Si te equivocas, los compañeros te ayudan; en la banca tienes toda la responsabilidad, dijo
Disfruté más ser campeón como técnico que jugador: José Cruz
Los estrategas mexicanos, con capacidad, sólo necesitamos oportunidades, consideró
No se puede ser siempre el equipo que ataque y no consiga nada, evaluó el Profe
Ampliar la imagen José Guadalupe Cruz afirmó que nunca existió temor de enfrentar a Cruz Azul, Chivas o Pumas en la liguilla Foto: Ap
Cancún, QR, 10 de diciembre. José Guadalupe Cruz, flamante estratega campeón con Atlante, aprovecha su ascenso al templete de los consagrados para clamar: “los técnicos mexicanos tenemos capacidad, simplemente estamos peleando para que nos den más oportunidades”.
Con el título de monarca del Apertura 2007, el timonel concluyó su contrato con Potros y se declara dispuesto a iniciar negociaciones con la directiva para mantenerse en el reto y consolidarse no sólo en su profesión, sino con el club en esta plaza, donde el futbol y los azulgranas tuvieron inesperado éxito.
Acompañado por su madre y algunos familiares, el Profe Cruz, nacido en Huetamo, Michoacán, hace 40 años, revela un poco de su biografía. “Viví en ese lugar hasta la secundaria y me fui a la ciudad de México para estudiar en la Escuela Nacional de Maestros. Me gustaba la docencia y era una oportunidad de ganar dinero y ser una carga menos para mi madre, quien estaba sola”. Pero el futbol lo sedujo y desvió el camino.
De sus 10 hermanos, sólo tres hicieron el viaje de Huetamo a Cancún para la final, explica el timonel, quien dedica este logro a su familia, pero “especialmente a Dios, porque soy un afortunado, un privilegiado, ya que primero fui campeón como jugador y hoy gano como técnico; además, estar entre los 18 (estrategas) que dirigimos en primera división no es fácil, y menos cuando ves que hay muchísimos que no tienen empleo.
“Algunos fungen como analistas... Yo, lejos de decirles que soy el mejor porque gané, quiero manifestar que los mexicanos tenemos capacidad, no importa si fuimos extraordinarios como jugadores o no –me califico como un futbolista ‘regular’, no tengo problema en admitirlo–. Los que vienen de fuera no necesariamente son garantía de éxito o de que saben más que nosotros y tienen mayor capacidad”, comenta.
Cruz indica que el título, en todo caso, “sirve para demostrarme a mí mismo, sin afán de revancha ni de gritarlo a los cuatro vientos, que tengo capacidad”.
Sin miedo al éxito
Contra lo que otros técnicos opinan, Cruz sostiene que disfruta más este trofeo en condición de timonel que como futbolista. “Cuando eres jugador tienes la posibilidad de equivocarte dentro de la cancha, y puede que no pase nada, porque tus compañeros te ayudan a que el error sea mínimo, no se note mucho o no influya en el resultado.
“Pero, como técnico, tienes fracciones de segundo para tomar decisiones acertadas que le permitan a tu equipo ganar; si me equivoco, no sólo pongo en riesgo un campeonato, sino la ilusión de miles y miles de seguidores del Atlante. Entonces, hoy lo disfruto muchísimo más, porque la presión no la puedes sacar tan fácilmente. Se vive muy diferente, pero me gusta”, sostuvo.
–¿Tenía miedo de defraudar a la gente que acá se ilusionó?
–No había ningún miedo, en absoluto. Estar en una final con este equipo ya era demasiado. Al inicio del torneo nadie nos instalaba en una final y llegar era ya en sí un logro muy importante. El solo hecho de haber clasificado era ganancia; después, haber pasado sobre Cruz Azul resultó un logro mayor, y más aún con Chivas, así que no había miedo. Creo que cuando tienes temor a conseguir el éxito es cuando más cerca estás del fracaso.
–¿Qué cosas cambió respecto de su anterior liguilla, cuando no pasó nada?
–Gané madurez. Entendí que los partidos de campeonato se tienen que ganar. A mucha gente no le gustó la forma como el equipo jugó en CU, pero yo me quedé muy tranquilo, porque el plantel mostró inteligencia, equilibrio y defensivamente fuimos sólidos, quitando los últimos 10 minutos del segundo tiempo.
“No se puede ser siempre el equipo que proponga, que ataque y no consiga nada. Menos aún en una final con tanto de por medio. Este equipo hace mucho que no festejaba nada, 14 años que no debían alargarse más”, indica.
Evoca que a causa de sus errores, Grupo Pegaso lo envió a la filial de Colima, lo que significó un golpe de alerta, “porque cuando no haces bien las cosas, lo más seguro es que vayas a una división inferior, segunda o tercera, y ahí desapareces... En este momento vivo el lado positivo y bonito de la moneda, pero he probado la otra cara; eso me hizo crecer como persona y como profesional”.