Intensifican la lucha contra el grupo delictivo
Violenta, la respuesta del cártel del Golfo en contra de militares
A partir del segundo semestre del año pasado, el Ejército Mexicano intensificó sus acciones en contra del cártel del Golfo en Tamaulipas, lo que se tradujo en el decomiso histórico de más de 10 toneladas de cocaína en Tampico; la incautación de más de 55 toneladas de mariguana y la captura de algunos de los principales capos y sicarios de la organización creada por Osiel Cárdenas Guillén. Sin embargo, la participación creciente de los soldados trajo también como consecuencia mayores índices de violencia en la entidad y lo que antes era poco común: enfrentamientos violentos entre militares y narcotraficantes.
De acuerdo con información oficial, aun cuando Tamaulipas formaba parte de las entidades en las que el gobierno de Felipe Calderón inició una “guerra frontal” contra el narcotráfico al iniciar su sexenio, en diciembre de 2006, lo cierto es que hasta el 31 de agosto pasado la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dio cuenta en un comunicado de “seis operaciones de alto impacto –otras más se encuentran en desarrollo en Michoacán, Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Oaxaca y Jalisco–”; en aquel entonces, poco se hablaba de esa entidad fronteriza.
El 18 de febrero de 2007 el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, anunció –junto con otros integrantes del gabinete de seguridad– que los operativos antinarco y contra el crimen organizado (iniciados en diciembre de 2006 con la llegada de Calderón) se ampliarían a Tamaulipas y Nuevo León.
Con ello, la estrategia gubernamental en contra del crimen abarcaba la ciudad de Tijuana, Baja California, y los estados de Guerrero, Michoacán, Chihuahua, Sonora y Durango.
En aquel entonces se informó que se enviarían 2 mil 35 miembros del Ejército a esas entidades, además de 48 vehículos, dos aviones y cinco helicópteros.
Mientras que el almirante secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez Mendoza, indicó que enviaría 750 efectivos, un avión, dos helicópteros, una patrulla oceánica y cuatro patrullas interceptoras para apoyar los operativos en esas entidades.
El 31 de agosto, la Sedena dio cuenta de los operativos referidos y del decomiso de mil 106 toneladas de mariguana y casi tres toneladas de cocaína, de más de 460 armas de alto poder, así como de la captura de diversos capos y lugartenientes del narcotráfico.
Sin embargo, en el segundo semestre de este año la frecuencia de los operativos antidrogas en Tamaulipas llamaron la atención no sólo porque cada vez se decomisaba más droga, sino también por el tipo de armas incautadas y la detención de lugartenientes del cártel del Golfo.
También se generó una situación distinta a la del resto del país, pues cada vez eran más frecuentes las agresiones a militares por parte de presuntos narcotraficantes.
El 5 de octubre, elementos del Ejército decomisaron 10 toneladas de cocaína –cifra sin precedente, hasta antes de la incautación de casi 13 toneladas de cocaína en el puerto de Manzanillo, Colima, días después–, acción en la que hubo siete detenidos.
El 12 de diciembre fue detenido Marco Antonio Ramírez del Río, Tony la Palma, quien era operador de Luis Reyes Enríquez, El Rex, detenido el 24 de junio también por los militares, quines se sumaron a la lista de sicarios y lugartenientes pertenecientes al cártel del Golfo capturados en Tamaulipas en los meses recientes, entre los que destaca Juan Carlos de la Cruz Reyna, El JC, quien era el operador de Osiel Cárdenas en Tampico y el sur de Veracruz.
La agresividad en contra de los soldados ha ido de la mano con el uso de armamento cada vez más poderoso. El 15 de octubre, en un operativo del Ejército en el municipio de Abasolo, fue incautado un lanzacohetes Rocket He de 60 mm, además de decenas de armas largas y cortas. Los lanzagranadas también comenzaron a ser utilizados por los narcotraficantes, como ocurrió en el violento enfrentamiento del pasado lunes en Río Bravo.