Presenta autoridad de la zona resultados de encuesta realizada a visitantes del casco viejo
Actividad comercial e inseguridad, motivos para no habitar en el Centro
Los espacios culturales son un buen elemento para atraer nuevos inquilinos, señala el sondeo
Sugiere al gobierno capitalino dar multifuncionalidad al lugar para mejorar la calidad de vida
Ampliar la imagen Del total de visitantes al Centro Histórico, casi la mitad es por motivos laborales, mientras que 14 por ciento acude a la zona por asuntos comerciales Foto: Carlos Ramos Mamahua
Los resultados de una encuesta realizada por la Autoridad del Centro Histórico a población flotante que visita el casco viejo de la ciudad de México para conocer las expectativas de repoblamiento de esta zona señalan que la buena oferta de espacios culturales es un elemento que puede ser explotado para atraer nuevos habitantes; sin embargo, la carencia de centros de salud, educación, recreación y abasto pueden llegar a desincentivar a la gente para que decida vivir allí.
Si bien el estudio se realizó antes de concretarse la salida de vendedores ambulantes de las calles del perímetro A, el 12 de octubre pasado, este problema no fue mencionado en primer orden por los encuestados como una desventaja para habitar en el Centro Histórico (14 por ciento), sino su percepción sobre la inseguridad pública –particularmente por las noches– y el tipo de delitos que la gente supone se cometen allí (43 por ciento).
El 18 por ciento señaló a la contaminación como desventaja, 14 por ciento se refirió a las manifestacioes y 11 por ciento al tráfico. Con respecto a las ventajas de habitar en el Centro Histórico, 28 por ciento destacó su ubicación, 30 por ciento las actividades culturales, 18 por ciento el comercio, seguido de empleo, mejora económica y transporte, con 6 por ciento cada una; equipamiento urbano, 4 por ciento, y restaurantes, 2 por ciento.
Publicado en el número 1 de Cuadernos del Centro Histórico, la investigación para conocer la opinión de distintos segmentos de la población flotante sobre la funcionalidad y uso de los espacios públicos del primer cuadro de la ciudad y la disposición de la gente a cambiar su actual lugar de residencia hacia esta zona, advierte de entrada que la prioridad de la gestión pública deberá orientarse no sólo a su recuperación urbana, sino a darle una multifuncionalidad que mejore la calidad de vida de quienes la habitan.
“El Centro Histórico de la ciudad de México es el territorio con la mayor concentración del patrimonio cultural en la ciudad; en él se ubican mil 841 edificios y sitios catalogados y en proceso de catalogación por los institutos nacionales de Antropología e Historia y de Bellas Artes”, en un área de 9.1 kilómetros cuadrados.
Sin embargo, no es por esta riqueza cultural, histórica y arquitectónica que la mayoría de la gente acude al Centro Histórico. En el segmento de quienes dijeron ser visitantes muy frecuentes, 49 por ciento lo hace por motivos laborales, 14 por ciento por razones comerciales y otro 14 por ciento por ambas, mientras que del segmento de visitantes poco frecuentes, 53 por ciento acude a realizar actividades comerciales y otro 31 por ciento que acude por esta misma razón aprovecha para realizar alguna actividad cultural; sólo 3 por ciento lo hizo exclusivamente por su actividad cultural.
De hecho, se detectó que la mayor parte de la gente desconoce o no identifica por su nombre a la mayoría de las plazas, siendo las más populares la Alameda Central y las de la Constitución y Santo Domingo; medianamente conocidas las plazas del Estudiante, Regina, Tolsá, Vizcaínas y Loreto, y muy poco visitadas las de la Alhóndiga, la Santísima, San Miguel, García Bravo, San Jerónimo, Emiliano Zapata, Primo de Verdad, Juan José Baz y de la Concepción.
Por lo que hace a la posibilidad expresada por los entrevistados de radicar en el Centro Histórico, por nivel de ingresos se registró que quienes perciben de 7 a 20 salarios mínimos 85 por ciento lo descartó, así como 64 por ciento de quienes ganan menos de 7 minisalarios, mientras que de los entrevistados que ganan más de 20 salarios mínimos, 50 por ciento dijo que estaría de acuerdo en ir a vivir al Centro Histórico.
Sin embargo, de las mismas respuestas se observó un “conflicto” ya que si bien la gente ve como uno de los principales atractivos de la zona su centralidad comercial, de ello se originan algunos de los problemas por los que la gente no viviría aquí: aglomeraciones, contaminación ambiental y auditiva, intranquilidad y caos vial.
“La población flotante, objeto de estudio, viene al Centro principalmente a trabajar y a comprar; le gusta el Centro por esa razón, pero no viviría ahí por la intranquilidad que la misma actividad comercial genera; tampoco lo haría porque, pese a ser un lugar de actividad continua, en la noche ‘se muere’ y aumenta la inseguridad”, señala en su análisis el sondeo y agrega que vivir en esta zona “sólo sería atractiva si se logran conjuntar las exigencias de la actividad comercial con las necesidades de los residentes”.