Usted está aquí: domingo 16 de diciembre de 2007 Opinión A la Mitad del Foro

A la Mitad del Foro

León García Soler

Réprobos y reprobados

Noticias de la OCDE

Historia: mito y rito

Ugalde, despedida de héroe

Ampliar la imagen Luis Carlos Ugalde, ex presidente consejero del IFE Luis Carlos Ugalde, ex presidente consejero del IFE Foto: Yazmín Ortega Cortés

Luces de ornato navideño en las calles y oscuridad angustiosa en el ánimo de quienes asistimos al naufragio y recibimos noticias del imperio. De parte de la OCDE, de José Ángel Gurría, el que se decía citoyen du monde cuando transitaba del salinato al zedillismo y anunciaba que estarían en el poder hasta bien entrado el siglo XXI. Y ahí están, vestidos de azul, alternantes libres del conflicto esquizoide con los que llamaban “nostálgicos del nacionalismo revolucionario”.

Llegan noticias de la OCDE y dan ganas de llorar: México gasta la cuarta parte de su presupuesto en educación y, de acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, nuestros jóvenes de 15 años están en último lugar, reprobados todos, y 18 por ciento con cero de calificación. En plena edad del conocimiento, en la hora dichosa del rentismo de oligarcas satisfechos con su labor filantrópica; del crecimiento patético pero firme, la estabilidad como eufemismo de la parálisis: ahí quedó el gozo foxiano ante el analfabetismo que impide leer lo que dice una prensa crítica. Aunque ésta se haya convertido en pieza de cambio de los dueños del dinero que suman concesiones de televisión abierta y por cable, de radio y, desde luego, revistas especializadas en retratar el gozo de tener, las galas del vacío, a las que acompañe un diario: la prensa escrita como tarjeta de presentación para el poder mediático frente al espejo.

Los pequeños seguidores de míster Murdoch se ven a horcajadas de William Randolph Hearst en la globalidad del flujo financiero y el consumo de energía sin culpa. Aunque en Bali se haga escuchar la mayoría; Al Gore reciba el Premio Nobel de la Paz y ponga acento político al peligro del efecto invernadero. Da grima. Ni el maniqueísmo ni el simplismo efectista sirven para eludir la responsabilidad colectiva por el crimen de Estado, por al atentado contra el futuro. Estos son algunos de los datos expuestos por Ricardo Raphael en su libro Los socios de Elba Esther, comentados en notable artículo de opinión por Luis González de Alba: “Dos de cada diez menores acuden a centros escolares que no cuentan con agua corriente. Tres de cada diez no tienen luz eléctrica. Seis de cada diez niños asisten a clases donde no hay drenaje. Nueve de cada diez escuelas no cuentan con talleres ni laboratorios”.

Y ahora vamos a elogiar a los navegantes de la transición que se hizo alternancia y del cambio que se hizo pasmo, pantano, parálisis. En reunión de laureados, Oliver Smithiers, premio Nobel de Medicina, dijo: “No hace falta una computadora para pensar”. Llaneza, claridad en esta mala hora. En México el mundo del revés y el lenguaje de Humpty Dumpty: computadoras imaginarias suplen los pupitres ausentes; los niños sentados sobre ladrillos y piedras no desayunan, pero duermen en paz porque los maestros simplemente no van a las miserables aulas. Han tomado las calles y protestan, protestan, protestan. Lo peor es que seguramente son justos los más de sus reclamos. Pero se han convertido en rito, acción refleja de maniqueísmo, cenizas sobre rescoldos a los que soplan propios y extraños.

En Oaxaca hay 10 mil maestros “comisionados”; más de 100 mil en el país, y los que no están en esa “función sindical”, simplemente no dan clases y rechazan someter su labor docente a evaluación alguna. La descentralización administrativa y la demolición progresiva de las instituciones nos han dejado una red llena de agujeros. El CAPFCE, a cargo de la construcción de escuelas, es de esos estorbos tirados a la basura en aras de los funerales del ogro filantrópico.

Vale apuntar los excesos del manejo de la maestra Elba Esther Gordillo. Imposible cerrar los ojos a la capacidad política puesta en juego al volverle la oración por pasiva al gobierno panista. Los espots televisados en que un niño, de los que asisten a clases sin pupitre, sin silla, sin pizarrón, sin profesor, aparece en pantalla y denuncia la incapacidad oficial para resolver el drama, son del SNTE. El vuelco del pragmatismo la señaló autora del acuerdo entre PRI y PAN que en 2003 designó a los consejeros del IFE y a su presidente Luis Carlos Ugalde. El PRD abandonó la plaza; quería relegir a un consejero, y ya habían acordado que ninguno podría relegirse.

Vino 2006 y la incapacidad política generó un vacío donde la comunicación debe fluir, so pena de dar paso a quejas y recursos legales incompletos que se convierten en verdades incontrovertibles, armas del imaginario popular, ácido disolvente de la tenue tela que recubre la democracia electoral. La historia es ya mito y rito, excesos y carencias del sistema que no encontró respuesta a una elección cerrada y a las demandas de multitudes que nunca dejaron de creer en el fraude sistémico y abrazaron con fervor el llamado al recuento y el compromiso de no aceptar jamás la usurpación del poder presidencial. Todavía son miles los que creen presidente legítimo a Andrés Manuel López Obrador.

Los partidos lograron reformar la legislación electoral. Encontraron el consenso en la posibilidad de liberarse de la sumisión ante los concesionarios de la televisión y la radio; de la renta que gustosamente pagaron por aparecer en el ágora electrónica. Aunque fuera en calidad de indiciados ante el tribunal de juicios sumarios y sentencias inapelables. Los de la CIRT se vieron de pronto ante la incontestable realidad: son concesionarios de un bien público al que el Estado tiene la obligación de regular. Pero denuncian violaciones a la libertad de expresión y se les unen las corporaciones cúpulas del sector privado. Con el añadido de académicos e intelectuales. La ley prohíbe comprar espacio alguno para hacer propaganda electoral. Ellos aseguran que amordaza. La mano invisible del mercado tapa la palabra comprar.

Las fracciones parlamentarias procedieron a aprobar las reformas al Cofipe y a sustituir gradualmente a los ocho consejeros y su presidente. Se pialaron solos. Como los de nuestra transición democrática no reconocen el principio básico del imperio de la mayoría, Héctor Larios y Emilio Gamboa cedieron a la voz de alarma de Javier González Garza: no habría consenso. Y los señores diputados violentaron el plazo perentorio que ellos mismos habían fijado para designar dos consejeros y al presidente que supliera al inconcebible señor Ugalde. El PRD logró el portento de permitir despedida de héroe a quien habían defenestrado por maquinar el presunto fraude.

Duele ver reprobados a los jóvenes mexicanos. Fallar amargamente en comprensión de la lectura, como nuestra clase dirigente temerosa de la clerigalla y dispuesta a dar la razón al verdugo de Joseph Le Maistre. El tartajeo de San Lázaro obligó a posponer la aprobación de reformas judiciales al filo de imponer el estado de excepción y el riesgo del poder inquisitorial. Ya hubo cambios en el Senado. Hay tiempo para corregir excesos y reafirmar aciertos. Pero se oyen pasos de cangrejos que marchan para atrás.

Ayer publica La Jornada de enmedio una reseña de obras de Morris Berman. Del imperio de George W. Bush, cita Gore Vidal: “...el triunfo de la religión sobre la razón; la atrofia de la educación y del pensamiento crítico; la integración de la religión, el Estado y el aparato de tortura. Una troika que para Voltaire constituía el principal horror del mundo preilustrado”.

Bienvenidos al siglo XVI.

 
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