Vulneraron la Constitución, la legalidad y hasta la dignidad del instituto, afirma

Incumplieron la ley, revira Ugalde a los partidos al renunciar al IFE

Su discurso de despedida reavivó andanada de medios contra la reforma electoral

Divididos, los 8 consejeros restantes deberán ponerse de acuerdo para nombrar al presidente provisional del organismo

Alonso Urrutia

Por considerar que con el incumplimiento de los plazos constitucionales fijados para el relevo de consejeros electorales, los partidos políticos “vulneraron la Constitución, la legalidad, la certeza y hasta la dignidad del Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde renunció ayer a la presidencia del órgano comicial.

“El IFE no puede ser sujeto a los vaivenes y desacuerdos de los partidos. Merece respeto, porque lleva a cabo una función central en beneficio de los ciudadanos. La dignidad del IFE está por encima de los partidos”, advirtió.

En un discurso encendido y cuestionador del papel de los partidos en la Cámara de Diputados desde que comenzó el proceso para la reforma electoral, Ugalde sostuvo que el incumplimiento del artículo cuarto transitorio “afecta el principio de certeza y legalidad que debe imperar en el IFE. El incumplimiento de la Cámara de Diputados violenta la vida institucional del órgano comicial y genera incertidumbre sobre las decisiones fundamentales que debe aprobar el Consejo General para cumplir las nuevas disposiciones de la reforma electoral”.

En su mensaje, Ugalde planteó que su renuncia se hará efectiva a partir de que se reúna el Consejo General, que por disposición del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) deberá elegir al presidente provisional hasta que la Cámara de Diputados designe al nuevo. Anoche, los ocho consejeros iniciaron el cabildeo para designar al sucesor, y se prevé que la sesión se realice este fin de semana.

Previamente, Ugalde había sostenido su primera reunión institucional con los ocho consejeros tras el anuncio de los legisladores, en la que les informó lo que algunos medios electrónicos comenzaban a dar por hecho: su dimisión. La víspera lo había planteado al grupo de cuatro consejeros que le es más allegado, y sostuvo contactos informales con grupos mediáticos –con los que ha confluido en sus críticas y descalificaciones a la reforma electoral.

Hacia la noche de ayer, la repercusión mediática de su discurso y una renovada andanada contra el Congreso reditaría los duros cuestionamientos a la reforma constitucional.

Inusualmente, el encuentro con Ugalde habría sido en términos cordiales; sólo tres consejeros hablaron para respaldar su decisión: Virgilio Andrade, Andrés Albo y Arturo Sánchez. Nadie cuestionó su determinación, e incluso acordaron acompañarlo hasta la entrada del IFE, donde soltaría el mensaje contra los partidos, incluidos los consejeros Marco Antonio Gómez Alcántar y Rodrigo Morales, quienes mantenían una relación mínima con él, dadas sus profundas diferencias.

Esta vez ya no cuidó las formas discursivas para cuestionar a los diputados. Sostuvo que en los últimos 17 meses “el IFE ha vivido amenazado. Las amenazas se materializaron cuando el Congreso aprobó una reforma constitucional que estableció la remoción anticipada de los consejeros electorales”. A la hora en que estaba leyendo su discurso ya había remitido su renuncia a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

Ugalde recordó que siempre hizo público su desacuerdo con esta decisión, pero en todo momento manifestó que está obligado a cumplir las leyes emitidas por el Congreso. “He asumido con profunda responsabilidad y prudencia mi cargo de consejero presidente del IFE. Siempre he estado dispuesto a sacrificar mi interés personal en aras de proteger el instituto, pero llegan momentos donde no se debe tolerar que la dignidad del IFE se vulnere”.

Subrayó que al fijarse un plazo para la renovación, dispuso lo necesario para que el relevo se realizara en condiciones “óptimas” . Y agregó: “la alta responsabilidad que asumí hace cuatro años como consejero presidente del IFE debe concluir en congruencia con los plazos constitucionales que el Congreso decidió y aprobó. Y, además, el principio de certeza y legalidad que debe guiar las acciones del consejero presidente del IFE me impide continuar en el encargo”.

Asimismo, manifestó que es “crucial” el rencauzamiento de las actividades del órgano comicial hacia la normalidad, pues existen diversas disposiciones que se desprenden de la reforma electoral aprobada que deben comenzar a aplicarse, como adecuar la reglamentación del instituto a dichos cambios; reorganizar el organismo en ámbitos como la fiscalización, a efecto de crear la nueva unidad técnica, y conformar la logística para adaptar el instituto al nuevo papel central que tendrá en materia de control de los tiempos oficiales para la propaganda política.

Por todo ello, emplazó a los partidos a anteponer el interés de los ciudadanos y dejar de lado los intereses de grupo, por lo que deben “procurar lo necesario para restablecer la certeza institucional que el país demanda y que exigen los ciudadanos”.

Se prepara el cambio

Apenas concluyó su encargo de acompañar a Ugalde hasta el lugar donde emitiría su mensaje, el resto de los consejeros salió de sus oficinas, emplazados a una reunión posterior por la tarde-noche, que finalmente no se concretó ante la escasa posibilidad de alcanzar un acuerdo.

De entrada, la división paritaria de los grupos hacía compleja la construcción de un consenso; es una división que persiste incluso en algunos puntos medulares desde la contienda electoral del año pasado. El bloque encabezado por Arturo Sánchez –cercano a Ugalde–, en el que se encuentran Andrés Albo, Teresa González Luna y Alejandra Latapí, perfilaba entre los dos primeros a su posible candidato a la presidencia provisional.

En el otro bloque, formado por Marco Antonio Gómez Alcántar, Rodrigo Morales, Lourdes López y Virgilio Andrade, aún no se manejaba ningún posible aspirante, aunque en entrevista radiofónica Andrade –amigo de años de Ugalde– admitió que de ser designado asumiría la responsabilidad.

Así, sin acercamiento alguno el día de la renuncia de Ugalde, y con posturas confrontadas, en las próximas horas o días los ocho consejeros deberán asumir la responsabilidad de dar cumplimiento al artículo 79, fracción V, del Cofipe, que los obliga a designar de entre ellos a un presidente provisional. Posteriormente habrán de notificarlo a la Cámara de Diputados.

Hoy, intento de consenso

En principio, este mediodía habrá un nuevo intento para reunirse y concretar un acuerdo sobre quién encabezará un agitado miniperiodo, durante el cual deberán aprobar el ajuste al presupuesto del instituto y dar respuesta a la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación relacionado con los “ilegales” procedimientos oficiosos iniciados en contra de Nueva Alianza y el Partido de la Revolución Democrática.