Presentan en El Colegio de México las obras completas del político español
Destaca Serrano Migallón la actitud profundamente ética de Manuel Azaña
Manuel Azaña fue un hombre que englobó a lo largo de su vida varias características: escritor, historiador, político y “fue un hombre profundamente ético”, aseguró Fernando Serrano Migallón, director de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante la presentación de las obras completas del español la noche del pasado viernes en El Colegio de México (Colmex).
Azaña (1880-1940), presidente de la segunda república española (1936-1939), fue definido por Serrano Migallón como un hombre que tuvo poca suerte en su faceta como escritor. “Se le criticó de frío, rígido y acartonado”.
En su faceta de historiador, agregó, Azaña siempre tuvo conciencia de en qué época de España se encontraba y de quién era en ese contexto.
En lo político “fue muy raro para esa época, porque tenía claro que la ética y la moral eran parte de la política”. Serrano destacó que en el principio de su vida política, durante la primera república española, Azaña se le veía agresivo y seguro en su lucha contra la monarquía; sin embargo, previo al golpe de Estado de Francisco Franco en 1939, “Azaña es un hombre derrotado que sabe que la república está perdida”.
Javier Garciadiego, presidente del Colmex, destacó que en su último discurso como presidente de la República Española, en 1938, Azaña pidió paz, piedad y perdón, “hechos que llegaron a España muchos años después”. Dijo que las obras completas de Azaña, que constan de siete tomos, debe ser un referente y un reto para cualquier político, por lo que deben leerse.
En su turno, Santos Juliá, catedrático de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid y compilador de las obras, afirmó que la imagen de Azaña era equivocada hasta hace algunos años, pues se le tachaba de “oscuro y rencoroso y hasta posible destructor de los fundamentos de España”.
El académico español aseguró que al leer las obras esa imagen del político se irá “erosionando”.