Difiere con Chávez, porque “casi la mitad del país se pronunció por el socialismo”
Llevar al gobierno venezolano a un proceso gerencial, demanda José Vicente Rangel
El mal funcionamiento del Ejecutivo nos perjudicó, dice el ex vicepresidente y ex canciller
Hay corrupción, pero es un cliché de la oposición afirmar que la administración es corrupta
Ampliar la imagen Imagen de archivo del ex vicepresidente venezolano José Vicente Rangel Foto: Ap
Caracas, 5 de diciembre. “No comparto esa afirmación del presidente Hugo Chávez, porque es contradictoria con su discurso sobre el poder popular”. José Vicente Rangel, ex vicepresidente de Venezuela, se refiere a la idea expresada por el mandatario venezolano de que una parte de sus seguidores no están “maduros para asumir un proyecto abiertamente socialista”.
En entrevista con La Jornada, Rangel sostiene que esa idea es, además, “contradictoria con la propia votación. Que casi 50 por ciento, en una elección tan difícil, con tantos ataques mediáticos, con tanta desinformación, que casi la mitad del país se pronuncie por un proyecto socialista no ha ocurrido en ninguna parte del mundo”.
Rangel, de 78 años, fue primero canciller y luego vicepresidente, de abril de 2002 a enero de este año. El domingo 2, estuvo en las primeras filas cuando Hugo Chávez aceptó su derrota en el referendo.
–¿Qué debe revisar el chavismo?
–El funcionamiento del gobierno, es uno de los factores que nos ha perjudicado más. Se necesita llevar al gobierno a un proceso gerencial…
–Hay muchas quejas, incluso en las filas del chavismo, respecto de la ineficacia del aparato de gobierno.
–Sí, de falta de atención. Gran parte de la burocracia es de la IV República y los que se han incorporado de la V rápidamente han asimilado lo malo. Eso es clave. Luego, entender que el desafío es económico, no es político, porque si abres la compuerta para dialogar con los sectores del país, se tranquiliza la política. Pero lo que no se tranquiliza es la economía.
El panorama complicado que dibuja Rangel incluye una elevada inflación (la más alta de América Latina), el dólar paralelo “que perturba mucho el mercado” y la baja productividad.
–En la calles se escuchan también muchas historia de corrupción.
–Ese tema se ha convertido en una bandera política, y la pregona fundamentalmente la derecha, la más corrupta. Pero sí hay corrupción, no en la magnitud de la IV República, pero sí hay, eso no se puede negar. La corrupción es un Estado dentro del Estado y tiene una continuidad asombrosa. Pero eso de que todo el gobierno es corrupto es un cliché.
En su recuento, Rangel deja un espacio especial para el tema de la inseguridad: “Aquí hay misiones (programas sociales) para todo. ¿Por qué no se crea una para encarar el problema de la inseguridad? Es un clamor general”.
Según todos los sondeos de opinión, la inseguridad pública es el tema que más preocupa a los venezolanos, con niveles de entre 70 y 80 por ciento. Venezuela se consideraba a sí misma una nación “segura”, pero a partir del caracazo (1989) los niveles delincuenciales comenzaron a crecer hasta tener al país a la par de Brasil o México.
Rangel juzga al chavismo frente a este tema: “Se maneja una noción equivocada, de que es un problema social proveniente de la pobreza, y eso no es cierto. Eso es un prejuicio, equivale a decir que pobre y delincuente son la misma cosa. Ahora, si los índices de pobreza han bajado, como en efecto ha ocurrido, ¿por qué no se traduce en una disminución de la delincuencia? Hay un prejuicio para abordar el tema, porque como éste es un gobierno social entonces no se puede aplicar una política que pueda de alguna manera, por la vía represiva, enfrentar la delincuencia. Es una trampa, porque se termina no haciendo nada, paralizándonos. Y además es un tema óptimo para campañas en contra del gobierno.
El movimiento estudiantil
–¿Perdieron a los jóvenes?
–Cuando irrumpió ese movimiento (de los estudiantes universitarios), la caracterización por parte del gobierno, del chavismo, fue equivocada, porque le atribuyó una paternidad ofensiva, lo descalificó a priori.
–El presidente Chávez les llamó “hijos de papi”.
–Y automáticamente se sumaron a la oposición.
–No se reconoció que era un movimiento legítimo el de los estudiantes.
–Exacto. Y con criterios nuevos, que incluso desplazó al liderazgo de la oposición. No se supo apreciar ese hecho para haber incidido, para haber profundizado la división que se empezó a plantear, ahí hubo una falla, una descalificación equivocada.
Rangel, sin embargo, no considera que la oposición le haya ganado al chavismo a la juventud venezolana.
“Ganó a los jóvenes que más suenan en los medios, porque tuvieron una tarima muy especial, los medios. Pero la juventud del chavismo es cuantitativamente superior”.
–Los jóvenes chavistas son minoría en las universidades.
–En algunas, en la Central, en la Católica, pero no en las universidades nuevas, como la Bolivariana o la de las Fuerzas Armadas, más o menos en 18 instituciones el chavismo es mayoría.
Ahora sí hay oposición
–En la estación de radio Negro Primero (pro chavista) decían hoy: “Ellos no ganaron, nosotros perdimos”.
–Puesto así cualquier recurso retórico es aceptable. Lo más importante del 2 de diciembre es que aparece la oposición. Lo que suceda ahora depende de su comportamiento. Porque Chávez ha tenido mucha oposición, pero errática, aventurera, y quizá la participación de la oposición unida el 2 de diciembre que se traduce en una victoria, que no se puede ver en función de los guarismos electorales, es un hecho político que quizá la convenza de que esa es la vía correcta, y no la abstención que se produjo cuando la elección de la Asamblea Nacional (1995), que le entregó toda la Asamblea al chavismo.
–Ustedes siempre han hablado de dos oposiciones, es decir, ya existía la oposición democrática.
–Sí, pero muy mimetizada, con un lenguaje ambiguo. No se atrevían a encarar a los sectores más radicales, en esta oportunidad lo hicieron, se enfrentaron a los abstencionistas que constituían una fuerza importante. Y no abstencionista era decir no violento, tuvieron el coraje de desafiar ese veto, que yo llamaba el veto de Altamira. Entonces sí hay un elemento nuevo que el gobierno está en la obligación de valorar, porque al gobierno y al país les ha hecho mucho mal no tener una oposición. Si se empieza a reconstruir una oposición leal a las reglas del juego y a la Constitución, eso va a beneficiar al país, pues acaban la zozobra, la aventura, el golpe. Y en segundo lugar va a beneficiar al propio chavismo, porque la actuación de los sectores radicales de la oposición radicaliza a sectores del chavismo.
El frente interno
–¿No fue parte del problema que en la propuesta entraron muchas manos?
–Exacto. Quizá lo que incorporó la Asamblea Nacional (Congreso) no se debió hacer, no era el momento. Con los 33 artículo propuestos por Chávez era más que suficiente; ya de por sí tenía cosas que eran complicadas, como la nueva geometría del poder.
–¿Minimizaron ustedes rupturas como las del partido Podemos y el general Raúl Baduel (ex ministro de Defensa)?
–No. La disidencia de Podemos perdió en los dos estados que controla, Aragua y Sucre. Y la de Baduel fue una incidencia fundamentalmente mediática, no tiene peso en las fuerzas armadas.
–¿No estamos asistiendo con Baduel a la construcción de un polo chavista sin Hugo Chávez?
–No, el chavismo repudia a Baduel en forma total.
–En sus discursos él se dirige al chavismo, no a la oposición.
–Sí, pero el chavismo está blindado ante él. El chavismo puede perdonar muchas cosas, menos la deslealtad a Chávez.