Usted está aquí: sábado 29 de diciembre de 2007 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega
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Asimetrías

Ocurrencias del secretario de Agricultura

Crecerá la importación de productos básicos

Ampliar la imagen A dos días de la apertura total de México a los productos agrícolas de Estados Unidos y Canadá persiste la inquietud sobre los efectos A dos días de la apertura total de México a los productos agrícolas de Estados Unidos y Canadá persiste la inquietud sobre los efectos Foto: Ap

Si se toman en serio las declaraciones del titular de la Sagarpa, Alberto Cárdenas Jiménez, los campesinos mexicanos llegan a la apertura total del sector agropecuario en el marco del TLCAN en perfectas condiciones para lograr una “integración de tú a tú” con sus pares estadunidense y canadiense.

Pero si la intención es entender de qué se trata y abordar el problema con seriedad, déjense a un lado los chistes del caballo negro marca Bimbo y mejor atiéndanse análisis serios sobre el impacto de la apertura total del sector agropecuario y la triste historia registrada en este renglón a lo largo de los 14 años de vigencia del citado tratado. Y en este sentido, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados concluye que en esos casi tres lustros se registran efectos mixtos en el renglón agrícola mexicano: un pequeño grupo con crecimiento dinámico que se orienta a la exportación coexiste con una mayoría de productores con niveles de subsistencia, amén que el TLCAN, al reducir las protecciones, fortaleció la competitividad de la agricultura de Estados Unidos y debilitó aún más la competitividad de la agricultura mexicana.

En el caso del maíz se reporta una de las principales asimetrías. Por ejemplo, cultivar una hectárea en México resulta 300 por ciento más caro que en Estados Unidos: mientras aquí cuesta casi 80 dólares y se cosechan alrededor de 2.4 toneladas de grano, la relación en el vecino del norte es de 20 dólares y 8.4 toneladas.

Los sectores de granos, cereales y oleaginosas se vieron afectados en los primeros diez años de operación del TLCAN. Alrededor de 80 por ciento de las importaciones agrícolas totales de México son de granos básicos, oleaginosas y productos derivados. El comercio de granos básicos y oleaginosas entre los países del Tratado es un flujo de doble vía entre Estados Unidos y Canadá, pero de una sola entrada entre Estados Unidos y México. Así, en los últimos años las importaciones agropecuarias han sido mayores que las exportaciones, lo que generó déficit en la balanza comercial del sector agrícola en 2005 y 2006.

Con la entrada en vigor del TLCAN el arancel cuota de importación del maíz se redujo de 206.4 por ciento ad-valorem a 18.2 por ciento en 2007, para terminar totalmente su desgravación a partir del primer día de 2008, fecha en la que se podrá importar libremente maíz de Estados Unidos sin limite de cuota. Por su parte, la cuota de importación se ha venido incrementando, y como no se han cumplido con las metas de producción interna que se habían establecido desde la entrada en vigor del Tratado en varios años posteriores al Tratado las importaciones de maíz originarias de Estados Unidos rebasaron la cuota establecida para cada año en cuestión.

En 2006, las importaciones totales de maíz aumentaron 32.5 por ciento y las exportaciones crecieron 246.5 por ciento, debido principalmente al aumento de la demanda de Estados Unidos de maíz amarillo. Para 2007 se estima que las exportaciones de este grano disminuyan 65.2 por ciento, mientras que las importaciones solamente lo harán en 0.2 por ciento anual.

El cultivo del frijol representa la segunda actividad agrícola más importante después del maíz. Las importaciones de este grano se incrementaron 67 por ciento en 2006, mientras que las exportaciones cayeron 45.3 por ciento. Para 2007 se estima que las importaciones de esta leguminosa disminuyan 24.8 por ciento y las exportaciones aumenten 0.3 por ciento.

En el marco del Programa de Desgravación Arancelaria de los principales productos agrícolas en el TLCAN, México y Estados Unidos convinieron la inmediata eliminación de sus aranceles en una amplia lista de productos agrícolas, cuyo comercio responde por casi la mitad de los flujos comerciales agropecuarios mutuos. Asimismo, acordaron la eliminación gradual de las barreras arancelarias restantes, en un plazo de diez a quince años, que está próxima a concluir el 31 de diciembre de 2007.

Dicho Programa incluye maíz, frijol, cebada, jugo de naranja y malta, de los cuales los tres últimos quedaron libre de arancel desde 2003 y quedan por desgravarse en su totalidad el maíz y el frijol, que son productos de consumo básico en la población mexicana. Los principales productos que ingresarán a México sin pagar arancel a partir del primer día de 2008 serán el maíz, frijol, azúcar y leche en polvo.

Si bien no se espera una crisis en el sector agropecuario, si se prevé un crecimiento de las importaciones de algunos bienes básicos. Asimismo, durante los catorce años de vigencia del TLCAN, las asimetrías existentes entre los productores mexicanos y estadunidenses de maíz y otros granos no se han cerrado, por lo que los primeros se encontrarán con mayores desventajas. Los principales efectos se observarán en el ajuste de precios para equilibrar la oferta y demanda en el mercado doméstico, y que se tendrán que ir ajustando a los precios internacionales.

Se prevé que los precios del maíz y otros granos se incrementen en el corto y mediano plazo, por lo que la apertura total del maíz desde 2008 podría tener un impacto similar al que se registró a inicios de 2007, que estuvo acompañado de escasez y en consecuencia el incremento de importaciones para complementar la oferta nacional. También se espera que, por un lado, los incrementos de los precios internacionales de granos permita mayores ganancias a los productores mexicanos y ello permita asegurar su permanencia pero, por otro lado, el consumidor podría verse afectado.

Para el caso del frijol, la Secretaria de Economía considera que no existirá riesgo alguno, ya que los campesinos cuentan con sistemas de riego adecuados, buenos procesos, plantas de beneficio y las variedades que se consumen en el país son diferentes a las que se producen en Estados Unidos, además de que 50 por ciento de la producción es para autoconsumo.

Las rebanadas del pastel

Es en este contexto que los productores mexicanos se “integrarán de tú a tú” con sus pares estadunidense y canadiense, de acuerdo con la ocurrente versión oficial.

 
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