Usted está aquí: domingo 30 de diciembre de 2007 Deportes ¿La fiesta en paz?

¿La fiesta en paz?

Leonardo Páez
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Taurinos navideños

Ampliar la imagen Apunte taurino de Raúl Sánchez de Icaza Apunte taurino de Raúl Sánchez de Icaza

De la capital queretana escribe el aficionado Octavio Lara para compartir sus impresiones en torno a la fiesta de toros por aquellos lares: “La llamada corrida navideña es una vieja tradición en Querétaro. El aficionado no se pierde la corrida, y quien no lo es, tampoco, y este día va a los toros. Así pues, el ambiente es un tanto como la corrida del 5 de febrero en la México.

“Fueron siete toros de Carranco, aceptables de presencia, tirando a chicos. El quinto y séptimo, que correspondieron a Zotoluco y a Joselito Adame, escasos de trapío. Completaban el cartel Israel Téllez y Gastón Santos, a caballo. Gastón Santos dejó los rejones en buena colocación, pero lo mejor vino con algunas banderillas de frente y al estribo, así como un par a dos manos. Mal estuvo con el rejón de muerte, y el triunfo grande se le esfumó.

“A Zotoluco el público no le perdonó la pobre presencia del quinto y se metió feo con él, dedicándole fuerte abucheo y música de viento. Al juez le mentaron la madre, saliendo ilesos del conato de bronca la criadora de la res en cuestión y la empresa que lo adquirió. Eulalio había estado bien en su primero, un toro noble al que dio series de muletazos por ambos lados y que sólo al final de la faena regateó las embestidas.

“Por sus deficiencias al matar no cortó orejas. El juez ordenó arrastre lento al toro en premio a su nobleza, no a la bravura. Del tendido de sol se escucharon algunos gritos de ‘toro, toro’, ya que el burel embestía con docilidad y aparentaba que se podía dejar la muleta en la cara y construir un faena mejor ligada, pero Zotoluco, al terminar cada pase, retiraba la muleta y reponía terreno, dando dos o tres pasos entre pase y pase.

“Joselito Adame, en su primero, lanceó por zapopinas, y era de ver cómo el capote iba y venía, cual si lo floreara. Luego, dejó espectaculares pares de banderillas, pero con la muleta apenas transmitió al tendido estando bien a secas. Con su segundo, el público o no se fijó o le dispensó la falta de trapío del toro, que a base de templarlo dejó lo más trascendente de esa tarde en unos naturales largos y de mano baja. Fue además una faena en un palmo de terreno.

“Israel Téllez salió de la plaza con la única oreja de la tarde y una cornada de su primero. Después de la revisión del médico de plaza Téllez, mermado, volvió a la cara del toro para concluir la lidia, y el público, conmovido, pidió la oreja. El torero se retiró a la enfermería y regresó para lidiar el segundo de su lote sin nada destacable.

“Téllez invitó a Joselito Adame a banderillar, logrando ambos entusiasmar al público y recibiendo ovación en el tercio. Sólo que Adame pone las banderillas a la española, y mi contrariedad no es tanto por nacionalismo sino por pérdida de placer estético. Sin embargo, a la española o a la mexicana, qué desagradable es ver al torero saltar como jugador de baloncesto al igualar. ¿O es que alguien ha visto alguna foto de Rodolfo Gaona en que al banderillar no esté pisando siempre la arena con la punta de los pies?”

 
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