Usted está aquí: miércoles 28 de noviembre de 2007 Cultura El Festival Visiones Sonoras se consolida como referente en México y AL, dicen organizadores

Concluyen en Morelia las actividades de la tercera versión del encuentro

El Festival Visiones Sonoras se consolida como referente en México y AL, dicen organizadores

Ángel Vargas

A tres años de su creación, el Festival Visiones Sonoras se ha consolidado como un referente, no sólo en México sino en el resto de América Latina, en todo lo que concierne a la interacción entre la música y las nuevas tecnologías.

De ello están convencidos sus artífices: el compositor Rodrigo Sigal, titular del Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras, y Alonso Escalante, quien encabeza a partir de este año la Coordinación Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Y es que, a decir de ambos, no existe en esta región del continente alguna iniciativa similar, en la que los ámbitos académico y artístico se conjuguen y se establezcan como espacio idóneo para el intercambio y la reflexión en torno de la música electroacústica que se realiza hoy día en el mundo.

Después de nacer y haberse realizado durante los dos años anteriores bajo el cobijo de la Universidad Nacional Autónoma de México, el festival fue integrado a partir de este 2007 en la nómina de la citada coordinación del INBA.

Ello, explican el compositor y el funcionario, con el objetivo de tener alcances, repercusiones, una promoción y difusión mayores, incluso en el ámbito internacional, además de poder disponer de más y mejor infraestructura.

Este cambio de adscripción es considerado por ambos como parte del “crecimiento natural” del encuentro, como podrá advertirse, sostienen, a partir de su tercera versión, la cual tiene lugar desde el miércoles pasado y hoy concluye.

“Año con año hemos buscado ese crecimiento, no sólo en términos de presentaciones, sino de la propuesta en su conjunto. Buscamos que fueran formatos más grandes, que la curaduría mostrara una convocatoria mucho más ambiciosa en términos de artistas invitados, de conferencias y los países involucrados”, señala Escalante.

Salto cualitativo y cuantitativo

Para Sigal, en tanto, esta tercera versión del festival representa un parteaguas en la historia del mismo, por “el salto exponencial” que se da en relación con los años anteriores.

“Al hacerlo como parte del INBA, la infraestructura ha permitido que el calibre de los invitados e intérpretes sea mucho mayor que las ediciones pasadas, no sólo en calidad, porque algunos de los artistas ya han venido antes, sino en la cantidad”, indica el compositor.

Al reiterar que “la parte medular del festival tiene que ver con el fomento a la creación y la reflexión sobre los procesos creativos y el uso de la tecnología”, Sigal y Escalante destacan que parte fundamental del éxito que ha tenido la parte académica ha radicado “en romper los esquemas rígidos del gran compositor o interprete, el gurú, en su relación con los estudiantes y los espectadores”.

Abunda el titular de la coordinación de música: “Lo que quisimos propiciar desde el principio fue una especie de caldo de cultivo en el que maestros y alumnos pudieran tener una relación más allá de los salones, las charlas y los conciertos; algo más informal y con una comunicación más directa.

Para ejemplificar el desarrollo e importancia que ha alcanzado el festival, el compositor y el funcionario destacan que la tercera versión del mismo cuenta con la participación de varias de las máximas figuras del campo de la música con vertientes tecnológicas, así como algunos de los nombres que comenzarán a destacar en breve a escala mundial.

La primera parte del festival se realizó del 21 al 24 de noviembre en la ciudad de México, en el Centro Nacional de las Artes; mientras que la segunda, que hoy concluye, se desarrolló en Morelia.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.