito de Standard and Poor’s, Joydeep Mukerji, afirma que los recientes cambios en la política mexicana han desencadenado presiones para abrir los sectores protegidos de la economía a una mayor competencia y aumentar la rendición de cuentas del sector público.
Factor de estabilidad social
En particular, señala que “México se ha beneficiado de dos factores que le han ayudado a compensar el débil crecimiento económico de los últimos años: una migración masiva a Estados Unidos y abundantes ingresos petroleros”. Esto, precisa Mukerji, “ha permitido al país mantener la estabilidad social pese al lento crecimiento”.
En el artículo el analista hace referencia a que al menos 10 por ciento de la población nacida en México, y 15 por ciento de su población en edad productiva actualmente viven en Estados Unidos.
En particular define: “El gobierno mexicano ha logrado mantener políticas fiscales estables pese al crecimiento lento y al modesto ingreso tributario, gracias a los ingresos fiscales que recibe del sector petrolero de entre 6 y 8 por ciento del PIB. La migración y los ingresos petroleros han ayudado a aligerar las presiones políticas en México, proveyendo al país de una válvula de seguridad que le permite arreglárselas sin tener que implementar reformas difíciles.
“La incapacidad de avanzar más rápido con las reformas conlleva el riesgo de convertir la dependencia de México de estos dos factores en una adicción crónica. Los beneficios de la emigración y del petróleo podrían declinar en los siguientes años, a medida que la inmigración a Estados Unidos se vuelve más difícil (especialmente a medida que la economía estadunidense se desacelere) y que la producción de petróleo sigue cayendo de la máxima alcanzada en 1994”.
Para la calificadora, luego de los cambios fiscales en materia recaudatoria el gobierno debe enfocar sus esfuerzos en elevar el crecimiento del PIB y crear más empleos.
Advierte que “la incapacidad de superar los obstáculos económicos que se derivan del legado de políticas ‘corporativistas’ podrían continuar afectando a México en términos del mencionado crecimiento del PIB y la creación de empleos”.