El escritor Carlos Monsiváis recibió el doctorado honoris causa de la UV
La universidad pública, defensora de las libertades
Jalapa, Ver., 28 de noviembre. No obstante las campañas de descalificación, el ahogamiento presupuestal y el desdén oficial, las universidades públicas siguen como espacios fundamentales para la producción intelectual y, en tiempos de crisis, como sitios de defensa de las libertades, afirmó el escritor Carlos Monsiváis al recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Veracruzana (UV).
Al respecto, resaltó que otro de los aportes de esas instituciones, además de facilitar la movilidad social, consiste en mantener la vigencia del Estado laico, con lo cual cumplen su función a cabalidad, incluso ante deficiencias y limitaciones.
Monsiváis recibió el grado que confiere el Consejo Universitario General de la UV, junto con el crítico y traductor Mario Muñoz, así como el fotógrafo y grabador Carlos Jurado.
Tras recibir el reconocimiento, Monsiváis dedicó su discurso al escritor Sergio Pitol, Premio Cervantes de Literatura.
Desde el claustro universitario, Monsiváis llamó a la defensa de la universidad pública, a la que definió como “un conjunto de instituciones acosadas y difamadas, y que pese a todo mantienen su vitalidad y su potencia; han cumplido su misión.
Recompensa al góber precioso
La calificación de góber precioso dada al mandatario poblano, Mario Marín, al parecer lo “ha blindado de acusaciones categóricas”, como los casos de complicidad con redes de pederastia y pornografía infantil, ironizó el escritor Carlos Monsiváis en referencia a la decisión de los ministros de la Suprema Corte de Justicia para desligar estos ilícitos de la investigación que se sigue al funcionario.
En breve entrevista concedida luego de recibir el doctorado honoris causa de la UV, el intelectual sostuvo que el mote de Marín Torres también lo inmunizó contra acusaciones, y prueba de ello sería la decisión para no ligarlo a una investigación sobre pederastia.
“Creo que la calificación de góber precioso que ha sustituido el antiguo nombre de Mario Marín, lo blinda frente a acusaciones categóricas, y entonces hay que aceptar que a un góber precioso no se le acusa, se le recompensa.”