Ordena a diplomáticos convertirse en promotores de la inversión foránea en México
Abre Calderón 2008 con defensa del TLCAN, “que ha sido benéfico”
Dicta el michoacano directrices en política exterior, como un sitio en el Consejo de Seguridad y condena al terrorismo
Intensifican medidas de seguridad en Palacio Nacional y alrededores
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido benéfico para México con todo y los naturales convenientes e inconvenientes de un acuerdo de esta naturaleza. Además ha significado empleo formal e incluso los salarios mejor pagados para los sectores vinculados, respondió el presidente Felipe Calderón a las organizaciones campesinas y a los políticos que demandan su revisión.
El michoacano hizo este señalamiento en su primera aparición pública del año, una comida con embajadores y cónsules de 140 representaciones diplomáticas, ante quienes reconoció que la economía de Estados Unidos presenta un “panorama complejo y al mismo tiempo una oportunidad” para que México diversifique su sector externo hacia otras regiones y reduzca su vunerabilidad respecto del vecino país.
A tono con esta estrategia, les hizo ayer un exhorto para que se conviertan en promotores de la inversión extranjera en el país, al grado de que la cancillería ya fijó metas para cada embajada y les advirtió que su resultado será elemento crucial en la evaluación que el gobierno hará de su desempeño.
Trazó así las directrices de la política exterior de 2008 en una comida que tuvo como componente adicional un dispositivo de seguridad más intenso que de costumbre, pues durante más de tres horas las calles aledañas a Palacio Nacional quedaron selladas con vallas metálicas y elementos del Estado Mayor Presidencial.
Dentro, en el salón Tesorería, se encontraban integrantes del gabinete mezclados con más de un centenar de diplomáticos. En la mesa de honor departieron con Calderón, entre otros diplomáticos, Luis Alfonso de Alba, jefe de la misión permanente de México ante los organismos internacionales en Ginebra, Suiza; los embajadores en Líbano, Jorge Álvarez, y en Guatemala, Eduardo Ibarrola; los cónsules en las ciudades estadunidenses de Seattle, Patricia Garduño; en Sacramento, Alejandra Bologna, y en Nueva York, Rubén Beltrán, así como el cónsul en Sao Paulo, Brasil, Salvador Arriola.
Antes de degustar sopa de flor de calabaza, pechugas rellenas de queso en salsa con tamalitos de verdolaga y helado de cajeta, el michoacano dictó los puntos torales de su política exterior para 2008, que giran en torno a la promoción de la inversión, a difundir la imagen de un México “estable” y la defensa de los migrantes.
A siete días de que comenzaron las movilizaciones contra la apertura de las fronteras a la importación de maíz, azúcar, leche en polvo y frijol como parte del TLCAN, Calderón hizo una férrea defensa del acuerdo al señalar que los países de la región compran a los agricultores mexicanos cinco veces más que en 1994 y que México se ha convertido en el segundo proveedor de Estados Unidos y el tercero de Canadá.
Argumentó que la competitividad de América del Norte “sólo podrá elevarse mediante la creciente integración” de las economías de México, Estados Unidos y Canadá. Aunque resaltó que se deben diversificar las relaciones con Europa, América Latina, Asia, en particular China y Japón –países que piensa visitar este año–, así como con África.
Defensa de connacionales en EU
En un año que se inició con la aplicación de medidas contra los inmigrantes en Arizona, Estados Unidos, el gobernante federal también pidió a los embajadores que “redoblen esfuerzos para proteger a nuestros compatriotas” e insistan en difundir las aportaciones que hacen a la económica de Estados Unidos.
Luego de citar una frase de Carlos Fuentes de que “el inmigrante es protagonista del siglo XXI”, dijo que para contrarrestar el ambiente antinmigrante y antimexicano deben poner énfasis en que el gobierno promueve inversión y no emigración.
También les hizo un exhorto para que den a conocer las ventajas competitivas de México, su posición geográfica, su estabilidad política y económica, su vida institucional, su solidez financiera, su “bono demográfico”, así como la voluntad del gobierno de reformar sus leyes, instituciones y políticas públicas.
Desde ahora, los llamó a promover la candidatura de México a un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU para el bienio 2009-2010, para dar al país el “peso que se merece en las decisiones globales”, y planteó que en los foros internacionales mantendrá su condena enérgica al terrorismo e impulsará la cooperación para encarar el crimen organizado.