Educación sexual integral, la mejor herramienta para la prevención del vih/sida
Como mujeres católicas comprometidas con la justicia
social, la defensa del Estado laico y de los Derechos Humanos,
en especial de los Derechos Sexuales y de los Derechos
Reproductivos, manifestamos nuestra preocupación ante las
proyecciones sobre la epidemia de VIH/sida.
De acuerdo con ONUSIDA existen 33.2 millones de personas
que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), a
nivel mundial; tan sólo en este 2007 hubo 2.5 millones de infecciones,
un total de 6 mil 800 diarias, es decir 4.7 por minuto. Las
cifras indican que hay más de 5 mil 700 fallecimientos diarios
a causa de la epidemia y que en África es la primera causa de
muerte entre la población. En la región de América Latina y
el Caribe el virus se propaga constantemente debido, principalmente,
a la falta de uso correcto del condón, lo cual nos
demuestra que es preciso invertir en campañas de prevención,
ya que ha sido demostrado que tienen un impacto positivo
entre la población.
Organismos internacionales han expresado que si las políticas
de prevención no son contundentes e integrales, para el
2015 la prevalencia de la infección no bajará como ésta previsto
en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En nuestro país —según Censida— hasta el 30 de junio
del 2007 se han registrado 112,830 casos de sida, de los cuales
87,878 se encuentran entre los 15 y 44 años de edad, lo cual
representa un porcentaje de 78.6 por ciento; esto debido a la
falta de conocimientos sobre la sexualidad de las y los mexicanos
y la consecuente falta de habilidades para protegerse adecuadamente.
En este rango se encuentra la población juvenil,
quienes son un sector poco atendido dentro de las políticas
públicas y quienes requieren educación sexual integral para
que la información pueda convertirse en prácticas más seguras.
Lo anterior se confirma con los datos de la Encuesta de opinión
sobre factores de vulnerabilidad ante el VIH/sida entre jóvenes de
preparatorias públicas1, donde se destacan los prejuicios que
tienen las y los jóvenes sobre el uso del condón:
Una tercera parte de las y los jóvenes creen que el VIH es
un castigo para la humanidad y un 23 por ciento opina que no
es necesario usar condón con una pareja estable. Casi la mitad
de las y los jóvenes usa solamente el condón algunas veces o
nunca, mientras que un 74.2 por ciento piensa que su pareja no
podría transmitirle el VIH/sida o alguna otra infección de transmisión
sexual, y la razón principal es por que “la/lo conocen
bien” (32.1 por ciento).
Ante estos hechos, consideramos fundamental afirmar que
la única forma de disminuir el VIH es mediante el uso correcto
del condón masculino o femenino y una educación sexual integral
con un enfoque de Derechos Humanos, la cual, además
de avanzar en el camino de la prevención, favorece la toma
de decisiones responsables e informadas, desarrolla y fortalece
habilidades para el cambio en las conductas y en consecuencia,
aminora los riesgos en las prácticas sexuales. La educación es la
mejor herramienta para frenar la infección por VIH/sida. Sin la
perspectiva de Derechos Humanos, mujeres, hombres, jóvenes
y niñas/os no podrán vivir en pleno goce de sus derechos.
El VIH/sida no es sólo un problema de salud pública sino de
Derechos Humanos.
En este sentido, otro aspecto integral de la lucha contra el
VIH/sida, es que la educación sexual debe estar basada en el
respeto a la integridad de las personas para que contrarreste el
estigma y la discriminación. Este enfoque contribuye a que las
personas disfruten de la orientación, información y educación
necesarias y que se eliminen los obstáculos de discriminación que
limita el derecho a la protección de la salud de las personas.
Por otra parte, en el ámbito eclesial es muy importante que
el Papa escuche las voces de personas católicas y no católicas
de todo el mundo, para que sepa que éste es un asunto de
vida o muerte para la humanidad. Si la jerarquía católica quiere
hablar de la cultura de la vida, no debe cerrar los ojos ante el
sufrimiento y la muerte causados por el VIH/sida en todo el
mundo. No puede seguir predicando que las personas se amen
y se cuiden mutuamente si les niega los medios para que se
protejan el uno al otro.
La prevención del VIH es una cuestión de justicia para que
todas las personas tengamos acceso a la información oportuna,
veraz y científica que nos permita tomar decisiones en libertad
de conciencia. El uso correcto del condón masculino o femenino
es la aportación de todos y todas para frenar esta epidemia.
Usar condón es cuidarme y cuidar a los demás, es practicar
el bien común.
1 Realizada por CDD, RNCJDD e INSAD en 16 estados de la República entre noviembre del 2005 y
marzo del 2006.
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