El directivo azulgrana espera coronar una campaña de ensueño

Atlante se tenía que reinventar, y Cancún es mágico: Toño García

Traemos a jugadores extranjeros con hambre de gloria, explica

Marlene Santos Alejo (Enviada)

Cancún, QR, 8 de diciembre. La felicidad y sonrisas desbordan al controvertido empresario y directivo José Antonio García, quien sueña con coronar una gran temporada. Frente a la alberca y de cara al mar turquesa, casi entrecierra los ojos para evocar: “cuando decidimos cambiarnos, dijimos: ‘vámonos al paraíso (Cancún)...’ Sabíamos que era tierra fértil, pero no imaginamos hasta qué punto”.

El líder, directivo y hasta muchas veces técnico tras bambalinas, refiere la historia errante de un potro que parece haber llegado a su destino. “Atlante se tenía que reinventar, buscar otra opción porque había andado como nómada, incluso antes de mi época había estado en el deportivo Chabacano, en el parque Asturias, después pasó a Ciudad Universitaria.

“Yo busqué una salida en Querétaro; fue desastroso porque antes hubo ahí un equipo con muchas raíces, que era Gallos Blancos, y la gente no aceptó al Atlante. El equipo se fue al descenso, regresamos a la capital, ascendió, fue superlíder, después campeón (1992-93), luego al Azteca, al Azulgrana, a Neza, de vuelta al Azteca y para emigrar las opciones eran el estado de México, Cuernavaca, Tampico y Acapulco.

“En Acapulco hubo cambio de gobierno y todo se cayó, porque al final, cuando se toma una decisión, debe haber una alianza, apoyo en todos los sentidos: de gobierno, empresarios, afición y medios de comunicación. Al final, en forma conjunta, empezando por el director del proyecto, Alejandro Burillo, Miguel Angel Couchonal y un servidor, nos decidimos por Cancún.

“Resulta que hemos tenido una campaña de ensueño; el equipo va directo a la liguilla, echamos a Cruz Azul y a Chivas, y en la final estamos contra Pumas, que goleó a todo mundo en su casa, pero le sacamos el empate. ¡Es una película que ni el más optimista hubiera imaginado!”, apunta.

Toño García es uno de los directivos con más conocimiento sobre cómo planear los juegos, y acepta que platica mucho al respecto con los estrategas. “Les pregunto cómo van a alinear, observo el interescuadras, pero las decisiones finales son del técnico; Cruz es un gran entrenador, no como La Volpe que hace 14 años no quería a muchos jugadores; Raymundo Palacios y yo nos empeñamos en que se quedaran, convencidos de su calidad, y al final salió campeón y no nos dio crédito (ríe), pero ahora tenemos un técnico decente”.

Apuesta por los jóvenes

Fue por precariedad económica o por “filosofía”, lo cierto es que admite: “desde hace muchos años decidimos jugárnosla con chavos, con los jóvenes. Del extranjero traemos elementos con hambre de hacer algo. Yo no compro caro, figuras no. Tengo buen ojo; puedo distinguir a un buen jugador, también tengo muchos contactos en Sudamérica. A Castromán no lo hubiera traído nunca, ¡ni barato!

“A Giancarlo Maldonado me lo ofrecieron varias gentes, algunos no lo querían porque es venezolano, pero yo creí en él, es joven, humilde y con hambre de gloria.”

García acepta haberse equivocado algunas veces, pero subraya que parte del éxito radica en que integran una gran familia, donde todos tienen voz y voto, aunque hay líderes de peso.

Se ríe de los que invierten mucho, “si fuera por dinero, cada año América, Monterrey, Tigres o Cruz Azul sería campeón. Es importante el dinero, pero no te garantiza nada, hay que tener audacia”.

–¿Cómo le han hecho para que no caigan en indisciplina?

–¿Y quién dice que no han caído?

–No se ha sabido...

–Nos hemos manejado como una familia, hay cosas que quedan en el vestidor. No queremos manchar las carreras de los futbolistas, pero hubo partidos en que lo más prudente era concentrarlos, porque son jóvenes y porque Cancún seduce... hay muchas tentaciones.

Quizá por eso prefiere casarlos, y anuncia: Maldonado y Mustafá se casan el 20 y 22 de diciembre, en Venezuela y Argentina, respectivamente.

“No tengo idea de cuánto vale hoy Atlante, pero en lo deportivo somos el matagigantes. El título sería un gran colofón. Ojalá ganemos la tercera estrella al escudo. Cancún es mágico”, remata.