Usted está aquí: lunes 26 de noviembre de 2007 Sociedad y Justicia El gobierno, corresponsable de la obesidad entre los mexicanos

Al año, niños gastan $19 mil millones en chatarra: INN

El gobierno, corresponsable de la obesidad entre los mexicanos

Angélica Enciso L.

La epidemia de obesidad que afecta a siete de cada 10 mexicanos no es únicamente resultado del cambio de hábitos alimentarios –proceso que ha llevado a que el consumo de frutas y verduras haya caído 30 por ciento y al aumento de 60 por ciento en el consumo de los refrescos en los pasados 14 años–, también es producto de la ausencia del gobierno federal en la materia, ya que no sólo ignora su responsabilidad en este terreno, sino que también propicia que se incumpla la legislación correspondiente.

Asimismo, en gran parte, las escuelas son responsables de esta situación, señalaron ayer expertos, los cuales advirtieron que la obesidad, más que de actitudes individuales, es consecuencia de un “ambiente obesigénico”, en el que predomina la publicidad engañosa de alimentos chatarra, la escasez de agua potable –que propicia el consumo de bebidas gaseosas– y la “falta absoluta de educación y orientación nutricional entre la población”.

En conferencia de prensa, Abelardo Ávila, investigador del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán (INN) señaló que los más vulnerables a esta situación son los niños (uno de cada cuatro niños es obeso), quienes anualmente gastan en las escuelas –en el recreo o al salir de clases– alrededor de 19 mil millones de pesos en dulces y frituras con altos contenidos de grasas y azúcares. Datos de la organización El Poder del Consumidor indican que, al año, los menores ven alrededor de 12 mil 700 anuncios de comida chatarra en televisión. pero ninguno con orientación nutricional.

Sostuvo que en los pasados 20 años, la obesidad ha crecido “de manera escalofriante” en todas las capas sociales”, y agregó que cuando un niño es desnutrido desde el nacimiento hasta los dos años de edad, en la adultez se vuelve obeso y es más vulnerable a padecer diabetes, hipertensión e infartos.

Las anteriores son males que generalmente se derivan de la obesidad. Actualmente hay 10 millones de personas con diabetes, mal que crece 3 por ciento al año, cuyos costos directos e indirectos ascienden a 23 mil millones de pesos.

Afuera y adentro de sus instalaciones, las escuelas se han convertido en sitios con una amplia oferta de alimentos con alta densidad energética y bebidas azucaradas. Han desaparecido los bebederos de agua, y “en vez de proporcionar educación nutricional”, las escuelas fomentan el consumo de alimentos chatarra, indica el estudio Ambiente obesigénico.

Por su parte, Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor, dijo que en las dos anteriores décadas ha cambiado la nutrición de la población, aspecto en el cual el Estado tiene la responsabilidad de resguardar el derecho a la salud, establecido en el artículo cuarto constitucional.

Agregó que en, los hechos, la educación nutricional ha quedado en manos de las empresas productoras de alimentos procesados, las cuales han cabildeado en el Congreso de la Unión para evitar que se establezca alguna legislación que las regule o a que deban especificar los contenidos de sus productos en etiquetas.

“El Estado ha caído en el juego impuesto por las empresas al decir que no hay alimentos buenos y malos, sino dietas adecuadas y no adecuadas”, afirmó. Ello, agregó, debe “ser remplazado por criterios de salud e interés público, pues debe imperar la diferenciación entre los alimentos que son recomendables para consumo habitual y aquellos que sólo deben consumirse de manera esporádica”, dijo.

 
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