Usted está aquí: lunes 26 de noviembre de 2007 Mundo Difícil que la oposición rusa obtenga votos suficientes para ingresar al Parlamento

Dividida y sin poder de convocatoria espera “desmontar el régimen” de Putin

Difícil que la oposición rusa obtenga votos suficientes para ingresar al Parlamento

Sin una plataforma común, todos los líderes quieren ser postulados a la presidencia

Kasparov tendrá que pasar varios días en prisión por encabezar una marcha no autorizada

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Ampliar la imagen Izquierdistas durante un enfrentamiento con policías en una protesta contra el partido Rusia Unida, que es proclive al Kremlin; los manifestantes quemaron una caricatura de Yuri Luzhkov, alcalde de Moscú (extremo izquierdo, abajo) Izquierdistas durante un enfrentamiento con policías en una protesta contra el partido Rusia Unida, que es proclive al Kremlin; los manifestantes quemaron una caricatura de Yuri Luzhkov, alcalde de Moscú (extremo izquierdo, abajo) Foto: Reuters

Moscú, 25 de noviembre. Las protestas que organizó este fin de semana la oposición radical en Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas pusieron de relieve su escasa capacidad de convocatoria, más allá de los dos mil activistas habituales, lo cual se debe tanto a los obstáculos que les pone el Kremlin como a las divisiones y el afán de protagonismo de sus dirigentes.

Lo visto aquí el sábado y hoy confirma que será muy difícil, por no decir imposible, que la Unión de Fuerzas de Derecha (UFD), la única agrupación que consiguió registro para participar en las legislativas del próximo domingo, de las varias que proclaman como meta “desmontar el régimen de (el presidente, Vladimir) Putin”, pueda superar el 7 por ciento de la votación, indispensable para entrar en la Duma.

Y es que, a falta de apoyo a sus drásticos planteamientos entre el electorado, los líderes de los distintos grupos –de la extrema izquierda a los promotores de un proyecto pro Occidente a ultranza– parecen no tener otra preocupación que ser postulados como candidatos a las presidenciales de marzo siguiente, en lugar de intentar articular una plataforma común para presentar un candidato de consenso.

Por si fuera poco, este fin de semana dejó la impresión de que, más que ser reprimidos por sus ideas, los dirigentes de La Otra Rusia y demás organizaciones de la oposición radical provocaron un enfrentamiento directo con la policía para que sus acciones de protesta tuvieran una mayor repercusión mediática, si no en Rusia, al menos en el mundo.

Aparentemente por esa razón, el ex campeón mundial de ajedrez y líder del opositor Frente Cívico Unido (FCU), Garry Kasparov, tendrá que estar hasta el próximo jueves en la cárcel por decisión de un juez que lo condenó el sábado anterior, en un juicio exprés, por encabezar una marcha de protesta no autorizada y por desacato a la autoridad.

La detención de Kasparov, junto con cerca de 40 activistas, ocurrió al término de un mitin –este sí autorizado en la céntrica avenida Sajarov de esta capital–, convocado por el FCU y otras agrupaciones descontentas con la política del Kremlin.

Bajo el lema de “Por una Rusia sin Putin”, aparte de Kasparov, hicieron uso de la palabra en el mitin otros seis oradores, entre ellos Boris Nemtsov, candidato presidencial de la UFD, Eduard Limonov, líder de los nacional-bolcheviques y Liev Ponomariov, coordinador del movimiento por los derechos humanos.

La tónica de todas las intervenciones fue una despiadada crítica de la gestión de Putin al frente de Rusia.

Al concluir el mitin Kasparov, al frente de unos 800 seguidores, decidió improvisar una marcha hacia la sede de la Comisión Central Electoral para protestar por las legislativas del 2 de diciembre, a las que califica de “injustas” y, tras intentar romper el cordón de seguridad formado por las unidades antidisturbios, fue detenido y llevado ante el juez.

Algo similar ocurrió este domingo en San Petersburgo, aunque sin terminar en condena de prisión, con la detención de Boris Nemtsov y Nikita Belyj, máximo dirigente de la UFD.

Esta organización rentó una sala de conciertos para celebrar un mitin electoral en la ciudad del Neva, pero –de último momento– Nemtsov y Belyj exhortaron a los varios cientos de asistentes a salir a la calle para mostrar su inconformidad con la política de Putin.

Los seguidores de la UFD, gritando consignas contra el mandatario ruso, se dirigieron a la Plaza de Palacio, a pocos metros de donde los bolcheviques tomaron por asalto el Palacio de Invierno que dio comienzo a su revolución en 1917.

El resultado: no hubo una nueva revolución y sí más de cien detenidos, entre ellos los dirigentes, que ya fueron liberados.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.