“Veto” de PRI y AN imposibilita que sea designado, dicen colaboradores del ministro
Góngora admite que existe trama para impedirle presidir el IFE, aseguran
“Me siento como un cadáver con olor a santidad”, confió el ministro Genaro David Góngora Pimentel a sus más cercanos colaboradores al referirse a su candidatura a presidir el Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE).
Si bien el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) integra formalmente aún la terna de candidatos a suceder a Luis Carlos Ugalde, sabe que el “veto” de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) a su nominación hace imposible que sea designado, afirmaron funcionarios consultados en el máximo tribunal.
Ante la incertidumbre que generó en la SCJN su posible partida, trascendió que Góngora Pimentel ha expresado que no es más que “una ficha política” en el juego entre las tres principales fuerzas políticas –PAN, PRI y Partido de la Revolución Democrática (PRD)– para designar al próximo presidente consejero del IFE.
Según la información recabada, el ministro –que solicitó licencia para separarse de su cargo del 5 al 13 de diciembre pasado, cuando compareció ante la comisión de la Cámara de Diputados encargada de designar al titular del IFE– fue vetado inicialmente por el PAN, pese a que entre los círculos de poder es conocida su amistad con el líder blanquiazul en el Senado, Santiago Creel, quien, se afirmó, se cuidó mucho de ni siquiera buscar telefónicamente a Góngora, con el fin de evitar “malas interpretaciones”.
Mientras, la presión que ejercieron los gobernadores priístas de Puebla, Mario Plutarco Marín Torres, y de Oaxaca, Ulises Ruiz, contra la designación de Góngora fue suficiente para que la bancada del tricolor se negara a respaldar la propuesta del PRD de designar al ministro.
En ese contexto, Góngora ha dicho a personas de su confianza que el golpeteo mediático en su contra luego de hacer público que un grupo de constitucionalistas lo postuló para dirigir el instituto –propuesta a la cual se sumó el sol azteca– le ha servido para conocer “quiénes son mis amigos y quiénes no”, sobre todo porque la embestida se mantiene en diversos medios de información este inicio de año.
Ha señalado que, pese a todo, está tranquilo, pues sabe que sus detractores (que basan sus ataques fundamentalmente en ligarlo con Andrés Manuel López Obrador) lo atacan como “cobro de facturas” por la postura que asumió cuando la Corte resolvió asuntos controvertidos como la ley Televisa y la investigación en contra de Marín Torres (en la que Góngora votó en el sentido de que el gobernador poblano violó gravemente las garantías individuales de Lydia Cacho).
El embate también es respuesta a la intervención del ministro para que la Cor-te investigue la grave violación de garan-tías individuales en Oaxaca, abundaron.
Góngora había dicho a los diputados que su interés por presidir el IFE radicaba en que existe una exigencia inaplazable de luchar en favor de que las elecciones sean “limpias, creíbles, confiables y honestas”.
Cuando se le otorgó el permiso para separarse de su cargo por unos días, en diciembre pasado, el ministro presidente de la SCJN, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, señaló en una misiva dirigida a Góngora que le reconocía “completa idoneidad para el cargo al que aspira, y avalo esta consideración en su actuar de más de 35 años como juzgador federal”.
Sin embargo, en los corredores de la Suprema Corte corre la versión de que dos de sus compañeros ministros se dedicaron el fin de año a cabildear ante diputados, pero en contra de su designación.