Expectativas petroleras para 2008
Las primeras estimaciones sobre le evolución económica mundial en 2007 indican un crecimiento cercano a 5 por ciento (5.1 o 5.2, es el consenso). Todas ellas (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Agencia Internacional de Energía, Conference Board, la Reserva Federal y algunos organismos de consulta, entre otros) coinciden en que el crecimiento económico mundial en 2007 fue un poco menor al de 2006 (5.4 por ciento) y señalan una tasa de 5.1 por ciento. También aseguran que en 2008 será aún menor. ¿Qué tanto menor?
Hay pequeñas diferencias entre dichas estimaciones, pero se indica un rango de entre 4.4 y 4.8 por ciento, aproximadamente. Algunas de estas estimaciones son más puntuales, y afirman que en 2008 se crecerá como en 2005: 4.8 por ciento. La principal razón de la baja se atribuye a Estados Unidos, entre otras cosas porque nuestros vecinos del norte sólo incrementarán en 1.9 por ciento su producto este año, tasa similar a la de 2007, pero muy inferior al 3.1 por ciento de 2005 e, incluso, al 2.9 de 2006. No olvidemos –al menos por lo pronto– que estos vecinos nuestros representan o aportan el 21 por ciento de la economía mundial. Y que, en consecuencia, cada punto porcentual que disminuye (o aumenta) su economía, hace que la economía mundial diminuya (o aumente) un quinto de punto porcentual.
Créanme que es muy grande este efecto directo de la dinámica económica estadunidense en la marcha de la economía mundial. Muy grande. Pero créanme también que actualmente casi este mismo efecto lo tiene –también para la economía mundial– la suma de las economías de China y de India. Sí, efectivamente, las dos economías más dinámicas de los años recientes ya representan cerca de 20 por ciento de la economía mundial.
En un par de años igualarán o, incluso, superarán a Estados Unidos en cuanto a su aportación económica al producto mundial. No en balde –para decirlo una vez más– en los últimos 10 años han concentrado cerca de 40 por ciento del incremento anual en el consumo mundial de petróleo, para llegar a un consumo diario ligeramente superior a los 10 millones de barriles. Lo sorprendente es que nuestros vecinos consuman poco más de 20 millones. Esto significa que a China e India –por decirlo así– les cala menos el incremento del precio del petróleo o, lo que es lo mismo, que a pesar de los altos precios del crudo, tienen menos dificultad para seguir creciendo a altas tasas, como también lo harán en 2008.
Precisamente para este año se estiman crecimientos del orden de 10.5 y 7.5 en las economías de China e India, respectivamente. Con ello, estos dos países serán responsables, por así decirlo también, de prácticamente la tercera parte del crecimiento económico mundial en 2008: 1.7 por ciento de una tasa global de 4.6 por ciento. Precisamente por este hecho –el que crecen más rápidamente las economías que participan más en el crecimiento del consumo petrolero mundial– la demanda de crudo para este 2008 se incrementará en cerca de un millón 300 mil barriles diarios.
Así el consumo promedio anual se estima en 87 millones y medio de barriles al día. Y se prevé que para el invierno próximo se consuman 90 millones de barriles diarios de crudo para atender la demanda mundial de sus productos. Por eso, más allá de los movimientos extraordinarios de consumo, derivados fundamentalmente de los cambios estacionales –verano de consumo intenso de gasolinas o invierno de consumo intenso de combustibles para calefacción–. Y de problemas coyunturales de la oferta –básicamente geopolíticos–, hay razones para que el precio no descienda e, incluso sea un poco mayor.
Además, la persistencia de la espiral especulativa a la que se han sometido no sólo el crudo sino prácticamente todas las llamadas commodities (el carbón, el cobre y el trigo, entre ellas, por cierto) tampoco hace pensar en disminución de precios. Si esta espiral se frenara, podrían estabilizarse un poco. Pero es de dudarse. En consecuencia, las estimaciones para este año ubican el West Texas Intermediate (WTI) en 80 dólares por barril, cerca de 7 a 8 más de los 72.29 dólares por barril de este año. Esas mismas estimaciones indican que nuestra mezcla mexicana de exportación podría alcanzar un promedio anual cercano a los 68 dólares por barril, entre seis y siete más que en 2007 cuando promedió poco más de 61 dólares (42.80 de base presupuestal para 2007) y casi 20 dólares más que los 48.20 dólares por barril de base presupuestal para 2008.
Con esto, el mundo gastará no más de 5 por ciento de su producto en petróleo, todavía dos puntos menos que lo que gastó en 1980 y 1981. Para bien y para mal, una vez más, todo esto representa ingresos extraordinarios por concepto de petróleo para las arcas del gobierno mexicano. ¿Cuánto? La dramática declinación de la producción lo determinará específicamente. Pero no podemos esperar que a cerca de 50 mil millones de dólares de renta petrolera ya presupuestada de sumen no menos de 7 a 8 mil millones de dólares extra. Pero hay que repetirlo hasta el cansancio: para bien y para mal. Sin duda
NB Quienes escuchábamos en las mañanas a Carmen Aristegui, no tenemos menos que lamentar el manejo de la empresa en la que transmitía su noticiario. Finalmente hacen lo que quieren con la concesión de un bien nacional. Estos, otros y casi todos. ¿No es cierto?