Usted está aquí: miércoles 28 de noviembre de 2007 Política Casi sin credibilidad, la UNT cumple diez años

Pese a todo, es la única opción gremial, dice experta

Casi sin credibilidad, la UNT cumple diez años

Carolina Gómez Mena /I

A 10 años de su nacimiento, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) se enfrenta a la “falta de credibilidad, a la disputa entre sus liderazgos, a sus estrategias predominantemente conservadoras, a una falta de congruencia entre lo que dice y lo que hace” y a un inacabado proyecto de objetivos, así como a factores externos que la ponen en una “encrucijada”, como la globalización y la subsistencia de un sistema corporativista.

No obstante, la UNT es la única opción de un sindicalismo diferente en el país. Al grado que si desaparece, habrá desaparecido también la única alternativa que se tiene actualmente de sindicalismo no corporativo.

Ante ello, la misma UNT reconoce en su documento Balance de la UNT a 10 años que “existen indicios de que la etapa inicial en la construcción de la UNT está llegando a su fin. Los problemas que se han presentado en su funcionamiento interno nos indican que la manera de actuar de nuestra UNT requiere pasar a una nueva etapa”.

La UNT surgió el 28 de noviembre de 1997 en respuesta al sindicalismo corporativo que floreció en la década de los 30. A fines de los años 80 los sindicatos denominados independientes estaban totalmente atomizados, por lo que se formó el Foro sobre Sindicalismo ante la Nación, del cual nació la UNT, concebida como movimiento reformista y en ese tenor confrontó al gobierno, a los patrones y al sindicalismo oficial.

La UNT se planteó una dirigencia compartida entre los tres principales sindicatos que la conformaban: el Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), el de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) y el de Trabajadores de la UNAM (STUNAM).

Hoy, gran parte de la plataforma inicial de la UNT se ha diluido. Agustín Rodríguez Fuentes, líder del STUNAM y uno de los presidentes colegiados de la organización, precisó que de los cinco ejes rectores que se planteó la unión en sus comienzos –democratizar las organizaciones sindicales; incidir en el cambio económico y social del país; en la recuperación de la economía de los trabajadores; en la generación de empleos y participar en todos los movimientos sociales que se desarrollaran– poco se ha logrado.

“Todo eso se ha venido cumpliendo, pero hasta ahí; mucho, entre 85 y 90 por ciento de los objetivos, no están cubiertos; es obligación nuestra seguir insistiendo en construir esos grandes movimientos.”

Pese a ello, Rodríguez aseguró que la unión no está aruinada: “creo que está creciendo, sigue creciendo en organizaciones, y sus principios siguen vigentes; ahora lo que tiene que hacerse en este 10 congreso nacional es definir un plan de acción o plataforma programática con acciones muy claras para lo que resta de este sexenio”.

Expuso que la unión ha crecido en membresía. En su fundación contaba con casi 500 mil afiliados, y unos 22 sindicatos, ahora son casi “200 sindicatos, y 1.5 millones de trabajadores”.

Según Benito Bahena, líder de la Alianza de Tranviarios de México y secretario de la Comisión de Vigilancia y Justicia de la UNT, “cantidad no es sinónimo de calidad”. Añadió que si bien ha “subido la membresía”, ello no es indicativo de que el balance, a una década de creación, sea bueno.

“Al principio se hicieron cosas importantísimas; dimos una lucha contra las acciones del gobierno y de las organizaciones corporativas y nos convertimos en la opción de la mayoría de los trabajadores, porque les dábamos las mejores alternativas para cambiar el sindicalismo. Pero en los últimos cuatro años hemos perdido mucha credibilidad, por andar siempre con el petate del muerto de una huelga general que nunca llegó, y por eso tanto los trabajadores como las autoridades ya no nos creen nada”.

Refirió que otro gran problema de la organización es el “exceso de protagonismo de algunos de sus representantes”. Los dirigentes colegiados son Francisco Hernández Juárez (STRM), Agustín Rodríguez (STUNAM) y Valdemar Gutiérrez Fragoso (SNTSS).

Graciela Bensusán Areous, investigadora de la UAM-Xochimilco, precisó que cuando hay “luchas de protagonismos, la toma de decisiones no es la más fluida”, y en credibilidad, sostuvo que debido a que han amagado con acciones como la huelga han sido “atacados”, a lo que se suma el “clima de profundo antisindicalismo” en México y el mundo.

La especialista indicó que además la huelga “es un recurso muy desgastado, y ni siquiera sabemos si es el mejor o cuándo debe usarse o si está respondiendo a lo que los trabajadores piensan que debe hacerse”. Asimismo, dijo, es obvio que la presidencia colegiada de la UNT “tiene grandes dificultades para tomar una decisión de esa naturaleza”. A ello se suma que reproduce tácticas de centrales corporativas.

“Estamos viendo formas que son del pasado; estallidos de huelgas que luego no se realizan, como cuando Fidel Velázquez amenazaba con una huelga y después no lo podía hacer; si el sindicalismo quiere sobrevivir tiene que hacer un replanteamiento de sus estrategias de lucha, y saber cuándo estallar un movimiento que represente una demanda sensible de los trabajadores.”

No obstante, la experta precisó que “si la UNT como proyecto fracasa, fracasamos todos los trabajadores, porque es la única opción. No se ha podido construir otra, ni por el momento se podrá, debido a que existe un clima de brutal antisindicalismo”.

 
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