Cristina Fernández apremia a Uribe a lanzar una iniciativa por el canje de Betancourt
Intensifican los esfuerzos diplomáticos para liberar a rehenes de las FARC
“Tengo un gran dolor en el corazón porque tenía casi listo un acuerdo”, insiste Chávez
Lula reitera al presidente colombiano su disposición a ayudar en una salida al conflicto
Ampliar la imagen La nueva presidenta de Argentina, Cristina Fernández (al centro), abraza a su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, y a la cantante Mercedes Sosa, ayer en el festejo frente a la Casa Rosada en Buenos Aires tras la ceremonia del cambio de poderes Foto: Reuters
Ampliar la imagen A la entrada del Congreso argentino una simpatizante de Cristina Fernández llegó a brindarle su apoyo con un cartel de Juan Domingo Perón y su esposa, Evita Foto: Ap
Buenos Aires, 10 de diciembre. La ceremonia de cambio de poderes en Argentina abrió hoy el espacio para reforzar los esfuerzos diplomáticos internacionales tendientes a la liberación de la política colombiano-francesa, Ingrid Betancourt, secuestrada en 2002 cuando hacía campaña presidencial en la selva del sur de Colombia.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el primer ministro francés, Francois Fillon, exhortaron al mandatario de Colombia, Álvaro Uribe, a tomar iniciativas urgentes para liberar a la rehén, que según se pudo apreciar en fotografías y testimonios personales difundidos la semana pasada, ha perdido peso y padece profundas depresiones.
En su discurso inaugural ante la Asamblea Legislativa, Fernández fue clara en su solicitud a Uribe al advertir que, de no actuar con prontitud, las labores para obtener la liberación de Betancourt podrían ocurrir demasiado tarde.
“Comprometemos todo el esfuerzo de nuestra diplomacia”, dijo la mandataria argentina.
Fillon soltó a su vez un nuevo dato sobre las gestiones que el gobierno del presidente Nicolas Sarkozy reforzó el mes pasado –después de la cancelación de los buenos oficios del presidente venezolano Hugo Chávez–, cuando reveló haber dicho al presidente colombiano que el mundo entero mira cómo se resuelve este dramático caso.
“Le dije que la opinión pública mundial tiene los ojos puestos en Colombia y que las iniciativas que podrían ser tomadas por el gobierno colombiano tendrán un efecto positivo sobre la democracia en Colombia, su profundización y sobre la imagen misma del país”, afirmó Fillon en una conferencia de prensa.
La presencia en Argentina de Yolanda Pulecio –madre de Ingrid Betancourt, invitada especial de Fernández a la ceremonia de este lunes– reforzó la presión para concertar mayores esfuerzos de liberación de su hija Ingrid, pero además provocó que los televidentes en hogares medios de Buenos Aires se conmocionaran con los testimonios.
También contribuyó a eso la participación en los actos de transmisión del mando presidencial de la diputada de oposición colombiana, Piedad Córdoba, quien junto a Chávez activó la negociación para canjear a Betancourt y otro medio centenar de personas retenidas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre los cuales se encuentran policías, militares y dos estadunidenses, por unos 500 guerrilleros presos.
Córdoba y Chávez acudieron esta noche a un foro de intelectuales adonde el presidente venezolano fue invitado para recibir un documento en el cual se menciona la necesidad de dar pasos claves en el tema cultural.
Chávez confesó que desde que Uribe dio por concluida su mediación ante las FARC y el Ejército de Liberación Nacional –la segunda fuerza insurgente colombiana–, “lo que tengo es un gran dolor en el corazón, porque estaba casi listo el acuerdo con (el máxio líder insurgente Manuel) Marulanda”.
Chávez, quien dijo que no desea hablar públicamente del asunto, aunque señaló que “solo sigo trabajando”, lamentó que el gobierno de Colombia haya tirado “la mesa al suelo, y lo que cargo es un dolor en el alma”.
“Estoy seguro que antes del 31 de diciembre se hubiera logrado la liberación de algunos rehenes si el presidente Uribe no hubiera tomado la decisión egoísta” de terminar el pasado 22 de noviembre con su gestión, que también habría de llevar a la liberación de guerrilleros presos en cárceles colombianas y estadunidenses secuestrados por las FARC.
“Tenía casi la certeza de que Marulanda nos iba a entregar un primer grupo de secuestrados, entre ellos a Ingrid Betancourt”, hacia finales de diciembre, dijo Chávez, que tenía en su agenda una cita con Fillon, en Buenos Aires, para “ver qué mensaje pudiera haber del presidente francés”.
En medio de esta movilización internacional en favor de Betancourt, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, también envió una detallada propuesta a Uribe.
“Uribe expresó cuáles son las iniciativas que está tomando en este momento el gobierno colombiano. Nosotros, como en el pasado, reiteramos nuestra disposición de ayudar. El presidente dijo que tan pronto tenga demandas concretas en relación con el gobierno brasileño, las dará a conocer”, apuntó el funcionario en declaraciones difundidas por la agencia oficial de noticias de Brasil, ABR.
Sobre la cita con Lula, el mandatario colombiano informó que “le escuché con la prudencia con que siempre se han hablado estos temas”.
Recientemente, Yolanda Pulecio pidió a Lula involucrarse en las gestiones humanitarias destinadas a lograr la liberación de su hija. Antes, el brasileño expresó su respaldo a las labores de Chávez.
Tras un encuentro posterior con Fillon, Uribe dijo que “si en la guerrilla quedan ideas políticas, ojalá atiendan la presión internacional”.
Durante la tarde, también corrió la versión de que Sarkozy pidió a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que forme parte de un grupo de jefes de Estado que se sume a las gestiones lleven a la liberación de los rehenes en Colombia.
Pero en medio de todas estas gestiones, Piedad Córdoba hizo notar en una entrevista publicada por el diario local El Clarín que es necesario tomar en cuenta que “el único que puede llegarle a las FARC es Chávez, porque lo respetan y confían en él”.
En Colombia, mientras tanto, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseguró que “estamos listos a darles los salvoconductos a los voceros de la guerrilla para que lleguen a la zona de encuentro (el área de 150 kilómetros cuadrados donde se realizaría el diálogo con los insurgentes para negociar la liberación de los rehenes). La disposición del gobierno es total para lograr ese intercambio, pero necesitamos una respuesta positiva”, informaron agencias de prensa.