Usted está aquí: jueves 20 de diciembre de 2007 Opinión Muchos fierros en la lumbre

Víctor M. Quintana Silveyra

Muchos fierros en la lumbre

Así dicen los campesinos chihuahuenses cuando se les acumulan las tareas urgentes e importantes: tenemos muchos fierros en la lumbre. Y ésa es la situación de las organizaciones campesinas independientes al filo de la apertura total del comercio del maíz, frijol, leche en polvo y azúcar de caña, a partir del próximo primero de enero, según lo establece el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Los campesinos organizados tienen un cúmulo de asuntos que les demandan su análisis, fijación de posturas y movilización social:

Los dilemas del Programa Especial Concurrente. Las organizaciones pueden ser víctimas de su propio éxito. Es cierto que se logró un incremento inusitado en el presupuesto hacia el campo –el programa especial concurrente– de 173 mil a 204 mil millones de pesos. Eso es muy bueno, pero puede ser muy malo también: puede convertirse en un distractor, en un señuelo que haga concentrar la atención en los dineros y se olvide la importancia de hacer frente a la total apertura comercial agroalimentaria del año que entra.

Por otro lado, así sean muchos miles de millones de pesos, el gobierno federal ha puesto una trampa para acceder a ellos mediante unas reglas de operación unilaterales, centralistas, complicadas y que dejan fuera la opinión y la participación de los productores, lo que puede conllevar o al subejercicio presupuestal o a que, de nuevo, se concentren los muchos recursos en unos cuantos. Por eso el cuestionamiento de las organizaciones campesinas a dichas reglas de operación es muy importante, como lo es también la contrapropuesta de otras, pero esto no debe jalar toda la atención y las energías, no podemos descuidar los otros fierros que hay en la lumbre.

La unidad de acción del movimiento campesino. A diferencia de 2002, cuando arrancó el movimiento El campo no aguanta más, ahora no se ha logrado construir un frente sólido de organizaciones que se movilice y obligue al gobierno a modificar su política, sobre todo en lo que se refiere al TLCAN. Además de las tensiones, conflictos y luchas intestinas entre las organizaciones, ha funcionado la estrategia gubernamental de negociación y arreglos por separado con cada organización. Las pequeñas prebendas, los financiamientos para agencias de desarrollo local en muchos casos han logrado distraer y enfrentar entre sí a las organizaciones. Es urgente dejar de lado, al menos por el momento, las tácticas particulares, las rencillas y los resquemores y aprestarse a diseñar acciones que reconstruyan la unidad campesina.

La lucha contra la represión. No en vano, luego de casi 25 años se ha reactivado el Frente Nacional contra la Represión. Las desapariciones forzadas, los encarcelamientos, las acusaciones llevadas al extremo contra activistas campesinos y dirigentes comunitarios, los asesinatos de líderes no se han desterrado, se presentan lo mismo en Oaxaca que en Atenco, en Michoacán que en Chihuahua. Sigue sin esclarecerse la matanza de Acteal a 10 años de perpetrada… Si las organizaciones campesinas quieren que no se les reprima en sus protestas y en sus movilizaciones deben articularse para mantener vivas sus luchas contra la represión y por la apertura de los espacios democráticos que la derecha pretende cancelar.

La construcción del movimiento nacional por la soberanía alimentaria basada en las agriculturas campesinas e indígenas. Diversas organizaciones aglutinadas en el movimiento Sin maíz no hay país, pon a México en tu boca están culminando un ayuno en el Ángel de la Independencia como corolario a diversas movilizaciones, a un concierto en el Zócalo a la Feria Nacional Campesina y a una campaña de concientización de la opinión pública sobre la necesidad de sacar el maíz blanco y el frijol del TLCAN, de construir una reserva pública estratégica de granos básicos y potenciar a las agriculturas campesinas e indígenas como las grandes productoras de alimentos básicos y calidad de vida para sus actores.

Por su parte, el Frente Democrático Campesino de Chihuahua está preparando la formación de un muro humano en el Puente Internacional Ciudad Juárez-El Paso para el primer minuto de 2008 con la consigna: Si no hay muros para el maíz, tampoco para nuestra gente. La UNORCA está organizando caminatas confluentes de los cuatro rumbos cardinales hacia la ciudad de México en los primeros meses del próximo año. Hay movilizaciones, hay iniciativas, pero se requiere más contundencia, más unidad en la acción, mayor presencia conjunta de los planteamientos campesinos en los medios de comunicación; mayor trabajo de opinión pública de los intelectuales y artistas que están convencidos de que la lucha por la soberanía alimentaria es la lucha por la independencia del país. Se requiere también tender puentes e involucrar a organizaciones indígenas, a organizaciones campesinas regionales, a sindicatos, a otros sectores sociales.

Definitivamente, hay muchos fierros en la lumbre. Y las organizaciones campesinas independientes tienen el gran reto de sacarlos.

 
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