Expectación por el mensaje que dirigirá a los rusos
Vladimir Putin podría anunciar hoy el nombre de su formal sucesor
Moscú, 28 de noviembre. El presidente ruso, Vladimir Putin, podría anunciar este jueves el nombre de su formal sucesor en el Kremlin; dimitir para, después de las legislativas de domingo próximo, iniciar su andadura en un enredado esquema que le permita conservar el poder; o exhortar, por enésima vez, a los ciudadanos a acudir a las urnas.
Se espera que cualquiera de estos supuestos, o una combinación de varios, sea la parte medular del mensaje a la nación que dirigirá Putin.
El Consejo de la Federación, o Senado, fijó ya la fecha de las elecciones presidenciales para el 2 de marzo de 2008 y, al publicarse hoy la respectiva disposición en la Rossikaya Gazeta, equivalente del Diario Oficial, se abrió el proceso de postulación y registro de candidatos.
El contexto favorece que Putin redite el golpe de efecto que realizó en vísperas de las presidenciales anteriores, en 2004, cuando destituyó al entonces primer ministro Mijail Kasianov, para que los rusos supieran que Mijail Fradkov formaría parte de su equipo después de la votación.
Ahora, todo parece indicar que el sucesor podría ser el actual primer ministro, Viktor Zubkov, un político a modo que en cualquier momento estaría dispuesto a dejar libre el camino para el regreso de Putin al Kremlin.
También podría postular a Serguei Ivanov o Dmitri Medvediev, dos colaboradores muy cercanos, pero dejando a Zubkov al frente del gobierno para acotar el poder del eventual nuevo inquilino del Kremlin.
Si Putin renuncia este jueves, Zubkov automáticamente asumiría la jefatura de Estado de manera interina hasta los siguiente comicios presidenciales, lo cual le daría garantías de tener a un hombre de su plena confianza en el Kremlin, mientras termina de configurar la nueva estructura de poder, en la cual podría desempeñarse como líder de la mayoría parlamentaria, presidente del partido político Rusia Unida o algún cargo creado ex profeso.
El Kremlin ha querido presentar las legislativas como un referendo sobre su gestión y, por eso, Putin requiere obtener un respaldo abrumador en las urnas que se traduzca en dos tercios de los diputados en la nueva composición de la Duma.
Así tendría la mayoría calificada para poder modificar la Constitución de necesitar restringir las facultades de un presidente que eventualmente tratase de ejercer el poder más allá de lo acordado.
En ese sentido preocupa al jefe del Kremlin que pudiera haber poca participación el domingo. Hay seguidores de Putin convencidos que irán a votar. A otros, por la bonanza petrolera y del gas, les da igual lo que haga o deje de hacer Putin, mientras se mantenga su nivel de vida; y a unos más, ante la debilidad de la oposición y el uso y abuso de los recursos del Estado en favor del partido oficialista, les parece que todo está decidido y nada se puede hacer para cambiar el estado de cosas.
Putin debe hacer un último llamado a los ciudadanos para que acudan a votar masivamente. Los caciques regionales aportarán el mayor número de votos para la victoria, pero con escasa asistencia no sería creíble el alto porcentaje que quiere el Kremlin.
Entre tanto, Putin reunió hoy a todos los embajadores extranjeros para asegurarles que las elecciones del próximo domingo serán “transparentes y limpias”.
De paso, pidió a los diplomáticos transmitir a sus gobiernos que Rusia “no tolerará injerencias foráneas” en su política interna. “No permitiremos que ese proceso sea corregido desde el exterior”, advirtió.