Usted está aquí: viernes 4 de enero de 2008 Opinión Penultimátum

Penultimátum

Empresarios contra la Iglesia

Oficial: el domingo próximo se triplicará la vigilancia en la Catedral de la ciudad de México a fin de controlar la protesta de miles de empresarios y comerciantes afectados por recientes comentarios eclesiásticos. La semana pasada la arquidiócesis citadina descalificó los rituales que celebran millones de personas para recibir el nuevo año. Por ejemplo, comer 12 uvas y ponerse ropa interior de color rojo o dorado. Los calificó de actos de superstición que son pecado porque “desplazan la fe y la fuerza de Dios”. Como se sabe, la gran demanda de ropa interior en estas festividades favorece el color rojo, color de la sangre, de los taburetes de cantina frecuentados por eclesiásticos, de escenografías de obras de García Lorca representadas en Cholula y de todas las demás situaciones en donde el color rojo huele a estreno.

Luego de señalar que “quien no conoce a Dios ante cualquier palo se hinca”, en Desde la Fe, el semanario de la arquidiócesis, se dijo que no se puede cambiar al Altísimo por 12 uvas. Además, que los brindis de año nuevo tienen su origen en acto de culto a los dioses paganos. Esta columna, recuerda que Júpiter, el mayor de los dioses de la antigüedad, era abstemio. Igual que Wiskylopochtli. El llamado de la jerarquía a no celebrar los tradicionales rituales del año nuevo (excepto ir a la iglesia a dar gracias por lo bien que estamos), causó la ruina de miles de empresarios, comerciantes y vendedores ambulantes. En efecto, el pueblo de México, católico practicante cual más, optó por no comprar uvas y ni siquiera sidra El Gaitero para brindar el 31. Mientras, a los textileros de Puebla y Tlaxcala, en crisis por el contrabando y por el TLCAN, les devolvieron 50 millones de pantaletas y brassieres color rojo porque no se vendieron. Pretenden arrojarlas en el atrio de Catedral. O en último caso, donarlas a Pro Vida para sus campañas contra el condón y para beneficiar a los santos barones cuyo lema es “Tanga para que se entretenga”. En la protesta de este domingo no participará ningún partidario de Andrés Manuel.

Como advertimos aquí oportunamente, la “rehabilitación” de la mega biblioteca Vasconcelos llevará más de un año y no unos cuantos meses, como dijo el señor Sergio Vela. Dentro de tanta irregularidad, ahora se sabe la suerte del “jardín botánico” de la mega, al que los más críticos llaman “los jardines colgantes de Babitranza”. Ahora los responsables de poner la biblioteca a tono con el nuevo sexenio, informan de la muerte de palmeras y otras plantas del espacio verde. Afirman que no se debió a falta de cuidado, sino a que las especies que conforman el jardín fueron sembradas en el lugar equivocado al que se fijó en el proyecto original. Fue como sembrar cacao en el rancho San Cristóbal. Los expertos que hay en las universidades públicas sobre el arte de plantar y conservar especies, bien pudieron ser consultados para evitar el desastre verde. No fue así y, gracias a misteriosas licitaciones, es una empresa privada la responsable de hacer florecer los jardines de la babitranza foxista.

 
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