La inquietud marca el comienzo del año; salud y migración pasan a segundo plano
Perciben estadunidenses recesión económica
Nueva York, 1º de enero. Más de la mitad de los estadunidenses opina que ya hay una recesión económica en este país, miles están perdiendo sus casas en una crisis de deuda hipotecaria, uno de cada 10 padece hambre, los ingresos reales para la gran mayoría de los trabajadores no han mejorado en más de 30 años, pero eso sí, los ricos están mejor que nunca –o sea, el sistema está funcionando.
El “sueño americano” se define muy simplemente: que la nueva generación gozara de mejor nivel de vida que la anterior –pero ese mito fundamental en este país se está desvaneciendo rápidamente. Una encuesta reciente detectó que sólo 16 por ciento cree que la generación de sus hijos tendrá mejores condiciones financieras que la suya, y 50 por ciento opina que estará en peores condiciones.
Un informe de Pew Charitable Trusts concluyó que durante las últimas cuatro décadas, los ingresos de hombres en sus treintas –o sea, supuestamente en los años en que uno se dedica a criar a su familia– se han mantenido “sorprendentemente planos” y por lo tanto, no han logrado una situación financiera superior a la de sus padres.
Los estadunidenses están usando cada vez más créditos para superar el déficit entre lo que ganan y el incremento del costo de la vida, y deben unos 900 mil millones en sus tarjetas de crédito.
Miles cayeron en el juego de contratar hipotecas para comprar sus hogares empleando un nuevo mecanismo que ahora ha causado una crisis en el mercado financiero. Miles de familias ahora han perdido todo al no poder hacer sus pagos sobre los crecientes intereses de este mecanismo, el cual originalmente está dirigido sobre todo a familias de ingreso medio o bajo.
Se desvanece el sueño americano
De hecho, la economista Laura Tyson, ex jefa del Consejo de Asesores Económicos del ex presidente Bill Clinton, advirtió que se generará tal vez hasta un millón de anulaciones de hipotecas en los próximos dos años, lo cual deprimirá aún más el mercado de bienes raíces.
Con noticias de la exportación de empleos a través del traslado de cada vez más producción a fabricas y plantas en otros países, el incremento en el precio del petróleo y sus secuelas en casi toda rama económica, y con la realidad de que los costos de todo siguen subiendo mientras que los salarios se mantienen igual, se está generando una creciente ansiedad económica.
Ante todo esto, no es sorprendente que según cifras preliminares, el gasto de consumo entre el Día de Acción de Gracias y la Navidad –tradicionalmente el periodo más activo de compras del año– registró su más débil incremento en por lo menos cuatro años. En lugar de regalos, los consumidores gastaron más en necesidades básicas. De hecho, un tercio del incremento en el gasto de los consumidores en este periodo fue sólo para adquirir gasolina, reportó el New York Times.
Los pronósticos más optimistas de crecimiento económico son de sólo 1.5 por ciento en este último trimestre del 2007 e igual para el primero de 2008. Ante condiciones en donde se registra un desplome en la compra de nuevos hogares por 34 por ciento sobre el año pasado a su nivel más bajo desde 1995, la creación de nuevos empleos se desacelera, se incrementa el desempleo en algunos sectores (construcción, por ejemplo) y los consumidores registran que sus quincenas cada vez compran menos, la ansiedad sobre el futuro económico se agudiza a tal nivel que se convirtió ahora en el tema más importante entre el electorado.
Por eso no sorprende que aunque, técnicamente, aún no existe una recesión económica, una encuesta reciente de CNN registró que 57 por ciento de los estadunidenses creen que el país ya la está sufriendo –es la primera vez en cuatro años que una mayoría opina eso.
Con ello, ahora la economía ha superado la guerra, salud y migración como el tema prioritario para el año electoral que arranca este 2008. Según esta encuesta, 29 por ciento de la población ahora opina que la economía es su tema prioritario comparado con 23 por ciento que identifica así a la guerra en Irak – revirtiendo lo registrado en octubre de este mismo año cuando aparecían invertidos los dos temas.
De los cinco temas prioritarios, después de éstos dos, siguen el del sistema de salud (20 por ciento), la inmigración “ilegal” (14 por ciento) y el “terrorismo” (10 por ciento). Por lo tanto, el tema ahora será obligatorio para los precandidatos presidenciales y podría ser determinante en la elección general de noviembre. Incluso, la ansiedad pública sobre la economía ya ha obligado a los candidatos presidenciales demócratas a prometer revisar las políticas de libre comercio internacional.
De hecho, James Carville, el estratega electoral de Bill Clinton, famoso por enfocar la primera campaña electoral sobre el tema que él definió para todo su equipo como “es la economía, estúpido” para mantenerlos concentrados sobre el asunto prioritario, comentó al Wall Street Journal que 16 años más tarde, “en todo caso, la ansiedad (económica) es aún más grande hoy día”.