¿La fiesta en paz?

Leonardo Páez
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Mano a mano gremial

¿Qué hay detrás de la decisión del joven diestro Israel Téllez –con una importante cadena de triunfos en plazas de los estados– de no actuar este domingo en la Plaza México tras estar anunciado en la quinta corrida de la temporada grande? Para saberlo hay que oír las posturas de quienes encabezan las dos agrupaciones en que se ha dividido la torería del país.

Solamente ese “demonio de filigrana” que es Jaime Rojas Palacios pudo reunir, en su tertulia del martes pasado en el Tío Luis, a Óscar San Román, representante de la Asociación Nacional de matadores de toros y novillos, y a Manolo Mejía, al frente de la nueva Unión Mexicana de Toreros, AC., con la certeza de que ambos sabrían ventilar sus diferencias sin que la sangre llegara al río.

“En la Unión Mexicana de Toreros –comenzó Mejía– de ninguna manera estamos en favor de que la fiesta de México se hispanice, pero si actualmente, y me apena decirlo, no se cuenta con figuras que realmente interesen, nosotros vamos a apoyar la opción de las empresas de allegarse recursos mediante carteles con dos extranjeros.”

“Cuarenta años de fundada tiene la Asociación Nacional de matadores –replicó San Román–, pero jugar con las ilusiones de un muchacho es muy fácil. Nuestra Asociación no está contra las empresas, sino en favor de que se estimule con buen criterio a los toreros mexicanos. Hay que repartir el pastel y no querer que todo sea para un lado. En Querétaro hay escuelas de las Chivas, Real Madrid, Barcelona, América, etcétera, porque los empresarios del futbol siembran a futuro.”

“Con frecuencia las agrupaciones carecen de fuerza y habilidad para defender a sus asociados –terció Mejía–, al grado de que Mariano Ramos y Jerónimo fueron sancionados injustamente en una feria de Ecatepec por la Asociación de Matadores. Las ganaderías mexicanas que recientemente fueron a Sudamérica, fracasaron, pero además con el agravante de que en sus carteles no se incluyó a ningún torero mexicano.”

“Las puertas de la Asociación –aseguró San Román– están abiertas para Manolo Mejía y sus compañeros. Nuestra disposición a dialogar sigue en pie, pero por ningún motivo permitiremos que un extranjero desplace a un mexicano.” Concluida la mesa, ambos bandos se pusieron a dialogar sin que nadie se atreviera a interrumpirlos, como no fuera para alguna impertinente fotografía.

Israel Téllez estaba anunciado con el rejoneador portugués Rui Fernández y el matador español Antonio Barrera, lo que contraviene el artículo 47 de la Ley de Espectáculos del Distrito Federal, que ordena que los extranjeros no podrán exceder 50 por ciento de los participantes programados. “No lo hago contra nadie, sino en favor de mis convicciones personales. Cuesta muchísimo trabajo venir a la México, pero bajo estas circunstancias no puedo aceptar. Hasta donde entiendo, torear así sería violar la ley, y de eso en este país ya estamos hasta el copete”, comentó Israel Téllez, una de las promesas más sólidas de nuestra descolorida baraja taurina.